'Fargo' 2x03 Review: las tramas cada vez se unifican más

Por Diego HidalgoDiego Hidalgo

(¡Cuidado SPOILERS!)

El increíble incidente inicial en el bar de carretera originó y desencadenó las tramas principales de esta nueva temporada de ‘Fargo’. Durante dos episodios dichas tramas se han ido fortificando individualmente, pero con este episodio hemos podido ver ya cómo cada vez se van unificando más volviendo a su cauce original y tan sólo separadas por la delgada línea de la pregunta: ¿dónde está Rye Gerhardt?

El espectador lo sabe, y Peggy y Ed también, por lo que esta trama se ha convertido en la más cercana a nosotros y con la que más no podemos identificar, sin embargo, en este tercer episodio destaca por encima de todo la figura de un valiente Lou Solverson.

Pero recapitulemos desde el principio.

Los Gerhardt cuentan con apoyos

Un clan amigo de la familia Gerhardt se reúne con estos para discutir los términos de la oferta que les llegó de la banda de Kansas City y sobre todo, para confirmar que pueden contar con ellos en caso de guerra. Éstos confirman que hicieron un juramente en el pasado y que pase lo que pase, apoyarán sus decisiones. Eso sí, también dejan muy claro que ellos no van a empezar la guerra, pero que si hay matar para defenderles, lo harán.

En esta reunión también vemos como las rencillas familiares por el liderazgo entre Floyd, la madre y actual líder; Dodd, el hijo mayor; y su hermano, Bear, quien apoya totalmente a su madre. Todo esto ante la atenta mirada petrificada del patriarca (no puede hablar ni gesticular después del infarto, algo así como el Leo Johnson de ‘Twin Peaks’).

Todos en busca de Rye Gerhardt

Como he dicho antes, la búsqueda de Rye Gerhardt es lo que une a todas las tramas de ‘Fargo’. Y sobre todo ahora, que en el arma encontrada por Lou Solverson en el exterior de la escena del crimen (más bien lo hace su mujer) han descubierto las huellas de Rye, potenciando de esta manera el avance de los acontecimientos.

Entonces, ¿quienes buscan a Rye (protagonista ausente de ‘Fargo’)? Por un lado tenemos a la banda de Kansas City, liderada por Joe Bulo y con Mike Milligan y los hermanos Kitchen (nombre, como dice el propio Mike, muy de banda de música) haciendo el trabajo de campo. Ellos buscan a Rye para comprarle y, poder así, intentar que los Gerhardt se replanteen la venta del negocio.

Por otro lado tenemos a la familia Gerhardt quienes saben que su voto es importante para el futuro liderazgo de la familia, por lo que Floyd, por un lado; y sobre todo, Dodd, con la ayuda de su inseparable guardaespaldas indio, Hanzee, removerán cielo y tierra para encontrarle.

Por último, en este episodio se une un tercer invitado a la búsqueda de Rye: la policía de Minnesota, la cual le ha colocado como el principal sospechoso del múltiple asesinato del bar de carretera debido a las huellas encontradas en la pistola.

Peggy se entera de que la policía está buscando a Rye

Y todo esto nos lleva a la trama de Peggy y de Ed, autores de la desaparición de Rye y quiénes todavía no saben en qué lío se han metido.

Ya sabíamos (o intuíamos) que a Peggy le gustaba coquetear con la ilegalidad y con saltarse las reglas, pero su última “proeza” la está llevando al límite. Mientras trabaja, el Sheriff de la zona (jefe y suegro de Lou Solverson) entra en la peluquería para colgar un cartel de “Se busca” con la fotografía de Rye Gerhardt.

Cuando Peggy la ve se queda paralizada, sabe que lo están buscando y que si siguen tirando de la cuerda llegarán hasta ella. Por si fuese poco, la hija del Sheriff, Molly, es clienta de la peluquería, y si ya vimos en el episodio anterior sus dotes detectivescas, en este episodio nos lo vuelve a confirmar.

Molly recita una teoría muy convincente (y realmente lo que pasó, vamos): si encontraron un zapato en lo alto de un árbol y cristales rotos en la carretera, ¿puede ser que hubiera habido un accidente allí?, ¿y si atropellaron al asesino y han ocultado su cuerpo? Para confirmar dicha teoría le dice a su padre que deberían buscar coches accidentados.

Peggy, para su beneficio, decide quitarle hierro al asunto (bueno, a la teoría) afirmando que si alguien hubiese atropellado al asesino se hubiese quedado allí para atenderle, ¿no?

Más tarde, Peggy saca a la fuerza a Ed de su trabajo para encargarse del coche y parecer que haya accidentado en otro lugar. Aquí se demuestra claramente quién lleva los pantalones en casa y, sobre todo, quién maneja los hilos de la historia.

La pareja lleva el coche a un lago helado para colisionarlo contra un árbol y tener de esta manera una coartada ante la policía (es un plan del tío borracho de Peggy, es decir, que lo de saltarse las leyes le viene de familia). Sin embargo, deberán tener cuidado con la jefa de Peggy, quien ya había visto el coche accidentado en su casa antes del falso accidente.

El valeroso Lou Solverson

Este episodio tiene dos momentazos clave con la figura de Lou Solverson donde nos enseñan su frialdad, su coraje y su profesionalidad como agente de la ley.

Previamente a esto, Lou, junto al detective Ben Schmidt (personaje que ya vimos en la primera temporada como el Comandante Jefe del Departamento de Policía de Duluth y jefe de uno de sus protagonistas, Gus Grimly), interrogan a un sospechoso con el que se encuentran en el juzgado, Skip, el socio de Rye y vendedor de máquinas de escribir. Aquí se demuestra por primera vez la profesionalidad y el sexto sentido de un gran agente como es Lou frente a la negligencia y el “pasotismo” de Ben.

El primer momentazo de Lou, junto a Ben, llega tras seguir la pista de las huellas de Rye Gerhardt. Su primera parada: la granja familiar de los Gerhardt. Allí se produce una tensa situación con la madre y sus dos hijos. Lou, como es foráneo, no sabe el poder que tienen los Gerhardt en la zona y por lo tanto, no les tiene miedo (aunque viéndole, tampoco le hubiese temido a nadie).

En territorio muy hostil, y bajo las amenazas de los presentes, Lou les planta cara poniéndoles al día sobre lo sucedido con Rye y les pregunta por su paradero. Lou no es bien recibido… ¿un policía que no está comprado y que no les tiene miedo (al contrario que Ben)? ¡Que se largue cuanto antes!

Y el segundo gran momento de Lou, siguiendo su corazonada de Skip, tiene lugar en su tienda de máquinas de escribir. Está todo en reformas y parece no haber nadie, pero sorpresa, del despacho interior salen Mike Milligan y los hermanos Kitchen armados. La tensión, entonces, reina en el ambiente a punta de pistola y de escopetas comprobando la frialdad y la valentía de Lou y confirmando que su corazonada iba por buen camino.

Dodd descubre algo más sobre el posible paradero de su hermano

Por tan buen camino iba Lou Solverson con la corazonada de Skip, que Dodd, el hermano mayor de los Gerhardt se le adelanta. Todo empieza gracias a la perfecta labor de su mano derecha, Hanzee, cuando interroga a la hija de Dodd, Simone. Ésta le compraba drogas a su tío (Rye) por lo que Hanzee piensa que si van al “piso franco” de Rye puedan encontrarse con alguna pista o con alguien que pueda saber dónde está.

Y el plan les sale a la perfección. Allí acude Skip desesperado en busca de Rye pero tan sólo se encuentra con una sexy Simone que tratará de engatusarle para sacar información. Ante su negativa, aparece Hanzee, quien obligará a Skip a “dar una vuelta” con ellos. Y vaya vuelta. Le llevan, ya con Dodd presente, a las afueras de la ciudad para interrogarle (y ya conocemos sus ortodoxos métodos)…

Esta vez a la víctima, a Skip, le obligan a tumbarse en una fosa cavada en la tierra con una amenaza muy clara: asfaltarle vivo. Dodd le recrimina que les haya puesto ideas falsas en la cabeza a los agentes de policía que están en busca de Rye, pero Skip, al menos en esto, es inocente. Al final, lo único que le importa a Dodd es encontrar a su hermano.

A Skip, tras confesarle que habló con Mike Milligan sobre su paradero, terminan asfaltándole vivo, curiosamente, dejando al descubierto sólo su patriota corbata, ésa que también fue usada bruscamente por Mike para interrogarle sobre la misma cuestión.

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