Anabel Pantoja añora 'Sálvame' en su baile final en Telecinco: “Belén Esteban no fue la mejor, pero daba la audiencia”

Posado oficial de Anabel Pantoja, en 'Bailando con las estrellas'

Sergio Soriano

Anabel Pantoja es una de las finalistas que puede llevarse el triunfo en Bailando con las estrellas. La segunda edición del talent show en Telecinco emite su final este sábado, 29 de noviembre, tras varios meses plagados de polémicas e incluso acusaciones de tongo. En este sentido, la andaluza se ve ganadora y considera “un honor” que se la compare con Belén Esteban y su éxito en Más que baile: “No es quien mejor bailó, pero daba la audiencia”. También aprovecha para confesar que “echa de menos” al difunto Sálvame y a sus excompañeros, con recado al programa Fiesta: “Me dan un caña que flipas”.

En una entrevista con verTele, la colaboradora se pronuncia abiertamente sobre su complicada experiencia: “Merezco estar aquí igual que el resto de mis compañeros. El público tiene la culpa de que esté en la final”. Las valoraciones del jurado, especialmente duras con ella, provocan su divertida reflexión: “Yo tengo corazón, no tengo ahí un bote de ketchup”. Conviene recordar que la concursante abandonó el plató durante la semifinal entre lágrimas tras escuchar el veredicto. “¿Estás bien?”, planteó Jesús Vázquez, a lo que la ya finalista respondió un tajante “no”.

Respecto a sus compañeros, Anabel Pantoja también se pronuncia sin paños calientes: “Nunca he recibido lo mismo que he dado yo”. Sin embargo, respeta todas las opiniones y asume que las expectativas pueden no cumplirse: “Te das cuenta de que todas las personas no son como tú”. Junto a su maestro Álvaro Cuenca, la aspirante a ganadora lanza un alegato por la diversidad: “Podría ganar una persona que no sea el perfil de siempre, que tiene cuarto grado de danza y que, evidentemente, tiene cuerpo atlético. ¿Por qué no gana una persona que no sabía nada, que está evolucionando?”.

Anabel Pantoja y Álvaro Cuenca, durante la emisión de 'Bailando con las estrellas'

A pesar de haber llegado a la final con el firme apoyo del público, parte de la audiencia está empeñada en hablar de tongo. ¿Has llegado a sentir que no lo mereces, o consideras que el esfuerzo justifica tu presencia en la final e incluso la victoria?

Considero que cada uno puede tener su opinión, pero yo merezco estar aquí igual que el resto de mis compañeros. Para eso empecé el programa en agosto, estamos casi en diciembre y aquí sigo. Tengo el mismo derecho, y la verdad es que pienso que el público tiene la culpa de que esté en la final. Estoy aún más feliz porque haya sido el público, y no el jurado, quien me ha traído hasta aquí.

Durante la semifinal, te vimos abandonando el plató muy afectada. ¿Por qué crees que el jurado está teniendo ese nivel de exigencia contigo? ¿Cómo te sentiste?

Al final, cada miembro del jurado tiene su criterio. Yo no soy un robot. Cuando llevo una semana ensayando como una loca y matándome, haciendo cosas imposibles que pensaba que no iba a hacer, y después llegan cuatro o cinco personas que dicen que no han visto nada o que les ha parecido pobre la coreografía… Pues yo tengo corazón, no tengo ahí un bote de ketchup, ¿sabes? Mientras las críticas no sean de mi madre, de Álvaro Cuenca o de los míos, pues no me afectan tanto.

¿Sientes cierto alivio al bailar cada sábado en Telecinco, sabiendo que no vas a estar sometida al escrutinio de Sálvame? Ahora los programas vespertinos son menos incisivos…

Pues yo echo mucho de menos Sálvame, la verdad. Ellos tenían sus críticas y sus cosas, pero hablaban como si fueran el propio público. Había muchos colaboradores y tenía cada uno su opinión. Siempre había unos debates muy buenos. Me dan una caña que flipas ahora los fines de semana, por ejemplo en Fiesta. Eso es algo que tampoco entiendo, pero cada uno tiene su opinión y no le puedo gustar a todo el mundo.

Yo no puedo levantarme por la mañana y decir: “Soy la que mejor bailo”, porque considero que no soy la que mejor baila. Sí que creo que he hecho un buen programa, he evolucionado, he cumplido y me he entregado al público. Cuando aparezco, divierto. Y no es solo bailar; entonces nos iríamos a las competiciones con los dorsales.

Hubo un momento en que te enfrentaste al jurado diciendo que no querías ser la “humorista” de la edición. ¿Consideras que ha perjudicado tu imagen pública?

Cuando tú trabajas toda la semana y tienes ilusión, terminas el baile y piensas que lo has hecho bien, lo único que te sabe decir el jurado es: “Me he divertido mucho contigo, pero el baile es para olvidarlo”. Llega un momento en el que dices: “Bueno, cariño. Es que yo no he venido aquí a hacerte reír”. Para eso, te pones un monólogo de un humorista en tu casa y te ríes. Pero es como comentábamos antes, me lo tomo con respeto.

Yo me llevo a mi casa lo positivo, y la opinión del jurado… bueno, es que esto se acaba ya. Dentro de nada estamos comiendo los polvorones, los mantecados cada uno en su casa sin saber el uno del otro.

En una ocasión dijiste que tus compañeros eran “una mierda” por la falta de apoyo. ¿Cómo ha evolucionado tu relación con ellos?

Me considero una persona muy de corazón, muy entregada. Siempre he estado pendiente, he sido como muy madre: “Chicos, cuidado que nos van a enfocar; empieza este baile; vamos a estar atentos, aplaudir y animar”. He intentado ayudar a todo el mundo cuando he visto mal a alguien, pero nunca he recibido lo mismo que he dado yo. Luego, pues te das cuenta de que todas las personas no son como tú. Cada uno tiene una forma de ser, pero bueno, no lo tomo en cuenta. Ya está. Yo actúo porque soy así y no espero nada a cambio.

Nunca he recibido de mis compañeros lo mismo que he dado yo

Anabel Pantoja

Has reconocido públicamente que te sentiste “amargada”, “agobiada” y “desmotivada” en varios momentos. ¿Cómo has trabajado para seguir luchando cada semana en Bailando con las estrellas?

Pienso que debemos ser positivos, tener ilusión y no dañarla porque la gente opine que no deberíamos estar en la final o que sea tongo. Si estamos aquí es por el público que ve el programa. ¡Si el público no viese el programa, aquí no habría ni un cámara! Si el público nos apoya, ¿por qué no vamos a tener posibilidad de ganar?

Podría ganar una persona que no sea el perfil de siempre, con un cuarto grado de danza, que hace trescientos portés o trescientos mil pasos y que, evidentemente, tiene cuerpo atlético. ¿Por qué no gana una persona que no sabía nada, que está evolucionando, que cumple con las expectativas y que, además, el público la quiere y la apoya?

Tenemos el precedente de Belén Esteban ganando Más que baile con el apoyo del público…

Para mí es un honor que se me compare con ella, porque a lo mejor no es la que mejor bailaba, pero es la que tenía más carisma, quien divertía al público y la que daba los datos de audiencia. Ese programa lo hacía ella sola. A ver si Dios nos ayuda y nos lleva más adelante. Ojalá podamos ganar. Y el que gane, pues se lo merecerá también.

Anabel Pantoja y Álvaro Cuenca, en 'Bailando con las estrellas'

Habla Álvaro Cuenca, maestro de Anabel Pantoja: “Es el foco del concurso en todos los niveles”

A lo largo de la experiencia, has sido categórico defendiendo a Anabel. ¿Por qué crees que el foco se coloca en vosotros cada semana, incluso a veces por parte de vuestros compañeros?

Porque Anabel es el foco del concurso en todos los niveles: energía, televisión, expectativas, quieres verla reír, quieres verla llorar, que se equivoque, que acierte… No es que yo haya sido su defensor, es que he conocido a la mujer que hay detrás de las cámaras. Que es la misma, pero ella me ha abierto las puertas de su vida. Evidentemente, yo soy una persona cuyos valores incluyen defender lo mío, a la gente que quiero y a las personas que me importan.

Al final, no deja de ser una alumna para mí. Aparte, se ha convertido en algo más y, evidentemente, cualquier cosa dura o crítica fea que le puedan decir, pues la voy a defender. Hoy, en el concurso y mañana también.

¿A qué crees se debe ese nivel de exigencia del jurado con vosotros?

Yo creo que lo fácil también es ir a por la persona que visualmente parece que hace menos. Es ir poquito a poco; la evolución es empezar de cero y el nivel está superalto. Las opiniones te afectan, sobre todo cuando no son del todo constructivas. El “no me gusta” o el “no lo haces bien”, yo creo que es no poner en valor el trabajo que hay detrás. Ya no solo bailando, sino a nivel talent show.

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