Dice Malú que ya no está obsesionada con la imagen que proyecta en televisión. Si antes pasaba horas maquillándose para salir a un plató, ahora le basta con la mitad de tiempo. “Siempre somos nuestros peores espectadores. Verte a ti mismo es de las cosas más noqueantes que hay porque, probablemente, eres el que peor te va a tratar. Pero ya me da lo mismo, pasé esa barrera y ya ni me miro, ya no me importa”, explica la artista desde la alfombra naranja del FesTVal de Vitoria, donde se presentó la nueva edición de La Voz (Antena 3), programa en el que ejerce de coach junto a Pablo López, Sebastián Yatra y Mika.
Malú es uno de los rostros más conocidos de La Voz, y la más veterana. Hace 12 años que se estrenó en el icónico sillón rojo de este concurso musical en el que tanto ha aprendido. “Es de las cosas más enriquecedoras que he hecho como artista y como persona”, confiesa durante su entrevista con varios medios de comunicación, entre ellos verTele.
La Voz le ha permitido conocer a Mika, “un gran descubrimiento, una persona que sabe estar en todas las circunstancias”. Tras participar en El Piano (laSexta), el famoso cantante británico-libanés gana presencia dentro de la televisión española con este nuevo encargo. Aquí es el 'novato', pero, en realidad, ha trabajado en La Voz Francia desde 2014. Conoce el formato a la perfección.
A pesar de todo, ha sido imposible para él no sentir cierto vértigo al entrar en el plató. Compañeros nuevos, público nuevo y un idioma que no maneja a la perfección. “Para mí ha sido un shock, pero también una provocación para aprender algo nuevo”, declara el cantante, ganador de un World Music Awards. No solo no se achanta, sino que le estimulan los retos de este tipo: “El miedo es delicioso cuando necesitas aprender algo nuevo. Para nosotros, el miedo es una droga dura”. Con miedo salen al escenario los concursantes de La Voz; y con la esperanza de que cualquiera de los coaches les dé una oportunidad. Este viernes se emitirá en Antena 3 (22:00 horas) una nueva entrega del programa, que la semana pasada fue líder de audiencia con su gala inaugural.
¿Qué podéis decir el uno del otro?
Mika: Malú parece la más dura, la más cabezota, difícil y a veces, demasiado difícil, y la verdad es que es la más generosa. Tiene una empatía musical increíble y tiene la capacidad de cambiar el humor. Reacciona con el corazón mucho más que con la cabeza. Finge que actúa con la cabeza, pero la verdad es que es una cantante que reacciona con el corazón. Y es porque hace su carrera desde hace muchísimo tiempo. A veces también es un poco difícil, pero la mayor parte del tiempo es un corazón con tacones.
Malú: Mika es un gran descubrimiento. Lo he dicho delante y detrás de los medios de comunicación. Es una persona que sabe estar en todas las circunstancias. Tiene aura y energía de estrella. Conoce el humor, sabe hablar, tiene empatía, es humilde y tiene un talento artístico brutal. Cada vez que abre la boca, pensamos: 'el que no hablaba español nos ha matado a todos'. Como artista, todos conocemos a Mika; como persona, me ha encantado estar con él.
Mika: Los españoles no me conocen mucho como persona, pero es normal porque no he hecho muchas cosas en España. He tenido una oportunidad muy rara en la carrera: puedo ser la persona que soy sin filtros y sin pensar en las consecuencias, pero solo cuando tienes compañeros que te lo permiten.
Malú es un poco difícil a veces, pero la mayor parte del tiempo es un corazón con tacones
Mika, cuando presentaste 'El Piano' (laSexta) te preguntamos si te gustaría estar en 'La Voz' y nos dijiste que para eso había que hablar mucho español. ¿Cómo lo has hecho?
Cuando me llamaron para hacerlo, fue un momento surrealista. Pensé que era una broma. Siempre he visto a La Voz España como muy especial. La Voz México es mexicana, La Voz Argentina es argentina y La Voz Francia es muy francesa. La Voz de aquí es una mezcla de España y Latinoamérica. Es muy española. Tienes toda la cultura española, el flamenco, y tienes toda la parte internacional. Cultural y musicalmente hablando, es una cosa mucho más grande que en otros países. Para mí ha sido un shock, pero también una provocación para aprender algo nuevo, y eso es un privilegio que normalmente tienes cuando eres adolescente. He sentido que parte de mi cabeza cambiaba, una plasticidad en el cerebro, y eso es muy adolescente. Cuando tienes 42 años, normalmente no aprendes algo provocado por una oportunidad y del miedo. Y el miedo es delicioso cuando necesitas aprender algo nuevo. Para nosotros, el miedo es una droga dura.
Malú, como artista, ¿qué te ha enseñado 'La Voz'? Para vosotros también es un reto...
La Voz es un constante aprendizaje. Cuando arrancaba La Voz hace 12 años, los artistas trabajábamos detrás de nuestros pies de micros, de nuestros instrumentos y mostrábamos nuestras canciones y nuestras formas de hacer, pero todo lo que fuera un punto más allá nos daba terror. Cuando nos plantearon La Voz, eso sí que fue sentir miedo. Nos encantaba el formato, pero decías: '¿qué es esto?, ¿nosotros en televisión? ¡socorro!'. Ahí empezamos a aprender que la gente quería mucha más música de la que se le estaba dando la oportunidad de tener. Era una era en la que la música no tenía cabida en televisión. Se empezaban a reducir los temas y las formas de presentar las canciones. Nos decían que esto no funcionaba en televisión. Y aparece un formato 100% musical, blanco, en el que solamente hay música y artistas. Eso ya te enseña que la gente está mucho más necesitada de música de lo que tú te puedas imaginar. Y el trabajar con compañeros... porque los actores comparten constantemente con otros actores, pero nosotros siempre vamos solos con nuestro equipo. La Voz te muestra una forma de convivencia con tus compañeros y te da la capacidad de enriquecerte, de verles, de hablar, de ver las formas que tienen de sentir la música. Para mí, La Voz es, desde hace 12 años, de las cosas más enriquecedoras que he hecho como artista y como persona. Como ser humano, te abre muchos chacras de emoción.
Malú, y cuando tú te ves en televisión, ¿te tratas bien?, ¿eres buena espectadora contigo misma?
¡No! [ríe] No, ya no me veo. Me da igual, pero creo que nosotros siempre somos nuestros peores espectadores. Verte a ti mismo es de las cosas más noqueantes que hay porque, probablemente, eres el que peor te va a tratar. No creo que haya nadie en el mundo que te pueda ver tan mal como tú a ti mismo. Pero ya me da lo mismo, pasé esa barrera y ya ni me miro, ya no me importa. Antes estábamos tres horas en chapa y pintura; ahora estoy una hora y media, que tengo que dormir un poco más. Empecé a exponerme en la música cuando me quedaban tres días para cumplir 16 años; he cumplido 43 y, como evolución natural de la vida, creo que es fundamental que las cosas me den un poco más igual.
¿Tu hija te ve en 'La Voz'?
No, no ve nada. No la tengo aislada, sabe quién es su madre, pero mi hija tiene que ser una niña y tiene que criarse como una niña.
De 'La Voz' ha habido muchas ediciones, y ahora hay mucha oferta musical. Da la sensación de que son muy poco los que pueden tener una carrera después...
Malú: Creo que eso no depende tanto de la oferta, que siempre ha sido muy amplia, y la oportunidad siempre es muy pequeña. Ahora hay mucha más oportunidad porque hay muchos más medios de mostrarlo.
Mika: En La Voz Francia, desde mi primera temporada hasta ahora, solo con mis talentos, hemos vendido casi nueve millones de álbumes. Se puede hacer.
Pero también hay más concursantes, ¿cómo puede hoy alguien triunfar sin recursos?
Malú: Con corazón y canción a canción.
Mika: Y haciendo algo que sea único. Ahora puedes identificar tu nicho y hacer una cosa que sea casi extrema para desarrollar un público fiel que sea tuyo. Eso se hace sin el permiso de la industria, pero solo si eres demasiado diferente y único.