'Shameless U.S.' 5x06 Review: Ian y Fiona llegan a su límite más extremo
*AVISO SPOILERS
Aún no he terminado de asumir la manera de los guionistas de destrozarnos con este capítulo. Han sido muchos los momentos desgarradores de ‘Shameless’ que hemos podido ver estas temporadas – con Mónica y Liam como protagonistas, por ejemplo -, sin embargo, creo que nunca antes han contado de una manera tan poco agresiva a la vista dos historias tan dolorosas. Con Fiona e Ian como protagonistas, al menos un servidor ha asistido a un capítulo en el que no podía dejar de pensar en todo lo que están arruinando su vida los ‘Gallagher’, y en el amor de verdad que hay entre ellos así como en la manera que tienen los actores de transmitirlo, que es lo más importante.
Por mi parte exijo a la Academia de TV americana, a la Asociación de Prensa Extranjera y a todas las entidades que den premios televisivos que tengan de una vez en cuenta al reparto tan maravilloso que tiene esta serie, y que desde luego merece más de un premio – la no nominación de Emmy Rossum año tras año no es comprensible -. Y tras este momento reivindicativo, voy a desgranaros el sexto capítulo de esta temporada que no hace más que subir de nivel con cada capítulo que pasa.
Sammi, la nueva “madre” Gallagher
Lo de Sammi es algo digno de estudio. Desde que apareció en escena, siempre ha pensado que es la protagonista absoluta de todo lo que le pasa a la familia, y en caso de no serlo, intenta estar a todo. Como Frank no le ha comprado la caravana nueva, Sammi decide asentarse junto a Chuckie en el hogar Gallagher, aprovechando además que Fiona no pasa allí prácticamente nada de tiempo. Su manera de vivir allí es adoptando el papel de madre necesaria para todos ellos, estableciendo unas normas con las que no están nada de acuerdo: la puerta se cierra a las 10 de la noche, nadie tiene que cuidar de Frank, quien no aporta dinero no come, y así una lista de mandatos que nadie le ha pedido que instaure, pero que ella toma como sus responsabilidades. ¿A qué lleva esto? A un rechazo por parte de Fiona y por parte de Debbie, que recibe consejos para su primer día de instituto un poco traumáticos.
Sin embargo, el afectado por toda esta nueva situación es Frank, que durante el capítulo ve que absolutamente nadie se preocupa por él – cosa lógica si él mismo no se preocupa de su salud -, y en caso de que se preocupasen, no podría ser atendido por orden de Sammi, lo que provoca que termine en el hospital por un rechazo de su hígado trasplantado al no tomarse la medicación. En el hospital, la doctora le hace ver que es suficientemente mayor para cuidarse de sí mismo, y que si no lo hace, sabe que acabará muy mal. No parece que la guerra Frank-Sammi vaya a terminar pronto, y puede tener consecuencias muy graves de seguir por el camino que va ahora.
Jimmy quiere a Fiona… ¿o era al revés?
No creo que sea el único que vea detrás del regreso de Jimmy una intención oculta que tardará menos tiempo que más en salir a la luz. Y tampoco creo que sea el único en pensar que Fiona en parte está hasta las trancas de Jimmy, y en parte está hasta las trancas de la vida que llevaba con él, cuando aún no se había fastidiado la vida lo suficiente. Me esperaba más intensidad en los diálogos con Jimmy, aunque sí que es cierto que dos palabras – te quiero – de una manera reiterada hacen que Fiona llegue al límite. Al comienzo del capítulo, vemos a Fiona pegando a Jimmy en la calle, expresando todo su odio de una manera bastante agresiva, aunque comprensible. Comenzamos a ver un rostro desencajado, además por la situación que vive con Ian y que más tarde veremos.
Esa misma noche, Jimmy aparece en casa. Lo que parecía un rechazo claro, y tras lo que comentaba anteriormente – Jimmy comienza a repetirle en el oído a Fiona que la quiere-, acaban besándose y pasando la noche juntos. El nivel de destrozo mental es tan grande que vemos a una Fiona hundida por recordar un amor que aún tiene presente. A la mañana siguiente, tiene que asumir que ha sido infiel a su marido, que ha cometido un error, y que ese no es el camino correcto. Gus se presenta en casa, preocupado por Fiona, pero ésta sabe lidiar con la situación y consigue que no se entere de nada. Acude a pedir ayuda a Vero, pero sólo encuentra a una amiga que necesita consuelo por la inminente separación de su marido – cada vez la historia de Vero y Kevin tiene menos interés, una pena que se estén cargando de esta manera a dos personajes muy necesarios en la serie -. Fiona se siente sola, no sabe qué hacer, y lo peor de todo, sabe lo que siente y quiere no sentirlo. Esa noche, de nuevo Jimmy acude a buscarla, y descubrimos que tiene pensado un viaje a Dubai y no sabemos por qué quiere a Fiona en ese viaje. Y entonces acudimos a un déjà vu, una escena que vimos en la primera temporada, Fiona y Jimmy teniendo sexo en la cocina. Entonces, la escena acababa de la mejor manera posible. Aquí, acudimos a una escena que nos parte el alma, y es Fiona llorando como si estuviera siendo forzada, como si no quisiera hacer eso. No controla su mente, no sabe lo que hace, y no sabe que quiere en su vida. Va a casa de Gus, y practicando sexo, llora de nuevo. Ha dejado de gustarse, se odia a sí misma y no le gusta ver en qué se ha convertido. A la mañana siguiente, en casa de Gus, éste se da cuenta de que no le quiere, pero es mejor que esté con ella a que no lo esté, o al menos así lo ve.
Mickey y la demostración de que el amor puede con todo
Justo ha coincidido con el fin de semana de San Valentín, pero en este capítulo hemos disfrutado de amor del bueno, del que se siente y se sufre. Y Mickey nos ha terminado de robar el corazón demostrando que por encima de todo, está Ian, un Ian que comienza el capítulo donde dejó el anterior, en el coche con el hijo de Svetlana encaminándose a Disneyland – por cierto, Ian no ha sido el único Gallagher que roba un bebé, deberá ser tradición en la familia -. Está completamente ido de la cabeza, conduce con la mirada perdida, le entusiasma todo, e incluso pone la vida del bebé en peligro varias veces. Durante el resto del capítulo le vemos fuera de sí, haciendo cosas sin sentido como llevar al niño prácticamente desnudo o dejarlo encerrado en un coche mientras se prostituye para ganar dinero. Sin duda alguna, sensaciones horribles las que nos han hecho vivir con este capítulo. Cuando la policía, con ayuda de una señora, descubre al bebé encerrado en el coche, Ian entra en brote cogiendo al niño en brazos y llevándoselo mientras corre al grito de “me lo quieren robar”. Finalmente, termina acorralado en una tienda, y detenido por la policía.
Mickey, durante todo el capítulo, demuestra lo que quiere a Ian, protegiéndole de la policía – aunque al final se da cuenta de que tenía que haber llamado a los agentes desde el principio -, manteniendo a los Gallagher informados de todo lo que va pasando con Ian, e incluso llenándole el buzón de voz con mensajes rogándole que vuelva, diciéndole que le quiere – la mejor escena del capítulo sin duda -. Mickey está destrozado porque Lip le avisó en su momento, y se ha dado cuenta de que no puede con él, de que todo le supera y de que es hora de que un tercero le trate, de que pase a disposición médica. Cuando le encuentran, está sedado con un tranquilizante en la comisaría. Se encuentran con un cuerpo vacío, que ha dejado de saber lo que ocurre y no ocurre en su vida. Mickey entonces toma la decisión de internarle, puesto que es donde realmente puede estar bien cuidado. Una vez allí, se despide de él junto al resto de Gallagher, con la esperanza de algún día verle recuperado y pudiendo disfrutar de su amor por él. Creo que es la historia de amor más bonita que ha dado esta serie, y así lo van demostrando capítulo a capítulo.
En el siguiente capítulo, como observamos en el avance que os dejo a pie de página, veremos el desenlace de la historia de Jimmy y Fiona, qué ocurre con Ian en sus primeros días de internamiento e imagino que nos mostrarán cómo se encamina la historia de Vero y Kevin. Ha habido cosas que no he tratado en esta review, como la vida de Lip en la universidad, pero son partes que a mi parecer me sobraban completamente en un capítulo tan intenso emocionalmente como esto. De nuevo, Showtime, gracias por regalarnos una serie de esta calidad, con unos personajes tan maravillosos y con una trama que nos rompe el corazón de una manera más intensa con cada capítulo que pasa. Gracias.
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