'Hannibal' 3x08 Review: el gran dragón rojo
Por Israel VicenteIsrael Vicente
(Cuidado Spoilers)
Como ya avancé en Digestivo, esta semana entramos de lleno con una nueva trama en ‘Hannibal’. Atrás se ha quedado la historia de Florencia y ahora avanzamos en el tiempo hasta la historia de “El Dragón Rojo”, primera novela de Thomas Harris. Muchos deseaban, por diferentes motivos, que llegara esta parte en la historia de Hannibal y Will Graham; el momento en el que se las tengan que ver con Francis Dolarhyde “El Hada de los Dientes”.
El Gran Dragón Rojo es un episodio que vuelve a la primera casilla, al estilo de la primera temporada, no tan barroco y recargado como lo visto hasta la primera mitad de la misma. Su único “pero” es el de no dejar respirar la emisión una semana, resulta un poco raro reconectar la historia al principio, pero para eso ha llegado “El Dragón Rojo”, para reconducir a los descarriados en la historia y ensalzar un poco más esta pedazo de serie.
Y aquí está el gran dragón rojo
Las expectativas ante el personaje que interpreta Richard Armitage (sí Thorin Escudo de Roble) eran bastante altas, así como la forma en la que sería introducido en la serie. Bryan Fuller diseñó una serie donde la potencia visual lo fuese todo, o prácticamente, y no ha decepcionado en la presentación de un personaje así.
La secuencia en la que conocemos por primera vez a Francis Dolarhyde y su transformación en el Dragón Rojo es magnífica. No faltan los planos detalle marca de la casa, ni la espléndida BSO de Reitzell.
Si magnífica es su presentación, increíble, por no decir potente, genial o acojonante, es la interpretación de Richard Armitage. No le ha hecho falta (tampoco tenía texto en el guión) decir una sola palabra para trasmitir su trastorno de personalidad, su obsesión por la imagen de William Blake ‘El dragón rojo y la mujer vestida de sol’, y su culto al cuerpo.
Su mirada lo dice todo: transmite miedo, locura, demencia, esquizofrenia, algo que el propio Dolarhyde ve reflejado en su reflejo, otra de sus obsesiones, espejo que ve, espejo que rompe.
Este maníaco asesina en los ciclos lunares a familias completas en sus casas, a algunos incluso les da un bocado dejando la marca de los dientes (postizos, my friend), y de ahí que se haya ganado el nombre de “El Hada de los Dientes” (pseudónimo que no le gusta mucho), además de la atención de nuestro caníbal favorito.
Una CELDA, un palacio mental
Mi primer acercamiento a Hannibal Lecter fue en ‘El Silencio de los Corderos’, allí estaba ese psiquiatra tan vanidoso amante de la “buena cocina” en su celda. Ahora, tras entregarse, tenemos al mismo vanidoso en la celda, esta vez más barroca que la vista en la película. Lecter sigue teniendo su palacio mental pese a estar encerrado y cada vez que alguien le visita él está en otro lugar.
Su primera visita es Alana, nueva directora de la institución mental de Baltimore. Durante su conversación sabemos que Hannibal se libró de la pena de muerte alegando locura. Están en el despacho de Lecter. Debido a los buenos gustos de Hannibal (Batard-Montrachet y trufa blanca), Alana le recuerda a Hannibal cómo dio con él en Florencia. Asimismo, Hannibal el caníbal, como ahora es conocido, le recuerda que mató-asumió la muerte de Verger, que ella sigue viva, y que: “yo siempre cumplo mis promesas”. Ups.
En la segunda visita gozamos de nuevo con los planos hiperlentos de cocina y fluidos durante la preparación de un sanguinaccio dolce (soy un cocinillas y es algo que me mola). El Dr. Frederick Chilton se sienta a la mesa, esta vez no es palacio mental, o sí, con el Dr. Lecter. Chilton ha escrito un libro sobre Lecter y quiere escribir un segundo sobre “El Hada de los Dientes”, asegurando que el público ha perdido interés en Hannibal y ya no está de moda. La respuesta de Lecter: a mí plin.
Razón no le falta a Chilton cuando dice que “El Hada de los Dientes” puede inspirar vanidad a Hannibal, lo vemos en el montaje paralelo en el que Hannibal y Dolarhyde pegan los recortes de periódico en sus álbumes de recuerdos particulares. Lecter es limpio, impoluto, bello. Dollarhyde es sucio, impetuoso, bruto. La batalla del ego ha comenzado.
El retorno de Will
Han pasado tres años desde que Will le diese calabazas a Hannibal, no ha querido saber nada de él ni de Jack. Aislado en el monte, con la nieve cubriéndolo todo, vuelve a tener perretes, está a gusto alejado de todo y lo más importante, ahora tiene una familia. Molly, y su hijastro Walter, lo son todo para Will. Ella ha rescatado, al igual que a los perros, a un tipo descarriado que no quiere volver a abrir la puerta del pasado.
Todo esto es muy idílico y bonito hasta que aparece Jack, qué pesado con que le ayuden atrapar asesinos, ¿en serio le pagan por su trabajo?
Pese a haber rehecho su vida, Molly (Nina Arianda) le convence para que ayude a Jack, por hacer lo correcto, porque mata a familias y no le gustaría leer que ha asesinado de nuevo sin él haber ayudado. “Si voy, cuando vuelva no seré el mismo. –Yo sí”
Por su parte Lecter le envió una carta a Will en la que se anticipa a la petición de Jack y le aconseja que entre en la puerta, pues todos han rehecho su vida pero hay lazos de la anterior que aún no se han perdido. Carta al fuego, ea.
Junto con la presentación de Francis Dolarhyde, lo mejor de este episodio ha sido sin duda la recreación de la escena del crimen con un rollo muy del estilo ‘Silent Hill’ entre la música y la linterna. Vuelve ese Will que tanto molaba empatizando con el asesino, y con él, vuelve la luz amarilla (¿es un cuchillo?) que barre las capas del escenario del crimen.
Una escenaca digna del debutante director (en la serie) Neil Marshall, artífice de los episodios 9 de la segunda (Aguasnegras) y cuarta temporada (Los vigilantes del muro) de ‘Juego de Tronos’.
El episodio finaliza con la tercera visita a Hannibal. Esta vez es Will quien entra en busca de ayuda en la capilla palatina de Palermo. Allí le espera el caníbal. Se invierte el final de la primera temporada.
“Hola, Doctor Lecter. –Hola, Will”
Vuelta de personajes
Mucho tiempo ha pasado, pero con la vuelta al tono de la primera temporada también han vuelto los agentes especiales Jimmy Price y Brian Zeller. Para el próximo episodio reaparecerán Freddy Lounds, la odiosa reportera pelirroja, y Abigail Hobbs, y conoceremos más sobre el pasado de Francis Dolarhyde.
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