'Jane The Virgin' 2x22 Review: el final más inesperado para el capítulo más esperado

Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez

Los espectadores somos los únicos seres que tropezamos dos veces con la misma piedra. La temporada pasada sabíamos casi desde el principio que la season finale llegaría con el nacimiento de Mateo, pero nadie nos avisó del disgusto que vendría después del feliz acontecimiento. En esta ocasión ya se nos había dicho que nos íbamos a ir de boda. Estábamos tan ansiosos y emocionados por ver a Jane diciendo “sí, quiero” que olvidamos que en esta serie siempre hay que esperar lo inesperado.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Unos cambios de última hora

Empecemos por lo esperado. Ha llegado el día. Nos vamos de boda y digo nos vamos porque después de todo lo que pasamos con Jane y Michael es obvio que estábamos invitados.

Así que allí estábamos todos a la hora establecida en las invitaciones perfectamente colocados detrás de nuestras correspondientes pantallas. Nosotros estábamos listos, pero la que casi no llega es la novia. No lo entiendo. Jane, con lo que te gusta hacer listas, con lo hipercontroladora que eres, con la obsesión por la planificación que tienes, ¿cómo es posible que siempre se te compliquen las cosas en el último minuto?

Vale, lo sé, es cierto que la tesis es muy importante y que no tenía sentido perder todo un año trabajando sobre algo que no te emociona cuando has visto la luz y ya tienes más que claro cuál es el tema sobre el que deseas, quieres y tienes que escribir. Créeme, te entiendo. Pero, ¿tuviste que ver la luz justo cuando te estabas arreglando para casarte? ¿No pudiste inspirarte tomándote un café con las amigas? No sería la primera vez que pasase algo así.

Blanca y radiante va la novia

En fin, que Jane, como mujer del siglo XXI que es, consideró que podía hacerlo todo en 79 minutos. Esto es, presentar su nuevo proyecto de tesis y llegar a tiempo a su boda. ¿He dicho alguna vez que Jane a veces peca de optimista? Esta vez lo hizo. Consiguió que le aprobaran su nueva tesis, pero eso supuso llegar tarde a su boda, pero lo mejor es cómo llegó. Señoras, señores, ¿recuerdan cómo llegó Jane al hospital para dar a luz a Mateo? Pues la historia se ha repetido. ¿Para qué alquilar un Rolls Royce de época pudiendo llegar en autobús?

Ya en la puerta de la iglesia, hubo un último instante para contener la respiración. El encuentro entre Jane y Rafael. ¿Se atrevería el padre de Mateo a dar el paso? ¿Le confesaría sus sentimientos? ¿Provocaría dudas en Jane? ¿Conseguiría evitar la boda? ¿Triunfaría el TeamRafael?

Mi lado más telenovelero me decía que sí. Que el galán tenía que hacer un último intento. Voy a ser breve para que el golpe sea menos doloroso. No. Rafael sigue instalado en su rol de caballero y se calló sus sentimientos. Y esta vez no lo voy a llamar galán descafeinado porque hay que ser muy valiente para hacer lo que él hizo. Renunciar a quien quieres porque comprendes que es feliz sin ti.

En fin, al grano. Que Jane y Michael ya son marido y mujer. La boda ha sido emocionante. La novia, como marca la tradición, además de llegar tarde, también ha llorado, y el novio volvió a demostrar que la perfección la trae de serie al decir sus votos en un más que correcto castellano.

Pero si la boda fue emocionante (memorable el número musical), la fiesta fue espectacular. Rogelio de la Vega ha tirado la casa por la ventana en la boda de su hija (aunque el presupuesto no le dio para contratar a un chófer para el Rolls Royce) y ha demostrado que su agenda es una auténtica mina. Su tercer mejor amigo en el mundo le ha hecho el favor de actuar en la fiesta. ¿Quién? Bruno Mars. Por cierto, Jane estará muy enamorada de Michael, pero no le quitaba ojo de encima al cantante.

Sin embargo, el gran show de la fiesta lo protagonizaron padre e hija. Casi me pongo de pie para aplaudir la divertidísima coreografía protagonizada por Gina Rodríguez y Jaime Camil. Es más, casi me atrevería a asegurar que ellos se lo pasaron casi tan bien grabando la escena como nosotros viéndola. Por cierto, que no se me olvide. Felicidades a Jaime Camil por su próximo debut en Broadway en el musical ‘Chicago’. Seguro que va a ser un éxito.

Rogelio descubre el gran secreto de Xiomara

Por ahora vamos a dejar a los novios en la fiesta y vayamos con otros temas que también nos interesan. Al final la verdad salió a la luz. Xiomara no tuvo más remedio que contarle a Alba lo de su “encuentro” con Esteban. Hasta aquí, todo normal. Ya sabemos que entre las Villanueva no hay secretos, perdón, casi no hay secretos (Alba, estás resultando una cajita de sorpresas).

El problema vino en el mismo momento en el que Rogelio también se enteró. Y aquí voy a ejercer mi derecho a pataleta y a mostrar el monumental enfado que tengo con los guionistas. Vamos a ver. Con lo bien que suelen hacer las cosas, con los grandes momentos que nos han regalado, con lo brillantes que son gestionando la idiosincrasia propia de un personaje como Rogelio de la Vega ¿cómo es posible que no nos mostraran la cara que se le queda a Rogelio cuando descubre la verdad? ¡¡Por favor!! Esa era una de esas escenas con más puntos para aparecer en un listado tipo “los diez momentos inolvidables de ‘Jane The Virgin’”.

No me sirve que después veamos a un Rogelio furioso, enfadado, disgustado, decepcionado, celoso y hasta resignado. Todo eso está muy bien, muestra los matices del personaje, se evolución y demás. Pero no vimos el segundo clave. Esa primera reacción, esa sensación visceral que nace en las entrañas al descubrir que la mujer que ama pasó la noche con su peor enemigo. Insisto. No es que tuviera “algo” con “alguien” que pasaba por allí. Es que estuvo con el mayor y peor rival de Rogelio. Es más. Es la segunda vez que le pasa. Recordemos que Luciana, su ex, también estuvo con Esteban. Señores guionistas, lo siento mucho, pero no hay absolutamente nada que justifique haber omitido esa secuencia. Esta se la guardo.

Después asistimos a un acercamiento entre Xiomara y Rogelio. Hacía semanas que no veíamos tanta complicidad entre ellos. Es más, por un momento hasta pensé que estábamos asistiendo a una reconciliación, pero nada ha cambiado. Xiomara sigue queriendo estar con Rogelio pero sigue queriendo no tener más hijos y Rogelio sigue queriendo estar con Xiomara pero sigue queriendo tener más hijos. Así que estamos donde estábamos. En punto muerto.

El más inesperado de los finales

Y vayamos ya con los últimos minutos del capítulo. Esos minutos en los que literalmente me eché las manos a la cabeza no una ni dos ni tres ni cuatro sino hasta cuatro veces. Y ese gesto fue acompañado de una serie imparable de “¡¡no me lo puedo creer!!” Aviso. Voy a intentar ser lo más comedida que pueda, pero, insisto, lo que viene son los grandes SPOILERS (sí, en mayúsculas para que no haya quejas después). Quien no quiera enterarse de nada de lo que va a suceder, por favor, que pase directamente al último párrafo.

Primer spoiler. Anezka nos dio un susto de muerte cuando Petra la encontró tirada en el suelo de la habitación. Resulta que le dio algo parecido a un ictus y ahora está completamente inmovilizada. Está consciente, su cerebro funciona a la perfección, pero solo puede mover los ojos. La sensación de angustia que me produjo su situación es indescriptible y solo es equiparable a lo que sentí cuando descubrí lo que realmente había pasado. Me quedé, como diría el señor narrador, “Petraficada”. No. No es una errata. A buen entendedor…

Segundo. Hace unas líneas dije que nada había cambiado entre Xiomara y Rogelio, pues bien, me equivoqué. Algo sí ha cambiado o, más bien, va a cambiar, sobre todo, para Xiomara. Lo malo de esto es que Rogelio se va a llevar el disgusto de su vida (Rogelifans, tenemos que estar preparadas para darle todo nuestro apoyo porque lo va a necesitar). Lo regular es que es más que probable que sigamos viendo a Keller Wortham como Esteban y con un creciente protagonismo. Lo bueno es que, a fin de cuentas, hay noticias que siempre son buenas noticias. Rafael, una cosa, sería una buena idea que fueras montando una guardería en el hotel. Va a hacer falta. A buen entendedor…

Tercero. No me acordé de comentar que Michael ha recuperado su trabajo como policía. Está contento, pero sigue intrigado por saber quién filtró a la prensa toda la información sobre Sin Rostro y Mutter. Pues bien, lo ha descubierto. Y ha sido uno de los grandes disgustos del capítulo. Esto sí lo voy a decir. Susanna nos ha engañado todo este tiempo.

Cuarto. Vamos a hacer un breve repaso. ¿Os acordáis de Sin Rostro? ¿La asesina del padre de Rafael? ¿La secuestradora de Mateo? ¿La amante de Luisa? Si recordáis eso, también recordaréis que está muerta. Pues olvidadlo. A buen entendedor…

Quinto. Jane se ha casado. Probablemente haya sido, con sus más y sus menos, el día más feliz de su vida. Y, sin duda, puede ser el más triste. Otra vez. Vuelve a repetirse la historia del día que nació Mateo. El que tenía que ser un día de alegría y felicidad terminó bañado en lágrimas. Pobre Jane, parece condenada a no ser plenamente feliz (y a seguir siendo “The Virgin”). Una vez más, en un segundo, ‘Jane The Virgin’ ha dejado de ser una comedia para convertirse en un drama o, quizá, en una tragedia. A buen entendedor…

Los que se han querido saltar los spoilers ya pueden seguir leyendo.

Confieso que no sé lo que va a pasar ahora y, la verdad, no sé si quiero pensar en ello en este momento porque aún no he conseguido asimilar lo que ha sucedido. En este caso sí les dedico una ovación cerrada y puesta de pie a los guionistas porque lo han vuelto a hacer. Nos han vuelto a dejar pegados a la pantalla con la boca abierta y la cara desencajada y, a la vez, nos han generado la necesidad de ver ya el siguiente capítulo.

Para finalizar, Jane, no te preocupes, pase lo que pase, cuando regreses, estaremos contigo. Jane, no lo olvides, te esperamos.

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