De yoyas, toallazos y brazos coloraos

Una vez más, la sombra de la agresión se cierne sobre la casa de Guadalix. El problema viene de lejos. 'El Yoyas 'sentó las bases teóricas con su placa-placa. Gonzalo, 'el tirititero', escenificó lo que podría haber sido tanto un ataque de ira como el papelón de su vida. Y el vaso de agua de Indhira se convirtió en un peligroso precedente, como una tarjeta amarilla en el minuto 2:00 de un partido de fútbol. Si mojar a alguien con un poco de líquido incoloro, inodoro e insípido se consideró entonces una agresión y motivo de expulsión, no podría ser menos un toallazo o un agarrón fruto del calor de una discusión, aunque no haya voluntad o premeditación en ello. Con el “libro de estilo” de la telerrealidad en la mano, lo de Chiqui Martí en 'El Reencuentro' el pasado viernes, fue una agresión de tomo y lomo. Es más, siendo un poco coherentes, Natalia tendría que haber abandonado el programa para acudir a una comisaría a denunciar a Chiqui. Con un parte de lesiones en la mano. En la mano colorá. Sin embargo, Natalia se ha limitado a agarrarse a este clavo para reafirmarse en su papel de víctima, tratando de sacar provecho de la situación. Ahora es, además, una víctima agredida. Aunque la redacción del programa tuvo que darle un toque de atención para hacer ver a la audiencia que la agresión verbal también se castiga, para expiar su parte de culpa. Pero es que si juntas los elementos químicos adecuados en una probeta, puede producirse una reacción que provoque una llama. Con todos esos “rencorosos” tratando de saldar cuentas pendientes, no es de extrañar que salten chispas o toallas o que una cucharada de leche condensada lleve a Guadalix a declararse en Defcon 2. Y ese es el objetivo principal. El leit motiv del cásting. Combinar los elementos adecuados, hurgar en el pasado y que se destape la caja de Pandora. Rayos y truenos. Morbo. Broncas. Polémica.

Si me tengo que mojar, después de ver la secuencia completa creo que Natalia es esa clase de personas con la habilidad de desquiciar a la gente, sacar lo peor de ellas y luego darle la vuelta a la tortilla para ser la víctima. Y Chiqui no es menos tonta que ella por actuar así y dejarse provocar. Pero, en fin, son cosas de la magnificación.

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Algo pasa los findes en Guadalix

Lo más curioso del tema es que estas pseudo agresiones siempre encajan de maravilla con la programación de Telecinco. Ni a propósito les sale mejor. Viernes, bronca y expulsión. Domingo, debate acalorado con los protagonistas en el ring para retomar la cuestión el jueves en la gala. Con Rubén y Chari pasó lo mismo, y el debate subió puntos. Y si hace falta cambiar las normas del programa (o improvisarlas sobre la marcha) para que todo cuadre en la parrilla, se hace. Cuando Gerardo abandonó, Saray tendría que haber dejado la casa con él. Sin embargo, la retuvieron con la falsa promesa de una nueva pareja hasta la noche de la gala, para expulsarla entonces y tener algo de que hablar en plató. Claro que no me extraña: la semana pasada, la protagonista de la gala era una loncha de queso de alguien que otro alguien se comió, creo. Tampoco le prestaba atención. Estaba allí como Juanmi, por estar. Alomejor tenemos suerte y Marta se magnifica con Coyote y por fin podremos comentar algo.

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Telecinco debería darle una muerte digna a 'El Reencuentro' en lugar de intentar manternerlo con vida a base de polémica, porque tal vez algún día no haya la suficiente y la tengan que fabricar. Para los jueves por la noche podrían programar una peli de esas fresquitas (‘Ghost’, ‘Pretty Woman’, Tienes un e-mail’…) como hacían antaño, en la era prehistórica de la cadena, cuando una jovial y dicharachera Yolanda Benítez nos “cantaba” la programación. ¿Os imagináis si volviera Yolanda? ¿Cómo daría paso a Sálvame? “A las 22:00 horas, y después del Telecupón, nos esperan las disparatadas y divertidas situaciones de Jorge Javier y sus chicos en ‘Sálvame’. Sin duda, nos harán reír de lo lindo con sus locas ocurrencias”.