'Anatomía de Grey' Review 11x11: todo lo que pude hacer fue llorar
* Por Ángela Pérez(@angelaperezosa)
(¡Cuidado SPOILER!)
¡Por fin! Por fin un capítulo que me recuerda en algo a la antigua “Anatomía de Grey”, esa que emocionaba con su realismo y nos llegaba por la humanidad de sus personajes. El capítulo de esta semana, “All I could do was cry”, me ha gustado y me ha sorprendido a partes iguales, sobre todo por la presencia del drama solo en su justa medida.
No hay consuelo
Como era previsible tras la promo del capítulo de esta semana, el bebé de April y Jackson tiene pocas esperanzas de sobrevivir por la gravedad de la enfermedad, lo que resulta un duro trago para ellos. Catherine, la madre de Jackson, les aconseja que programen un día para tener al bebé y lo abracen y lo quieran hasta que muera.
Siguiendo su consejo, programan el parto con la Doctora Herman aunque April se echa un poco atrás cuando la cirujana neonatal les pide que firmen unos papeles, entre los que se encuentra el certificado de defunción del bebé.
Gracias a su marido consigue recomponerse y prepararse para el parto pero, mientras piensan el nombre del bebé, se viene abajo y se marcha alegando que no se siente preparada para hacerlo. El pobre Jackson, en un momento de desesperación y pese a no ser creyente, va a la capilla del hospital a pedirle a Dios que ayude a April.
Mientras vuelve a trabajar, el marido de Bailey y Hunt descubren a una mujer que vaga por el hospital haciéndose pasar por una interna. Aunque yo me esperaba ya un acto de venganza que conllevara al menos una docena de muertes, resulta que se trata de una mujer inofensiva cuyo prometido ha muerto y que se mantiene en el hospital porque la tratan bien.
Dándole consejo a esta mujer y hablándole sobre la vida más allá de la muerte, es como April se ayuda a sí misma. Es entonces cuando se siente lista y se prepara para dar a luz a su bebé, al que bautizan y abrazan hasta que el pequeño fallece.
Aunque ha sido un momento muy triste y conmovedor, no se ha tratado de forma morbosa. No hemos visto la reacción de los padres una vez que el bebé fallece y solo se han mostrado los momentos bonitos que pasan junto a él. Esto ha sido la prueba de que sin ser tan dramático se puede emocionar igualmente.
A veces los milagros existen
Aunque no para la pareja doctores, esta frase se puede aplicar al nuevo caso de Bailey y Torres, una mujer que llega con una herida en el cuello y que, sin ella misma saberlo, está embarazada. Aunque está a punto de morir, finalmente consigue salir adelante y así poder disfrutar del bebé que llevaba años esperando y que pensaba que nunca llegaría, hasta el punto de llevarlo dentro nueve meses y no darse de cuenta de ello.
Por otra parte, en este capítulo vemos a una Amy bastante emocionada y susceptible, aunque no descubrimos el porqué hasta el final. Su caso esta semana se asemeja mucho al de la Doctora Herman, un joven con un tumor cerebral aparentemente inoperable y que lo ha dejado ciego. Por esa similitud, Santa Edward la acusa de estar practicando con él.
Cuando consigue extirpar el tumor y curarle la ceguera, se lo recrimina y le dice que si no cree que puede hacer cosas imposibles, quizás no deba trabajar con ella o ser una cirujana. Finalmente descubrimos que esta sensibilidad viene de su empatía con el caso de April y Jackson, ya que ella también tuvo un bebé que vivió muy poco tiempo tras nacer. Y para consolarla, allí está Owen. ¡Lío entre estos dos cien por cien asegurado!
Aprovechando la presencia de Catherine en el hospital, Richard intenta hablar sobre ellos pero, al principio, ella le rechaza. Sin embargo, tras la muerte de su nieto, le pide que la lleve a casa y la abrace. ¿Volverán juntos estos dos o solo será el momento?
Problema a la vista
Por último, la parte cómica la ha protagonizado Meredith buscando a toda costa una niñera para sus hijos mientras ella va a Washington para ver a Derek y acostarse con él. Tras ser rechazada por Alex, Richard, Bailey y Owen, Pierce se ofrece a cuidarlos, teniendo un puente entre ella y su hermana.
En definitiva, ha sido un buen capítulo en el que destaca la normalidad con la que se trata el tema del bebé de Jackson y April, sin hacerlo excesivamente dramático. Lo que menos me ha gustado, en un principio, ha sido la trama de Meredith, que parecía estar fuera de lugar. Sin embargo, tras ver la promo del siguiente capítulo, me cuadran mucho más las cosas.
Si queréis saber a qué me refiero, aquí os dejo el avance de “The Great Pretender”:
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