'Outlander' 2X08 Review: vuelven las gaitas y los paisajes, ¿felices?
Por Esther Vega
¡Ya estamos de vuelta en Escocia! Volvemos a oír las maravillosas gaitas y contemplar los verdísimos y preciosísimos paisajes… Vuelven a casa para sanar sus heridas y con la esperanza de haber parado la rebelión y poder vivir en paz en familia ¿lo habrán conseguido?
¡¡AVISO SPOILERS!!
Lallybroch… por poco tiempo
Lallybroch ha cambiado poco desde que Jamie y Claire se fueron en la pasada temporada: Ian y Jenny siguen allí, aunque con un miembro más en la familia. Además, han comenzado a cultivar patatas como Claire les dijo y parece que ha sido todo un éxito. La tranquilidad dura poco ya que Ian trae correspondencia y aunque todos están muy contentos por saber de los suyos, Jamie no pone tan buena cara: Jared le manda una misiva en la que el Bonnie Prince ha falsificado su firma y ahora es un traidor a la corona por apoyar oficialmente la rebelión de los Stuart. Parece que todo el esfuerzo de París no ha servido para mucho, la guerra va a ocurrir. Lo único que les queda es intentar cambiar la historia para ganar la guerra y eso pasa por conseguir los máximos apoyos posibles.
Pronto, Ian y Jamie comienza a hacer recuento de los hombres con los que pueden contar en Lallybroch. No son muchos por lo que Jamie decide ir a ver su abuelo, Lord Simon Lovat, con el fin de que éste apoye la rebelión y tengan alguna opción de ganar la guerra.
Antes de irse de Lallybroch, Jamie le confiesa a Claire que su padre es un bastardo, aunque reconocido por su abuelo. Claire, evidentemente, con mentalidad del S.XX, de dice que le da igual, aunque Jamie cree es un asunto importante. En medio de la noche, Jamie se escapa del dormitorio para acunar y hablar un rato con su sobrina recién nacida para tranquilizarle.
La guarida del zorro
De camino a casa de Lord Lovat, Jamie le cuenta a Claire como es el carácter de su abuelo: cascarrabias, implacable y que siempre se sale con la suya - tanto en la política como con las mujeres -. Una vez allí, sorprendentemente se encuentran a Colum que va a hacer sus propios negocios con Lord Lovat.
Mientras los tres hombres hablan, Claire merodea por el castillo cuando Laoghaire le pide perdón por tenderla la trampa por la que la juzgaron por brujería junto con Geillis. Claire no puede perdonar lo que la hizo, aunque ella le jure que ha cambiado.
En la cena, Jamie intenta convencer a Lord Lovat y a Colum de que se unan a la rebelión jacobita ya que no tienen nada que perder: ha ojos de la corona británica son todos traidores por el hecho de ser escoceses independientemente que participen en la rebelión o no. A Colum no le gusta el plan, cree que es demasiado peligroso y no quiere poner en riesgo a su clan. Además, no hay apoyo internacional y sin él, Colum cree que los clanes por sí solos no van a poder ganar, ya lo han intentado antes sin éxito.
Mientras tanto Claire se da cuenta que el joven Lovat está interesado en Laoghaire y se intenta hacer el macho frente a ella, pero su padre le ridiculiza. Después de la catastrófica cena, Jamie quiere hablar con su abuelo en privado, sin la presencia de Colum, para saber qué es lo que realmente piensa sobre la rebelión. En realidad, Jamie tarda poco en darse cuenta qué es lo que quiere el viejo zorro a cambio de sus hombres: Lallybroch. Cuando Jamie se niega en rotundo, Lord Lovat le deja elegir: Lallybroch o el honor de Claire. Jamie, que reacciona rápidamente, saca a colación el apodo de su mujer en Francia, la dame Blanche, y le mete miedo al abuelo que, como buen escocés, cree en lo sobrenatural.
Enemigas y nuevas aliadas
Pero el problema principal sigue ahí y es que ambos quieren que Lord Lovat los apoye con sus hombres. Claire piensa que Laoghaire puede serles de ayuda en este sentido, ya que pretenden utilizar el enamoramiento del joven Simon (el hijo heredero de Lord Lovat) para que éste se rebele a su padre y les apoye. Claire va a hablar con ella para ofrecerle su perdón y el de Jamie a cambio de que le ayude a conseguir infundir valor y confianza a Simon.
Para ello Claire planifica una estrategia, se lleva a Simon a dar un paseo y en el camino se encuentran con Laoghaire cogiendo setas y les deja a solas para que establezcan contacto. Mientras los enamorados hablan, Claire va a la ermita y se encuentra con la vidente de Lord Lovat que le cuenta que ha tenido una visión en el que cortaban la cabeza al viejo zorro pero que no se ha atrevido ha contárselo por miedo a que éste acabe con ella. También le cuenta, que hay visiones que ha conseguido cambiar, lo que hace pensar a Claire que el futuro se puede modificar.
Claire entra en las cuadras buscando a Jamie y allí hablan sobre la visión de la vidente y sobre el transcurso de la guerra: necesitan a los hombres de Lord Lovat por lo que le dará Lallybroch a cambio.
La astucia del zorro
Sagaz, Lord Lovat ha hecho dos documentos: un acuerdo de neutralidad y un contrato de cambio de propiedad de Lallybroch. Le da a elegir a Jamie: si él firma el cambio de titularidad le dará a sus hombres para la guerra pero cuando Jamie va a firmar, Claire finge tener una visión: ha visto a Lord Lovat encapuchado y con un verdugo detrás de él. Las rosas blancas en el suelo -el símbolo de los jacobitas- confirma que en la visión de Claire ganará la rebelión para posicionar al abuelo a su favor. Parece que Lord Lovat se lo cree demasiado y como no le gustan las noticias que oye, saca un cuchillo para atacarla, pero inmediatamente su hijo Simon le para y le da la razón a Jamie: él luchará por James Stuart. El viejo se vuelve a burlar de él firmando el tratado de neutralidad de Colum y dejando que vaya él solo.
Parece que nuestra pareja ya no tiene mucho más que hacer en casa de Lord Lovat por lo que se van, no si antes Jamie dándole las gracias a Laoghaire aunque no sabe muy bien por qué. En el camino de vuelta aparecen los hombres de Lovat, el viejo zorro es más listo de lo que creíamos y se ha cubierto las espaldas doblemente: ha firmado el acuerdo de neutralidad por lo que está a salvo si ganan los ingleses, y va su hijo a luchar por los Stuart, por si ganan ellos. ¡Vamos a la guerra!
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