'Girls' 4x06 Review: Desmontando a Mimi-Rose... (o no)
Por Marta AiloutiMarta Ailouti
Puede que fuera previsible. Después del último episodio de 'Girls' era necesario uno como este, algo más templado, que nos permitiera además conocer mejor el personaje de Mimi-Rose, y hacerlo de primera mano. No se sabe muy bien si lo que vemos, gusta más o asusta. Por lo pronto, cada semana que pasa nos regala un nombre distinto en su carta de presentación. Mimi-Rose Eleonor Howard. Ahí es nada. Y un nuevo capítulo que, no sé a vosotros, pero a mí me deja algo fría. Veamos.
(¡Cuidado SPOILERS!)
Luna de miel... Interrumpida
Han pasado menos de siete semanas y Adam y su actual novia continúan en su particular luna de miel. Besito por las mañanas y desayuno romántico en la azotea del piso que ya comparten. Nada de dramas ni voces más altas que otras. Mimi-Rose tampoco cambia el tono para advertir que habrá tormenta. Es por eso que nadie lo ve venir. Ni siquiera él que la mira entre estupefacto y asustado, cuando rechaza su ofrecimiento de ir a correr porque ayer le practicaron un aborto. Imagino que como tara, ocultar algo así a la persona con la que convives, no está nada mal. De momento lo que ocurre es una discusión, la primera de la pareja, y no por cualquier motivo.
Así las cosas, algunos ya estábamos celebrando su ruptura, cuando tiempo después aparece ella al fondo de la calle y se encuentra a Adam, con sus cosas empaquetadas, saliendo del portal. Y todo da un giro. Porque hay, en la forma pausada y tranquila que tiene de hablar Mimi-Rose, sonrisa incluida, un tremendo carisma. Como si todo, hasta lo más absurdo posible, cobrara sentido con ella. Y se dirige a Adam con tanto cariño y de una manera tan dulce que es difícil no entenderle.
Razón no le falta, de fondo, a ambos. Esas cosas se cuentan. Pero la decisión estaba tomada. Y ella, tan independiente, autosuficiente y segura de sí misma, al contrario de lo que le ocurría con Hannah, no le necesita a él para nada. Su amor es más puro, o quizás distinto, porque simplemente le quiere por ser él. Y es ahí, para que nos vamos a engañar, donde nos gana a los dos. Porque curiosamente me ocurre con este personaje que me repele por las mismas razones que me encanta. De momento Adam ha comprendido una importante lección: no todo con Mimi-Rose es tan maravilloso ni ninguna relación es perfecta. No tanto por el hecho en sí, algunas decisiones al final son solo de uno, sino porque pudiera llegar a ocultarle algo tan grande como eso. Veremos si las grietas acaban, o no, por romper la vasija.
Marnie se queja de Desi
Por su parte, Marnie acaba de descubrir lo que todos nosotros ya sabíamos. Desi es un verdadero idiota y todo un egoísta. Y aunque su compenetración en la cama parece ir tan bien como siempre, lo cierto es que una discusión sobre la idea que ambos tienen completamente diferente del tipo de dúo musical que componen hace que ella se replantee las cosas. Y es que a veces, cuando uno ha luchado tanto por conseguir algo, resulta complicado reconocer después que ese algo en realidad no merecía para nada la pena. Ella ha aguantado hasta ahora, consciente por completo por primera vez de lo sola e infeliz que él le hace sentirse. Solo Marnie sería capaz de soportar algo así a pesar de ello. Aunque a juzgar por sus caras, es posible que lo deje.
Mientras tanto, las tramas secundarias nos han dejado una semana más, por un lado, a Shoshanna que en su búsqueda habitual de trabajo, de momento, lo que sí ha conseguido es una cita con su entrevistador, Scott, el magnate de la sopa, y del que supongo que sabremos algo más en los próximos capítulos. Y por otro lado, a Ray en su lucha particular contra la contaminación acústica y la reorganización del tráfico de la ciudad, en una reunión con la comunidad de vecinos de la que lo único positivo que ha sacado es esa repentina vocación por el mundo de la política. De seguro que no hay nadie mejor cualificado para ello que él.
Hannah cambia de vocación
Y como algunas de las decisiones más importantes que se toman se hacen en momentos de crisis, la que también renueva vocación es Hannah, que tras su ruptura reciente con Adam y ahora que parece haber abandonado, o al menos pospuesto, la escritura, ha decidido ser, en uno de esos momentos cómicos de 'Girls', como profesión, generosa. Parte de culpa la tiene la surrealista y breve conversación con su psicólogo que la convence, de una manera un tanto pillada con alfileres, de que ella siempre ha sido así.
Los que no están por la labor de creérselo son precisamente sus amigos, encabezados por Elijah que por fin está de vuelta en Nueva York, y que son los primeros en recordarle que ella es, de hecho, la persona más egoísta que conocen. Pero la decisión está tomada. Y nada mejor para ayudar al prójimo que la enseñanza. Porque, como bien afirma Jessa en su breve intervención de esta semana, “aquellos que no pueden hacer, enseñan”.
Próximamente en 'Girls'
Personalmente, no me agradaba tanto una idea en 'Girls' desde que Hannah decidió irse a Iowa. Su paso por la enseñanza, de seguro, puede darnos grandes momentos. Por ahora, el tráiler del próximo episodio, con encuentro con Adam incluido, promete bastante:
Sobre este blog