'Castle' 7x23 Season Finale: un capítulo que suena a despedida
Por María HernangómezMaría Hernangómez
No hay duda, cuando rodaron este último episodio de la séptima temporada de ‘Castle’, ni los directores, ni los actores, ni nadie tenía seguro que a la serie se le fuera a conceder una temporada más, como finalmente ha sido, puesto que tendremos una octava tanda de capítulos. Ya no sólo por el final, sino que toda la trama parece querer cerrar el círculo, por lo que ahora la pregunta es, ¿habría que haberlo cerrado?
(¡Cuidado SPOILERS!)
¿Un caso más?
Voy a comenzar con el caso en sí, que aunque está relacionado con la trama de todo el episodio, voy a ir separando. Mientras Castle prepara su gran día donde le entregarán un importante premio de novela de intriga, una mujer corre por el bosque, con la cara ensangrentada y es atropellada por un camión.
Cuando llegan a la escena del crimen, nadie sabe quién es la fallecida, hasta que Richard se fija en las cruces que tiene marcadas en ambos pómulos. Al preguntar, le cuentan que el conductor del camión vio salir entre las sombras del bosque a un hombre enmascarado que la perseguía. Al hablar con él, el escritor se da cuenta que él ya ha visto a esa persona, pero muchos años antes.
Las pesadillas de infancia se hacen reales
Nos vamos a febrero del 83, donde vemos a un pequeño Castle que está pasando unos días con unos amigos del cole, que se ha escapado al bosque, donde lógicamente le habían dicho que no fuera. Perdido y desorientado durante horas, ve una figura moverse y huir, cuando se acerca, ve el cadáver de una mujer con las mismas cruces en la cara, cuando la sombra le eleva y le lanza contra un árbol. Le amenaza diciéndole que como se lo cuente a alguien, volverá a por él y le matará.
¿Qué tiene esto que ver con el caso? Pues que la máscara que describe el camionero es la misma que llevaba dicha sombra, por lo que vemos a un Castle entre asustado, temeroso pero deseoso de demostrar que todo eso no era producto de su imaginación y luego sabremos por qué.
El sospechoso perfecto, nunca lo es tanto
Tras investigaciones, tanto del presente como del pasado, encuentran un coche que les lleva al hogar de una anciana solo que… esta es una momia y lleva unos 3 años muerta. Pero no vive sola, al acercarse a un armario, descubren que hay un falso agujero, por el que se escapa el sospechoso y huye.
También es el momento de descubrir quién es la asesinada, quien estaba buscando a su amiga desaparecida hace unos meses, también en extrañas circunstancias. Hablan con el padre, Mr. Malloy, que reconoce que si no hubiera sido por su hija, nadie se hubiera enterado que Zoey Addison había desaparecido. He aquí el kit de la cuestión, las víctimas del asesino enmascarado son personas sin familia ni amigos, a quien nadie parece echar en falta, hasta ahora (por eso no mató a “Little Castle”, porque le podrían haber pillado).
Finalmente encuentran a Noah Lewis, que como bien nos hemos podido imaginar, aunque parezca el sospechoso perfecto, no lo es, porque al ir a hablar con su psicólogo, el Dr. Holtzman, salta la alarma en la cabeza de Castle… esa voz… ese recuerdo… ¡es el asesino! Pero esta vez tenemos un cambio, porque estamos acostumbrados a que Espo y Ryan no crean las locas teorías del escritor cuando no hay pruebas, como en este caso, pero en esta ocasión es Becket quien tampoco confía en él…
“El peligro de enfrentarte a tus demonios, es que a veces los demonios ganan”
Becket se siente culpable por no creerle, pero Castle parece darse cuenta que no tienen pruebas, hasta que su mujer le enseña una propiedad del Dr. Holtzman, abandonada, perdida, nadie conoce de su existencia, pero la inspectora no puede entrar sin una orden, pero Castle sí, aunque infrinja la ley.
Obviamente, el granero al que van y donde entra el escritor, es la guarida del asesino, que lucha con Castle y cuando está a punto de clavarle el cuchillo, tras decirle que “el peligro de enfrentarte a tus demonios, es que a veces los demonios ganan”, con todo perdido, Kate le pasa una pistola por debajo de la puerta y Richard termina de varios balazos con sus demonios de la infancia, ¿o no?
¿Por qué soy escritor? O ¿quiero ser senadora?
Esta es la principal pregunta que gira en torno a todo el episodio, porque Castle se da cuenta que tras el incidente en el bosque, fue cuando empezó su devoción por la escritura. ¿Habría sido la misma persona sin ese incidente? Por supuesto, su mujer le dice que están ahí porque es como debe ser, no por culpa de un asesino en serie.
¿Qué es lo de la senadora? ¡Es lo más fuerte del episodio! Resulta que hace unos capítulos, Becket decidió presentarse al examen de ascenso a capitana, pues mientras espera los resultados, la citan para una revisión, pero no una revisión cualquiera, porque te la hace Lance Reddick, es decir, Matthew Abaddon en ‘Perdidos’. Este año han echado la casa por la ventana con los guiños a ‘Lost’.
Bueno, pues en ella, después de ponerla a prueba, echarla en cara todos sus errores, desde el caso en Los Ángeles donde investigó sin jurisdicción, pasando por el senador que mató a su madre y terminando con su relación poco apropiada con Castle, además de ser su musa con Nikki Heat, la dicen que no es apta para capitana, pero que tampoco debería ser ni inspectora.
¿Estamos ante el final de Becket en la policía? Puede ser, pero no porque la vayan a echar, ya que después de este “broncazo”, la inspectora saca todo su carácter, dejando claro que ella hace las cosas por justicia y siguiendo la ley, lo que convence a sus examinadores, que revelan que el motivo de la reunión no era otro que… ¡pedirla que se presente a Senadora!
De vuelta al columpio
Otro guiño del capítulo que nos hace pensar que estaba pensado como “serie finale” y no como “season finale”, porque Castle y Becket vuelven a “su” columpio, donde hace dos temporadas les dejamos con una petición de matrimonio, pero que en esta ocasión no nos saca de dudas sobre la carrera política de Kate, pero sí nos deja claro la fuerza de esta pareja.
Y la mejor manera de cerrar este círculo, era hacerlo en la entrega del premio a Castle, con todos sentados alrededor de una mesa y el escritor dándoles las gracias uno tras otro (al menos esta vez sí han contado con Ryan y Esposito o con la capitana Gates), dejando claro que ha sido Becket quien ha cambiado su mundo, pero sin olvidarse de su madre y su hija. Cuando se ha acabado todo, brindan, hacen bromas sobre la carrera política de Becket, a la que Alexis se ofrece a ayudar en la campaña, brindis y… llamada sobre un nuevo asesinato y todos se van…
Lo cierto, es que hubiera sido un buen final de serie, que es a lo que suena, puesto que no hay “cliffhanger” como a los que estamos acostumbrados, con peticiones de mano, disparos, desapariciones… ahora solo surgen preguntas, ¿veremos a Becket al más puro estilo Alicia Florrick haciendo campaña? ¿Con todos los casos abiertos ya cerrados esta temporada, volverán historias del pasado? ¿Encontrará Alexis su vocación y Martha un piso para independizarse? ¿Celebrarán Ryan y Espo otros 10 años de aniversario como hacían en este episodio? ¿Qué será de Castle si Becket se convierte en senadora, marido consorte?
Y la pregunta más importante, ¿era necesaria una temporada más?
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