Entrevista
Natalia Verbeke: “Los personajes femeninos en 'Ana Tramel' son muy potentes, y eso para una actriz es una suerte”

Maribel Verdú y Natalia Verbeke, en 'Ana Tramel. El juego'

Marcos Méndez

TVE estrena este martes 21 de septiembre su nueva gran apuesta de ficción. Ocho meses después de que verTele adelantase el regreso de Maribel Verdú a una serie 17 años después, La 1 lanza en su horario estelar Ana Tramel. El juego, la adaptación televisiva de la novela de Roberto Santiago, que también ha escrito el guion junto a Ángela Armero.

Antes del estreno, en el marco del FesTVal de Vitoria, los periodistas pudimos entrevistar a Natalia Verbeke. La actriz, que vuelve a la cadena pública cinco años después de El Caso: Crónica de sucesos, encarna en esta ocasión a Concha, una abogada conformista a la que le toca “actuar de madre” de la protagonista Ana y con la que se embarca en un complicado caso para defender al hermano de ésta (Unax Ugalde) mostrando “el tema de la ludopatía desde un lugar que no se había tratado antes”.

Verbeke, que celebra el trabajar con Maribel Verdú y reconoce la posibilidad de interpretar un personaje “que no es el prototipo”, explica cómo ha trabajado combinando los guiones y la novela, y lo que ha supuesto para ella Ana Tramel. El juego a la hora de volver a la acción tras la pandemia.

¿Qué se van a encontrar los espectadores en 'Ana Tramel. El juego'?

Vamos a ver un thriller judicial muy adictivo, con personajes femeninos muy potentes, una serie que trata el tema de la ludopatía desde un lugar que no se había tratado antes. No desde el glamour, sino desde toda la tragedia y todo lo sórdido que tiene el juego cuando se convierte en una enfermedad.

Tu personaje, Concha, es una abogada de otra esfera mucho menos ambiciosa, dedicada a lidiar con multas e infracciones de tráfico. ¿Cómo encara un caso como este, que la mete de lleno en el mundo de la ludopatía?

Concha lleva toda la vida diciéndole a Ana [el personaje de Maribel Verdú] que por favor monten juntas un bufete para casos del estilo del que ahora van a tratar, pero Ana siempre ha considerado que era mejor abogada que ella y nunca ha querido. Y al final, a Concha le ha faltado ese empujón que podía darle Ana, que es una abogada brillante, para poder montar sola ese tipo de bufete, y ha optado por abrir uno de tráfico donde se asegura un cierto dinero que le permite tener una vida acomodada, su familia, y la comodidad en la zona de confort.

¿Cómo ha sido ver la serie, ya terminada, en comparación con la base de los guiones y de la novela?

Te sorprende muchísimo. Aunque tú hayas leído absolutamente todo el guion, no es lo mismo leerlo que verlo con esos actores dándole vida. A lo mejor te lo has imaginado de una manera, pero luego te encuentras con otra. Y además, los actores, al fin y al cabo, terminamos centrándonos en nuestra trama y de repente redescubres la de los demás y te enganchas como un espectador más. Realmente la serie te atrapa.

En cuanto a los guiones, ¿cómo afrontaste el trabajo para tu personaje teniendo en cuenta que la serie es una adaptación? ¿Usaste la novela como background para comprender más a fondo el personaje?

Usas la novela porque la información que te da es mucho más amplia de la que te pueden dar los capítulos. Al fin y al cabo a Roberto [Santiago, el autor] no le queda otro remedio. Está súper bien adaptado, por suerte lo ha hecho él, pero hay una información que está en la novela que a mí me aporta muchos más datos que los que me puede aportar el guion, y me enriquece y me ayuda a comprender cosas del personaje que incluso aunque no estén por guion, me viene muy bien tenerlas ahí para tener ese background.

Roberto Santiago es a la vez el autor de la novela y el encargado de adaptarla. Aprovechando eso, ¿has recurrido a él en algún momento de duda para que te explicara más allá de la serie o de tu personaje?

No, porque está muy claro en la novela, te da una información alucinante. Cuando me ofrecieron la serie, leí los tres primeros capítulos y me engancharon tanto que quería saber qué más pasaba. Pero no estaban escritos, así que me compré la novela. La novela me dio una cantidad de información que todo aquello que le hubiera preguntado a él no me hacía falta ya, porque venía con absolutamente todos los detalles de mi personaje.

Ahora que has visto la serie, ¿te imaginabas ciertas escenas así al leer la novela, o ha cambiado mucho el concepto?

Creo que era bastante parecido a lo que pude imaginarme, dentro de lo que fuese en el momento de leerla y en el momento de interpretarlo. Cuando lo ves, como tú no has visto el montaje, cambia todo mucho. Pero sí, tuvo mucho que ver la intuición que tenía al leerlo por primera vez con lo que luego hice.

¿Cómo ha sido trabajar con Maribel Verdú?

Siempre he soñado con trabajar con Maribel, me parece una de las mejores actrices de este país y de las más valientes. Pero mucho antes de trabajar con ella nos hicimos amigas. La amo. No solo la amo, sino que es una actriz híper generosa. Ella y Carmen Maura son de las personas más generosas que me he encontrado a la hora de trabajar. Es un placer trabajar con ella porque te hace mejor actriz, está ahí para ti, incluso cuando no está en cámara, tiene una generosidad absoluta como actriz. Y luego te ríes un montón. Encima tenemos esa complicidad por la amistad de fuera. Fue como irme de excursión.

'Ana Tramel' aborda la ludopatía a través de dos personajes femeninos con mucha fortaleza. De hecho, el personaje más débil es el masculino, el que le toca a Unax Ugalde en este caso. ¿Cómo es para una actriz tener entre manos un proyecto así?

Los personajes femeninos en esta serie son muy, muy potentes y eso para una actriz es una suerte, es un regalo. Pero eso no quiere decir que sean muy fuertes, tienen su fragilidad. De hecho, probablemente la más frágil de todas sea Ana Tramel, que es una mujer que tiene todas las adicciones posibles. Mi personaje con Ana actúa de madre en muchas ocasiones, y estoy hablando de un personaje, el mío, que está pasando una situación terrible en su vida, de la que no puedo hablar, pero que se olvida de todo eso para volcarse en ayudar a su amiga. Hay una gran sororidad entre las mujeres en esta serie.

Cuando se te plantea un personaje tan rico que no es simplemente el prototipo, sino que hay mucho donde andar y de donde sacar, y que es tan real, porque creo que son más reales esas mujeres que las que son el simple prototipo de lo que deberían ser una mujer, es un lujo.

Se habla mucho del balance entre el ego y la fragilidad que tienen los actores. ¿En qué posición te colocas tú?

Es algo que es mitad y mitad. Es inevitable, cuando juegas con tus sentimientos y con tu vulnerabilidad, no ser frágil. Pero creo que la fragilidad es un valor tan bueno como la fuerza. Y creo que es muy valiente aceptar tu fragilidad y jugar con ella, no tratarla como algo malo. Desde la fragilidad se pueden crear muchas cosas muy interesantes.

Es muy valiente aceptar tu fragilidad y jugar con ella, no tratarla como algo malo

Volviendo al tema de la ludopatía, no sé si al leer la novela y las primeros páginas del guion, te sorprendió ese mundo tan oscuro.

Me sorprendió muchísimo porque desconocía absolutamente lo sórdido que es. Uno sabe que existe la ludopatía, pero no me había puesto a indagar ni le había prestado demasiada atención, y los datos que se presentan tanto en la serie como en la novela me dejaron alucinada.

¿Has hecho alguna incursión personal en ese mundo para documentarte?

No sé jugar ni al póker [ríe].

¿A qué eres tú adicta?

Al chocolate negro [ríe]. Todos los días tomo chocolate, desde 70% para arriba. Me encanta. Para mí el negro es el mejor y el más rico. Con leche no me gusta.

No ha sido el caso del juego entonces, pero ¿qué has aprendido a lo largo de tu carrera que te haya servido en tu día a día?

Esta profesión me ha ayudado a tener mucha más empatía, a comprender y ponerme en el lugar del otro, a intentar entender que el malo tiene sus motivos para hacerlo. Creo que te hace mucho más tolerante, y en mi día a día creo que es lo más he aprendido.

¿Cómo fue grabar esta serie, y volver al trabajo después de tantos meses de restricciones y confinamiento?

Cuando los proyectos son tan bonitos como estos, no quiero perdérmelo. Grabando esta serie estuve después del confinamiento un tiempo fuera, pero las tecnologías, que te permiten estar tan presente en tu casa estando en otro lado, ayudan. Es difícil conciliar no solo para la mujer, para los hombres también, si ellos están implicados.

¿Qué nuevos proyectos tienes más allá de 'Ana Tramel'?

Lo siguiente es en teatro. La obra se llama El tercer cuerpo, con Claudio Tolcachir. No puedo decir exactamente para cuándo, pero será para 2022, porque empezamos a ensayar en diciembre.

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