'Cómo defender a un asesino' 1x14/15 Review: el corazón en un puño

Por Ángela PérezÁngela Pérez

El pasado jueves, se emitió en Estados Unidos el último episodio de la primera temporada de una de las series revelación de este año, 'Cómo defender a un asesino'. La creadora de 'Anatomía de Grey' o 'Scandal', Shonda Rhimes, lo ha vuelto a hacer y nos ha regalado otra obra maestra de la televisión.

A su protagonista, la nominada a los Oscar Viola Davis, le ha valido una nominación a los Globos de Oro y el Premio del Sindicato de Actores a la mejor actriz de serie dramática. Y no sería de extrañar que volviera a repetir en los Emmys de este año.

Y es que en el doble episodio de esta semana, titulado “La noche que Lila murió” y “Todo es mi culpa”, hemos un sin fin de actuaciones estelares que podría valerle la nominación a más de uno. Hemos sufrido mucho, lo hemos dado todo por perdido, hemos recuperado la esperanza… pero sobre todo nos han tenido con el corazón en un puño hasta el último segundo.

Un capítulo estelar para una serie que nos ha enganchado desde el primer minuto y que lo seguirá haciendo, ya que ha sido renovada para una segunda temporada.

(¡Cuidado Spoilers!)

La noche que Lila murió

La primera parte del capítulo ha seguido la misma estructura que sus antecesores, con una trama principal centrada en uno de los casos que defiende Annalise y con tramas secundarias que apoyan el arco argumental de toda la temporada. Al igual que en la segunda pate, hemos visto Flashbacks de la noche en la que Lila fue asesinada.

En el caso de esta semana, Annalise intenta ayudar a un sacerdote que mató a otro religioso. Aunque en un principio se declara culpable, decide cambiar su alegato por una mujer que trabaja en la Iglesia y de la que está enamorado, aunque nunca llega a mantener una relación con ella.

Es entonces cuando Annalise pide que se cambie su declaración, culpándose a sí misma por presionar a su cliente. A cambio de esta mentira, le exige al sacerdote que le cuente la verdad de lo sucedido, ante lo que este confiesa haber matado a su compañero al enterarse de que abusaba de un joven.

Aunque esto podría librarle de la cárcel, el sacerdote se niega a prestar testimonio ya que el otro religioso se lo contó bajo secreto de confesión. Cuando Annalise se da cuenta de que no conseguirá nada por esta vía, habla con la mujer con la que mantiene un amor platónico y ella testifica haber mantenido relaciones sexuales con él la noche de asesinato.

Sin embargo, en mitad del testimonio, el sacerdote vuelve a cambiar su confesión declarándose culpable para salvaguardar la imagen de la mujer, perdiendo así el juicio y siendo encarcelado.

Pero no todo ha sido en balde porque la jueza de este caso lleva también el de Nate, que está imputado por matar a Sam, el marido de Annalise. Con la escusa del juicio del sacerdote, Bonnie y Frank convencen a Asher para que se acerque y hable con la jueza mientras ellos hacen una foto y la envían a la fiscalía.

Como el padre de Asher es amigo de la jueza, la obligan a recusarse, por lo que se celebra una nueva vista en la que Nate sale en libertad.

Mientras los peces gordos están en estos asuntos, Wes se dedica a comprobar si Rebecca mató a Lila. Finalmente, todos los demás pupilos se enteran y deciden presionarla hasta que confiese.

Pero haciendo alarde de su capacidad para tomar malas decisiones, deciden atarla y encerrarla en el baño. Para intentar ser abogados, no se les da muy bien actuar bajo presión…

Todo es mi culpa

Es entonces cuando la segunda parte del capítulo comienza, que en este caso se centra totalmente en el asesinato de Lila y que, si tuviéramos que definir, diríamos que es un tira y afloja entre unas versiones y otras. Y es que ya lo dice nuestra protagonista, la verdad no existe, solo la versión más convincente.

Cuando Annalise descubre lo que han hecho sus alumnos, lleva a Rebecca a su casa y la interrogan. Como no está dispuesta a colaborar, buscan durante toda la noche motivos para incriminarla.

Por la mañana, cuando ven que no sacan nada en claro, Annalise obliga a Wes a hablar con Rebecca. Finalmente este se cree la versión de su novia cuando se sincera y confiesa que no mató a su amiga aunque sí que le causó una sobredosis de droga a su vecino porque temía que la incriminara. Vamos, una joyita de niña.

Cuando se dan cuenta que la joven ha escapado, a todos les entra el pánico. El más afectado es Wes, al que Annalise le obliga a repetir, una y otra vez, que fue Sam quien mató a Lila.

Un final y muchas preguntas sin responder

Finalmente descubrimos que el asesino de la joven fue Frank, aunque lo hizo por orden de Sam. Además, es el que tiene retenido a Rebecca y el que les ha hecho pensar a los chicos que se ha escapado.

Sin embargo, vemos como Annalise está al corriente de esto, lo que nos hace sospechar que quizás también lo esté de todo lo demás. ¿Qué pasará ahora con Rebecca?¿Frank se terminará deshaciendo de ella como hizo con Lila?

Además, Rebecca mandó un sms en clave a un desconocido y no sabemos si alguien acudirá a su ayuda. Por otra parte, la fiscal va a interrogar a Asher por el asesinato de Sam. ¿Descubrirá algo que pueda incriminar a los chicos?

Mientras tanto, estos disfrutan de lo que creen que será su última noche de libertad hasta que Rebecca confiese. Aunque no será una noche de paz precisamente, porque Laurel le devuelve su auténtico anillo de compromiso a Michaela alegando que lo cogió para presionarla y Connor se entera de que su novio ha dado positivo para VIH.

En definitiva, muchas preguntas sin responder, muchas tramas sin cerrar y mucho mentiroso suelto que seguro que nos darán muchas sorpresas en la segunda temporada de la serie.

En general, ha sido un capítulo muy bien desarrollado, en el que hay que destacar las actuaciones de nuestros protagonistas, que han estado espléndidos en su faceta de mentirosos.

Como apunte negativo personal, creo que nos han hecho dudar demasiado. Me gusta que me sorprendan, pero no que me hagan pasar por tonta, y así es como se siente uno al ver tantas situaciones obvias que tienen escusas tan inverosímiles

Por ejemplo, cuando Sam estaba besando a Lila y la agarraba por el cuello, teníamos claro que él la había matado. O cuando Rebecca estaba en el tanque de agua, también estaba claro que lo había hecho ella. A ver, ¿no quieres que te relacionen con el crimen porque estás en el tejado, te metes en el tanque de agua y te paseas por todo el campus así?

Salvo por este detalle, ha sido un capítulo muy bueno de una serie que ha sabido convence al público y a la crítica. Y lo más importante, ha logrado hacerse un hueco entre toda la oferta de ficciones de abogados, crímenes y misterios. Nos quedamos con un buen sabor de boca y con ganas de que llegue el próximo otoño para volver a Annalise en acción.

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