Netflix estrena este viernes 3 de octubre su mejor serie española de 2025. Hablamos de Animal, una comedia protagonizada por Luis Zahera y Lucía Caraballo que saca petróleo de una clínica veterinaria para presentar, a través del humor de situaciones cotidianas en este contexto, un retrato muy humano de quien se siente pez fuera del agua y se ve superado por las malas decisiones.
Tras el lanzamiento en los últimos meses de ficciones de distintos géneros como Manual para señoritas, El jardinero, Legado, Olympo, Superestar, Dos tumbas o El refugio atómico, la plataforma de streaming encuentra precisamente en un producto muy local ese gancho que permite que una historia conecte con el espectador. Lejos de las pretensiones que han podido tener otras de sus producciones nacionales con mayor inversión y promoción, Animal hace de su sencillez su gran virtud.
Producida por Alea Media, esta serie de 9 capítulos de apenas media hora cuenta la historia de Antón (Zahera), un veterinario rural que, ante la crisis que atraviesa el campo, se ve obligado a trabajar en una tienda de mascotas dirigida por su sobrina Uxía (Caraballo), con quien tendrá que aprender a adaptarse en un ecosistema que, para él, no es nada fácil.
Una sinopsis que sin duda invita a todos los amantes de los perretes, pero que conecta mucho más allá. Porque por encima de la empatía o rechazo que genera la 'hipocondria' que reflejan gran parte de las situaciones que tienen lugar en cada episodio, y que desquician a su protagonista, es precisamente la gestión de las emociones del propio Antón lo que apela al espectador para que quiera seguir descubriendo cómo acaba todo para él.
Un Luis Zahera muy humano que pedía un personaje así
Animal, como se intuye por su trama y cartel, gira alrededor del personaje de Luis Zahera, que se enfrenta al fin a la oportunidad de liderar el reparto de una gran apuesta de ficción seriada. Tras años como secundario o mano derecha de José Coronado en algunas de las principales series del panorama nacional, el intéprete gallego es en esta ocasión el pilar sobre el que gira este proyecto de Netflix.
Lo hace, además, con un rol que se desmarca del estilo de papeles que ha acometido en series de televisión, donde se ha contado con él para el perfil de tipo duro o problemático. Sobre ello habló hace poco más de un año con verTele el propio Zahera, que deslizó sentirse “encasillado” por esa tendencia a intepretar a “hombres malos y duros”, aunque señaló que el verdadero problema sería no trabajar.
Ahora, le llega un trabajo televisivo que muchos pedíamos para él, y que le permite brillar también en otro contexto. Antón no es la antítesis del rol en el que podemos imaginar a Zahera, pero sí le abre a mostrar otra faceta. El protagonista es un “animal” de campo cerrado y algo antipático, pero es precisamente este tono gruñón y el buen fondo que se le intuye lo que despierta simpatía en el espectador y genera esa comedia que impregna toda la serie.
Además, y sin voluntad de hacer spoiler, la ficción también aborda algo tan importante como la salud mental y la ansiedad en un hombre poco acostumbrado a escucharse. Una situación con la que muchos podrán sentirse identificados y que, a pesar del tono de humor, no se ve banalizada ni minimizada.
Pero Animal no es solo Luis Zahera, sino también esa singular pareja que forma con Lucía Caraballo, que interpreta a su sobrina Uxía. Los dos componen un dúo que aporta comicidad a la ficción, con la joven como contrapunto de su tío. Ella es su jefa, la que manda y la que lucha para intentar que ese pez fuera del agua se integre en su tienda-boutique, a pesar de que él no parece muy dispuesto a cambiar su forma de ser.
Junto a ellos dos, Carmen Ruiz y Antonio Durán 'Morris' engrosan con papeles destacados un reparto en el que figuran Nuno Gallego, Adam Jezierski, Lucía Veiga y Darío Loureiro, entre otros. Todos ellos, dirigidos por Alberto de Toro y Víctor García León, también creador y guionista junto a Ana Boyero, Araceli Álvarez de Sotomayor, Germán Aparicio y Dani Castro.
Existe Galicia más allá del narcotráfico
La nueva serie de Netflix -producida por Aitor Gabilondo y Jota Aceytuno- está rodada íntegramente en Galicia y tiene como epicentro rural el ficticio pueblo de Topomorto, recreado a partir de diversas localizaciones en municipios de A Coruña como Dioño, A Calle, Pontemaceira, Teo y Vedra, así como la ciudad de Santiago de Compostela. Un entorno que permite a la ficción tener una identidad única y que demuestra que existe Galicia más allá del narcotráfico.
En los últimos tiempos, y salvo contadísimas excepciones, gran parte de la ficción televisiva nacional ambientada en territorio gallego ha tenido como trama o punto de partida el narcotráfico. Series como Fariña, Vivir sin permiso, Operación Marea Negra o Clanes se han dedicado a contar desde distintos puntos de vista o enfoques un problema que durante muchos años ha afectado a Galicia, pero que de manera seguramente involuntaria han contribuido a que el estigma no desaparezca.
Contra todo esto llega Animal, que aunque tiene una subtrama un tanto corrupta, rompe con esa tónica que nos hacía pensar que sólo se puede poner el foco en esa zona del noroeste español si es para contar historias de narcos y cocaína.
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