Ana Morgade: “Una polémica ya no te pilla por sorpresa tras tantos años en TV, pero uno no elige cuándo es polémico”
La casualidad ha querido que Ana Morgade esté esta semana de doble celebración. Por su 43 cumpleaños, que fue el pasado martes, y por el estreno de True Story España, su nuevo programa. El formato, que llegó el viernes 11 al catálogo de Amazon Prime Video, reproduce de manera ficcionada las historias reales y rocambolescas que en su día vivieron seis rostros famosos de nuestro país -Lola Índigo, Antonio Orozco, Pepe Reina, Martita de Graná, Julio Iglesias Jr. y Paula Echevarría-, que al mismo tiempo las cuentan en plató ante la atenta mirada de Morgade y Arturo Valls.
“Nuestras reacciones son muy genuinas porque la gente va a flipar de verdad con la vida que han tenido todas las estrellas que pasan por el programa”, cuenta la presentadora a verTele sobre esta nueva aventura profesional, en la que finalmente ha podido trabajar junto a Valls, “un icono del humor y el entretenimiento de nuestro país”.
True Story también le ha permitido debutar como conductora en una plataforma de streaming, completando así un año en el que ha cerrado su etapa en Yu, un programa radiofónico con mucho público en YouTube, y ha abierto la de Conexión Play Station, el espacio de Twitch en el que ahora es colaboradora, demostrando así que puede haber mucha vida para una presentadora fuera de la televisión convencional. “Están surgiendo nuevos lenguajes que son increíbles. Yo no me quiero quedar estancada, en este sentido, y me siento muy afortunada cuando me llaman”, añade Morgade.
Eso sí, también se siente agradecida cuando la llaman para participar en programas de televisión. Aunque eso suponga ser noticia por intervenciones como la que protagonizó recientemente en Pasapalabra, cuando cuestionó la letra de Devuélveme mi chica, de Hombres G, diciendo que “las mujeres no se devuelven, no somos un bolso”. Una reflexión que defiende sin miramientos: “Yo sigo muy tranquila con lo que dije, porque me parece que tiene mucho sentido común lo que dije, cómo lo dije y desde dónde lo dije”.
¿Qué te pareció el proyecto de 'True Story' cuando te lo plantearon?
Dudas tuve pocas, porque en cuanto me dijeron que estaba Arturo Valls dije “sí, lo que sea”. Luego me pasaron la versión australiana del formato, la vi y me pareció increíble. La idea era maravillosa. Además, cuando me comentaron que estaría con gente famosa, dije “estoy dentro al 100%”.
¿Qué te interesaba de Arturo Valls para tener tan claro que querías trabajar con él?
Trabajar con Arturo es trabajar con un icono del humor y del entretenimiento en nuestro país. Esto, por sí solo, ya es una gozada por todo lo que tienes para aprender por delante. Y luego está que es un tío superdivertido, superoptimista y con una forma de trabajar excelente. Es trabajo porque llega la nómina y te llevas una alegría, pero con él no parece que estés trabajando.
Hay un par de entregas en las que él saluda al público sabiendo que no hay público en plató. Para los humoristas, que soléis estar muy pendientes de las reacciones que despiertan vuestros chistes, ¿cómo es grabar un programa como este?
Al final se creó una sensación muy íntima, como de estar charlando entre vinos, que resultó muy bonita. Teníamos a gente como Lola Índigo, Antonio Orozco y Pepe Reina contando cosas de su vida personal muy privadas, pero llega un momento en que medio olvidas que hay cámaras y en el que sientes que estas hablando con los colegas mientras esperas que te pongan un pinchito de tortilla y unas cañas. Los chistes salen un poco desde ahí, participando e intentando meter la cuchara en una historia que nos están contando y que nos está fascinando.
La gente va a flipar de verdad con la vida que han tenido todas las estrellas que pasan por el programa
Además, son historias muy personales. Y en el humor se suele decir que cuanto más personal, mejor.
Totalmente. Además, las anécdotas son muy marcianas, y yo esto no me lo esperaba. Una de las claves del programa que, creo, funciona muy bien, es que Arturo y yo sabíamos quiénes eran los invitados, pero de las anécdotas nos enterábamos mientras los invitados nos las contaban. Nuestras reacciones son muy genuinas porque la gente va a flipar de verdad con la vida que han tenido todas las estrellas que pasan por el programa.
Con Arturo y contigo como presentadores se puede pensar que 'True Story' es un formato de humor. Y aunque lo es, todas las historias tienen también un punto de suspense.
Todo está teñido de comedia porque, claro, Arturo y yo nos retroalimentamos. Pero sí es cierto que las historias atraviesan muchos géneros sin darnos cuenta. Algunas son casi ciencia ficción, otras thriller policíaco, otras dan auténtico miedo y otras son muy tiernas, porque se retrotraen al inicio de las carreras y las ilusiones de los invitados. Hay de todo, es alucinante.
Hablando de carreras, este año has cerrado un programa de radio con mucho tirón en YouTube ('Yu'), estás colaborando en un formato de Twitch ('Conexión Play Station') y ahora estrenas otro en una plataforma de streaming ('True Story'). Eres el claro ejemplo de que, para un presentador o presentadora, puede haber vida más allá de la televisión convencional.
Absolutamente. Yo me he pasado muchos años haciendo televisión, y me encanta. Además, de vez en cuando vuelvo a hacer cositas, me invitan y programas y demás, pero están surgiendo nuevos lenguajes que son increíbles. Yo no me quiero quedar estancada, en este sentido, y me siento muy afortunada cuando me llaman. A mí me resultaba impensable hace tres años estar en un canal de Twitch, y ahora me estoy familiarizando con el lenguaje porque, claro, ahora la gente empieza a consumir el entretenimiento desde otros lugares.
Aunque siendo muy relevante, no todo tiene por qué empezar ya en la televisión de toda la vida.
Creo que cada cosa tiene su momento. Por ejemplo, en Twitch el concepto de “directo absoluto” tiene un interés fantástico que la televisión, con sus grandes aparatajes, lo hace más difícil, aunque, por supuesto, hay cosas en directo. Y luego la televisión convencional tiene mucha fiabilidad. La gente elige ver por ahí las Campanadas, pero Ibai las emite a la vez por Twitch y también funcionan muy bien. Al final, diversificar es superimportante porque cada plataforma y cada ventana de emisión tiene sus particularidades. La musculatura que tiene la televisión tradicional todavía es muy potente. En los eventos deportivos, que requieren mucha inversión, la televisión convencional sigue estando ahí y va a seguir estando. Yo creo que hay un hueco para todo.
Con estos proyectos demuestras lo que ya has dicho alguna vez, que eres incapaz de estar en estado de reposo.
No consigo estar parada. Me divierte muchísimo meterme en líos, meterme en problemas, tener retos... Y de esto ahora tengo un montón porque ahora estreno un programa en una plataforma para la que nunca había trabajado, estoy en un canal de Twitch sin haberme metido nunca antes en este mundo y he estado en un programa de radio que tenía mucho tirón en YouTube. Yo me meto en los líos que haga falta.
Hablando de líos: hace poco fuiste noticia por cuestionar la letra de 'Devuélveme a mi chica', de Hombres G, en 'Pasapalabra'. ¿Cómo has vivido todo este revuelo?¿Te sorprendió?
Una polémica ya no te pilla por sorpresa cuando llevas tantos años en televisión, lo que pasa es que uno no elige cuándo es polémico. Yo sigo muy tranquila con lo que dije, porque me parece que tiene mucho sentido común lo que dije, cómo lo dije y desde dónde lo dije. Todas las visceralidades que esto ha podido despertar al final hablan de algo importante, que es que este debate está vivo y que queda mucho por hacer.
Más allá de la reflexión que hiciste, el mero hecho de hacerla iba en consonancia con tu propia actitud. Hace un año, sin ir más lejos, te presentaste a un photocall vestida con un “portatrajes” para reivindicar tu cuerpo, así que tiendes a reivindicar lo que quieres cuando quieres.
Hablando con respeto, con propiedad y sin tratar dar lecciones, solo hablando desde la experiencia propia, uno puede decir lo que sienta con honestidad. Cómo se lo tome luego el resto depende de las circunstancias del resto, y es imposible saber cómo llega a todo el mundo. A veces das los buenos días en la oficina y a alguno no le siente bien siendo doce, pues imagínate. Es imposible que todo el mundo reciba el mismo mensaje desde el mismo lugar, con esto hay que contar.
Se han cumplido ya tres años de tu marcha de 'Zapeando'. ¿Cómo valoras tu carrera actual fuera del programa?
Zapeando fue una etapa fantástica donde me reí y aprendí muchísimo. Todavía sigo en contacto y viendo a alguna de las personas con las que coincidí ahí, como con Maya Pixeslkaya, con la que estoy en Conexión Play Station y a la que pregunto por todo el mundo, o con Lorena Castell, con la que coincidí en Yu. Yo me lo pasé superbien, pero lo único que no echo de menos de Zapeando es que ahora como sentada y a mi hora, que era el gran suplicio de hacer un programa justo después de comer, que todo el mundo te ve comiendo y tú te quedas sin comer hasta más tarde.
¿Has vuelto a ver el programa?
Tengo una niña pequeña, ¿tú crees que me da tiempo a ver algo? [ríe]. Pero a través de redes sí voy viendo algunos cortes y pequeñas cosas, como lo de la sandía y las marcianadas que hacen. Además, como sigo a casi todos los colaboradores en redes, como Valeria Ros, Dani Mateo, María Gómez y Cristina Pedroche, veo que van colgando cosas. Son colegas, así que veo todo lo que van haciendo y las marcianadas que van haciendo ahí, me parto de la risa.
Cuando Arturo Valls terminó '¡Ahora caigo!' se marcó como objetivo hacer más ficción. ¿También es así en tu caso?
Por supuesto. A mí me encanta hacer ficción, y ahora la hago mucho en teatro. De hecho, estoy en el Teatro Quique San Francisco haciendo una función [Porvenir] hasta diciembre, y estoy supercontenta. Lo que pasa es que en el inconsciente colectivo, cuando estás muy situado en el entretenimiento, es difícil dar el salto, que la gente te vea en un personaje y que no te coma tu propio personaje del entretenimiento. Pero con esto, y con todo, cuando recibo alguna oferta la recibo encantadísima, porque a mí me flipa hacer de otras personas.
¿Dar ese salto es más difícil cuando te dedicas al humor?
Es bastante parecido a cuando trabajas de presentador, colaborador o contertulio en un programa. Se supone que fabricas tu carrera a través de un personaje que eres tú, que la gente te conozca a ti. Entonces, romper esto y pedir al espectador que se olvide de esto para entrar en un personaje es un esfuerzo extra. Yo creo que se puede hacer, y creo que lo conseguí cuando hice de Montse en Cuerpo de élite o de Cata en Olmos y Robles, que fueron personajes que pude construir y alejar de mí. Pero al final es un doble salto mortal. A mí me parece muy guay porque podemos demostrar caras y registros que a la gente le sorprende.
Por último. En uno de los episodios de True Story dices que “la tele adorna la realidad”.
Totalmente, todos los hacemos. Incluso la telerrealidad está adornada, está embellecida y está editada incluso cuando es supercierta, porque si la tele fuera la vida nadie se sentaría en una ventana tan chiquitita a verla teniendo el mundo entero. En realidad, creo que una de las responsabilidades de la tele y el entretenimiento es ser un puntito más interesante que la vida para que merezca la pena que te sientes a verla. La vida es un partido de fútbol, pero la tele tiene la obligación de hacer un resumen de los mejores momentos para que te quedes enganchado.