Javier Gutiérrez abre 'La Agencia' con el “riesgo” de su duración: “Si esto llega a funcionar será un malabarismo”
Javier Gutiérrez vuelve a la ficción en abierto con La Agencia, nueva serie que se estrena este miércoles 10 de septiembre, a las 23:00 horas, en Telecinco. Tras una última etapa vinculado solo a proyectos de plataformas, el actor regresa a la televisión generalista cuatro años después del final de Estoy vivo (RTVE), donde el asturiano también estaba, como ocurre en esta nueva comedia de Mediaset, a las órdenes de Daniel Écija.
“Volver de la mano de Dani, que es amigo, que es un productor en el que confío, con el que he tenido papeles que me han dado mucha visibilidad y a los cuales yo estoy muy agradecido, pues evidentemente si Dani me llama para hacer un personaje y una serie como esta, pues me aventuro a ello”, empieza valorando Gutiérrez, a quien el creador aupó a comienzos de los 2000, primero con su papel de José Luis en Los Serrano y más tarde con el de Sátur en Águila Roja.
“Y lo hago sabiendo que hay un riesgo implícito, que es estar en una cadena en abierto y que son capítulos o temporadas que ya el espectador ni siquiera contempla. Parte de los espectadores, no todos”, admite el intérprete, que traslada a los directivos de Telecinco, como a los del resto de cadenas, la preocupación por seguir apostando por capítulos de más de una hora, como será el caso de La Agencia. “Ya no se hacen series de 13 capítulos y de 70 minutos, y en abierto. O sea que si esto llega a funcionar, espero que sí, será un malabarismo. Es una auténtica pirueta, que es el reto, es el objetivo”, reconoce.
Sobre las tramas de La Agencia, que será la adaptación española de la exitosa original francesa Call my agent, Javier Gutiérrez avanza que sus tramas mostraran “lo hermoso y lo glamuroso” del mundo de la interpretación, así como “la miseria”, “la trastienda” y “la cruda realidad de este oficio”. “Igual que hay actores, como es mi caso, que somos un pelotón muy reducido, que lanzamos un trabajo tras otro (...) se va a ver que hay compañeros y compañeras que no pueden llegar a fin de mes, que no pueden vivir de esto, y que lo pasan realmente mal”, reflexiona el actor, preocupado también por el intrusismo que afecta a su oficio.
“Es una grandísima tragedia. No es una tristeza, es una tragedia la cantidad de compañeros y compañeras con talento que no pueden acceder a un rol, a un papel. Pero también es cierto que cualquiera se considera actor por haber hecho cualquier cosa. Yo creo que hay que tomarse esta profesión muy en serio, hay que prepararse a fondo y considerarse actor... yo creo, son palabras mayores”, concluye.
¿Viste la versión original francesa de la serie para prepararte para esta adaptación?
Bueno, siempre está bien beber del original, sobre todo cuando es un proyecto de tanta calidad, ¿no? Pero creo que, como decía el productor Daniel Écija, la sociedad española no tiene mucho que ver con la francesa. Con lo cual, hay que adaptarlo a la naturaleza de nuestro país y, sobre todo, no huir sino incidir en la comedia. Yo creo que, en ese sentido, le viene muy bien a la serie.
¿Qué crees que es lo que distingue a la industria audiovisual española?
No creo que sea muy diferente al resto de países. Las miserias de nuestra profesión son iguales aquí que en cualquier otro país. Por ejemplo, se diferencia de la industria americana en los presupuestos tan mastodónticos que pueda haber en alguna producción de allí, aunque no pasa en todas. También se hacen series de bajo presupuesto y películas de bajo presupuesto que no tienen nada que envidiar respecto a la calidad a proyectos de otro calado económico. Pero los problemas de los actores y de los representantes son los mismos, te lo aseguro.
¿Qué realidad se va a mostrar en La Agencia del mundillo del espectáculo?
Se va a ver lo hermoso y lo glamuroso. Y se va a ver la miseria, y se va a ver la trastienda también. Se va a hablar de la cruda realidad de este oficio. Igual que hay actores, como es mi caso, que somos un pelotón muy reducido, que lanzamos un trabajo tras otro, que tenemos el beneplácito de los productores, del público, y que los productos funcionan más unos que otros, se va a ver que hay compañeros y compañeras que no pueden llegar a fin de mes, que no pueden vivir de esto, y que lo pasan realmente mal. Hay una trastienda que es visible. Ahora, insisto, no desde el drama, sino que se va a ver desde la comedia. Hay mucho más peso de la comedia que del drama en esta serie, aunque hay pinceladas de ese drama.
Con 'La Agencia' hay un riesgo implícito, que es estar en una cadena en abierto y que son capítulos o temporadas que ya el espectador ni siquiera contempla
¿Temiste que pasar de los 45 minutos por capítulo de la original a los 70 que tendrá esta adaptación de Telecinco afectase al resultado de la serie?
No... Para mí es un reto. Es un reto en lo interpretativo, es un reto también en lo profesional, porque ya no se hacen series de 13 capítulos y de 70 minutos, y en abierto. O sea que si esto llega a funcionar, espero que sí, será un malabarismo [ríe]. Es una auténtica pirueta, que es el reto, es el objetivo. Creo que donde uno se puede encontrar más cómodo es en las plataformas, donde no hay datos y donde, pase lo que pase, uno es ajeno, pero aquí vamos a convivir con los datos semanales y estar en el alambre semana a semana.
¿Te preocupa el horario que tiene? ¿Te preocupa que al empezar a las 23:00 y con capítulos tan largos la serie no pueda funcionar?
Me preocuparía si no confiase en la serie, pero esos son aspectos que no me confieren a mí, que yo no puedo manejar la parrilla de una cadena. Ellos verán el día, y la hora, que es más conveniente para lanzar la serie. Yo sé que confían ciegamente en ella y que la van a cuidar.
Vamos a convivir con los datos semanales y estar en el alambre semana a semana
Aunque no tengas el control sobre las decisiones de la cadena, como mero espectador sabes que la ficción en abierto lo tiene muy complicado para funcionar...
Yo creo que si la cadena lo cuida, y el espectador se asoma y se interesa, yo creo que se va a quedar. No es ficción, pero tenemos un ejemplo claro en La Revuelta. No mucha gente apostaba por La Revuelta y ha sido toda una sorpresa la temporada pasada en la televisión pública.
En los últimos años, sólo has hecho series para plataformas. ¿Volver al abierto de la mano de Écija, con el que has trabajado hasta en cuatro proyectos en la televisión generalista, era un valor seguro? ¿Has rechazado estos años más proyectos en abierto?
No, es la oferta que existe. Cuando tengo proyectos encima de la mesa, valoro quién los produce, quién los dirige, cómo es el personaje, los retos interpretativos... Quiero decir, hay muchas cosas en juego. Pero sí, hacerlo de la mano de Dani, que es amigo, que es un productor en el que confío, con el que he tenido papeles que me han dado mucha visibilidad y a los cuales yo estoy muy agradecido, pues evidentemente si Dani me llama para hacer un personaje y una serie como esta, pues me aventuro a ello. Y lo hago sabiendo que hay un riesgo implícito, que es estar en una cadena en abierto y que son capítulos o temporadas que ya el espectador ni siquiera contempla. Parte de los espectadores, no todos.
Javier, has dicho que tu personaje es un hombre al borde de un ataque de nervios. ¿Ha habido algún referente? ¿Qué reto te ha supuesto este papel?
Yo creo que el pilar básico en cualquier proyecto es el guión. Y aquí había un guión muy sólido donde los personajes estaban muy cuajados. A mí pocas veces me ha resultado tan fácil leer guiones como los de esta serie, donde te imaginabas ya la realidad de estos personajes. Es que están muy bien tejidas las relaciones entre ellos y cómo están construidos los personajes. Y yo creo que el público va a seguir las peripecias de los personajes. Si el espectador nos concede la oportunidad de asomarse y ver la serie, yo creo que muchos de ellos se van a quedar.
Después de meterte en la piel de un representante, ¿has empatizado más con la tuya?
Hay que tener en cuenta que un representante no solo lleva a un representado. Tiene una cartera a lo mejor de diez actrices o de diez actores. Tiene que lidiar con egos, con proyectos que no salen adelante, con gente que no llega a final de mes, con actores que, como pasa en el capítulo, que no llegan a trabajar porque han salido una noche de fiesta y hay que, de alguna forma, defenderlos. Defender lo indefendible. Entonces todo eso se va a ver. Y yo creo que va a ser muy interesante para el espectador, porque el espectador conoce la cara A, o la cara amable, o la cara glamurosa, pero no conoce esa cara B muchas veces oculta del actor.
A lo largo de tu carrera, habrás tenido también malas experiencias con algunos representantes. ¿Quedará también reflejado en la serie?
¡Claro! Yo hablo de los buenos... [Risas]. No hay tan malos representantes, sino como tiburones. Como es el caso del representante al que interpreta Andrés Velencoso. Sí hay ese tipo de representante sin escrúpulos que le interesa más su proyección que la vida del representado.
¿Cómo ha sido trabajar con Fiorella Faltoyano?
Fíjate, no le damos el valor que tiene a una generación anterior de la que aprendes muchísimo. Fiorella es oficio, es saber estar, es saber esperar sin quejarse. Son muchas cosas que uno aprende en el set y aprende de gente que ha hecho absolutamente de todo en este país. A mí me llama mucho la atención cuando a la gente joven le preguntas por determinados referentes y no tienen ni idea. Por eso creo que es importante ensalzar la figura de actrices en este país como Fiorella, y tenerla aquí en la serie.
El intrusismo es una grandísima tragedia
En la rueda de prensa, pusiste el foco en uno de los probemas que tiene el oficio de la interpretación como es el instrusismo. En una época en la que vemos a personajes de corazón haciendo teatro, a cantantes o influencers haciendo series... ¿Cómo se lidia con eso?
Bueno, como vosotros en el periodismo, ¿no? O sea, que no es algo que nos atañe solo a nosotros. Hay muchas profesiones. Evidentemente que es una grandísima tragedia. No es una tristeza, es una tragedia la cantidad de compañeros y compañeras con talento que no pueden acceder a un rol, a un papel. Pero también es cierto que cualquiera se considera actor por haber hecho cualquier cosa. Yo creo que hay que tomarse esta profesión muy en serio, hay que prepararse a fondo y considerarse actor... yo creo, son palabras mayores.
Eres uno de los pocos actores de este país que ha sido igual de reconocido por sus proyectos tanto en drama como en comedia. ¿Cómo consigue uno esa versatilidad y que no se le encasille en un género u otro?“
Yo creo que cada vez somos más, actrices y actores. Hay muchísimo nivel en este país. Muchísimo nivel en cuanto a compañeros y compañeras. Yo sostengo que a mí me gustan más las actrices que los actores y mira que hay actores que me enloquecen. Pero cada vez que veo un trabajo de una compañera se me eriza el vello porque hay actrices... Bueno, se acaba de estrenar una serie en HBO, Furia de Félix Sabroso, donde hay cinco compañeras, cinco titanas, que es que dan muchísima envidia. A mí se me cae la baba viendo el trabajo de Carmen Machi, de Nathalie Poza, de Pilar Castro, de Candela Peña... En fin, que hay trabajos maravillosos y es un claro ejemplo de actrices que dominan la comedia y el drama. Yo creo que simplemente es tener la oportunidad, que es muy difícil. Es muy difícil que alguien, entre la cantidad de actores y actrices que hay en este país, y buenos además, decida que has sido tú el elegido para interpretar ese papel.
¿Son buenos tiempos para la ficción?
Sí, yo creo que sí. Creo que hay demasiada. Creo que es cierto que estamos saturados, pero hay una ficción de calidad y España es un país, en ese sentido, puntero.
¿Y te llaman mucho de fuera?
Sí, he recibido propuestas, pero lo que se hace aquí es tan interesante como lo que se hace fuera. De hecho, muchos remakes parten de aquí, de proyectos hechos en España, con lo cual casi prefiero ser cabeza de ratón que cola de león. Pero si llega algo, sí. Ya me sucedió con Assassin's Creed, donde coincidí con Carlos, ahora estoy haciendo una serie con Hovik y hablamos mucho de eso. Pero es que en este país hay proyectos de verdad muy interesantes, y hay muchos altos puestos a nivel global viendo lo que se hace aquí.
Los Serrano, como Aquí no hay quien viva, sigue sobreviviendo al paso del tiempo y llegando con éxito gracias a las plataformas a generaciones más jóvenes que igual no habían ni nacido cuando se estrenó. ¿Cómo vives este fenómeno que parece inexplicable?
Yo creo que es explicable. El espectador también está saturado. Estoy seguro de que esas generaciones de gente joven que está viendo ahora Los Serrano o Águila Roja también lo ha heredado de sus padres. No hay que perder de vista que Los Serrano hace unos cuantos años reunía en el salón de las casas a más de 8 millones y medio de espectadores. Eso a día de hoy es impensable. Precisamente por eso, y al hilo de lo que decíamos antes de si funcionará o no o apostar por una serie como esta, pues se apuesta porque estamos viendo que hay series de hace 20 años que siguen funcionando y que concitan el interés de gente muy joven. Y eso no hay que perderlo de vista.
¿Te animarías a hacer algo como lo que ha hecho Paco León con Aída, tipo reencuentro?
No lo sé, primero tendría que haber un buen guión para sumarme a ese proyecto.
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