‘Bajo Sospecha’ 1x08 Review: un final perfecto, con un solo “pero”
Por David MarañónDavid Marañón
Anoche Antena 3 dio por finalizada la primera temporada de ‘Bajo Sospecha’, una serie que vendieron como algo novedoso y nunca visto dentro de las ficciones españolas. Y vaya si nunca habíamos visto algo así. La calidad de sus planos, la fotografía, las actuaciones y sobre todo, la trama, han sido alicientes para poder catalogar a esta serie como de lo mejor que ha hecho Antena 3 hasta la fecha. Nos ha mantenido pegados al televisor hasta prácticamente media hora antes de finalizar, momento donde finalmente se desveló quién fue el asesino de las dos niñas Vega. No sé a quién le gustó o no el final. Sí que es cierto que numerosos fans me advirtieron de que ese sería el final a través de Facebook, y al menos a mí me gustó tanto el desarrollo como el desenlace del que ha sido el último episodio, aunque con algún “pero” bastante importante que más adelante comentaré. Sin esperar más, vamos a ver qué ocurrió y cómo fue el desenlace.
(Cuidado, SPOILERS!)
Emi, de secundaria a hija coraje
Ya se cerró el séptimo episodio con Emi desvelándose la culpable de la muerte de ambas niñas. Y todos estábamos esperando a la declaración policial de la misma. Pues bien, ayer, en un capítulo que transcurrió prácticamente en su totalidad en la comisaría de Cienfuegos, pudimos disfrutar de los dos interrogatorios más duros por parte de un sospechoso hasta la fecha – maravillosa Georgina Amorós -. Cuando Emi llega a comisaría, decide mantener una postura basada en el silencio ante la policía. Sin embargo, el Comisario Casas decide ir donde más duele, y le habla de lo que le ocurriría a su hermano si nadie habla y se tuviera que poner su custodia en manos de la justicia. Es entonces cuando la hermana mayor decide contar cómo ocurrió todo.
Junto con Óscar, hijo de Vidal, había estado traficando con droga. Sin embargo, por cosas que tampoco entra a explicar, acaba debiendo 3000 euros. La solución más factible que ve es ponerse en contacto con un hombre que realiza fotografías a jóvenes desnudas. Le ofrece 600 euros, pero la cosa cambia cuando también se incluye a su hermana Alicia en la sesión, donde podría obtener los 3000 euros – sentí tal repulsión en este momento que difícilmente se puede plasmar mejor que como lo hizo Lluís Homar durante todo el interrogatorio -. A partir de ahí vinieron extorsiones por parte del fotógrafo, lo que hizo que Nuria acabara también en esas sesiones de fotos. Ante la pregunta del Comisario de por qué no denunció, es entonces cuando Emi desvela algo aún más desagradable: Vidal era el que realizaba esas fotografías a menores. Con una actuación soberbia por parte de todos los que en ese momento participaron, vemos tanto a Vidal siendo detenido por el Comisario y sintiéndose utilizado, como a una Carmen desolada viendo cómo encierran a su hija y llorando al grito de ‘nada va a salir bien’ – bravísima Alicia Borrachero, qué gran actriz -.
Vidal, un cabeza de turco
Lo de Vidal se resuelve en muy poco tiempo. Tras su declaración en la que informa de la coartada que tenía, y su mujer corroborándola en el registro a su casa, el Comisario Casas descubre que Vidal no tiene absolutamente nada que ver. Sin embargo, decide hacer creer a Emi que Vidal no solamente hizo fotografías desnudas a sus primas, sino que los hombres que trabajaban con él abusaron de las niñas y le hicieron fotografías de esos momentos que encontraron en el registro de la casa de Vidal. Emi entonces confiesa que esas fotografías nunca han existido. Mientras todo esto ocurre, Laura y Víctor van a buscar a Pablo - que se escapa estando al cuidado de Laura - que se encuentra con su abuela tras la detención de Emi.
Es entonces cuando le desvelan a Pilar que son policías, y que Pablo tiene que irse con ellos si quiere que esté realmente protegido. En un forcejeo entre Pablo y Víctor, Laura encuentra un libro entre las cosas de Pablo que se llama ‘Tres Tristes Tigres’. Y es cuando descubre lo que pasó. Se trata de un libro sobre tres tigres cuyo padre se iba al principio un día, luego dos, luego más días. Los tres tigres tienen miedo de que el padre se vaya para siempre, y deciden fingir que uno de ellos se ha ido. Víctor va a comisaría e informa a Casas de que Pablo es el culpable mientras Emi se rompe. Laura será la encargada de interrogar a Pablo, y es cuando por fin descubrimos toda la verdad del caso de Alicia y Nuria Vega.
Los tres tristes niños Vega
Pablo, Alicia y Nuria sabían que sus padres tenían un affaire. No soportaban la situación que eso estaba empezando a crear en sus vidas, y ninguno de ellos quería que su familia se rompiese. Tenían pensado fingir que uno de ellos – Alicia – desaparecía. Sin embargo, los planes de los niños cambian cuando se enteran de que Begoña y Andrés van a fugarse el día después de la comunión de Alicia y Pablo, y deciden adelantar su plan. El día de la comunión, cuando juegan al escondite, Alicia se esconde en la cabaña del perro, sin el vestido – que Pablo tira en el barril de vino - y con un jersey que Nuria coge prestado de su padre. Cuando la familia no la encuentra y decide buscar fuera, Nuria le pide la diadema a su prima para tirarla en medio del bosque y que sirva como pista falsa. Mientras, Alicia se esconde en la casona de Amalia.
Sin embargo, cuando su tía Inés va con Fede, su ex marido, por miedo a que les descubran, Alicia y Pablo deciden cambiar escondite y que el nuevo sea la cabaña del bosque, donde se lleva provisiones. Lo que al principio era un juego, Pablo comienza a tomárselo demasiado enserio, y encierra a su hermana en la cabaña sin que pudiera salir. Una noche su tío Edu va a la cabaña y la abre, pero oye un ruido dentro antes de entrar y decide irse, dejando a Alicia libre para poder escapar. Cuando escapa y está en mitad del bosque a la mañana siguiente, un coche la atropella. Y descubrimos que fue Bosco quien accidentalmente atropella a su sobrina. En una imagen horrible vemos al tío llorar mientras le hace torniquetes a la niña y decide dejarla finalmente en medio del bosque. Lo de después, ya lo sabemos. Bosco se suicida por el sentimiento de culpabilidad que creíamos era voluntario cuando nunca quiso matar a Alicia. Jamás pude imaginar que el plan era tan absurdo y poco macabro, ni quién lo había organizado.
El tema de Nuria Vega es distinto. Pablo y Nuria deciden que tiene que desaparecer otro niño ya que ven que sus familias están más rotas que nunca, y es el turno de Nuria. La niña escapa del colegio, y vuelve a encerrarse en la casona, al igual que su prima. Sin embargo, Nuria no tiene el coraje que Alicia tenía, y le pide a Pablo terminar con el plan. En un forcejeo que ambos tienen en la casona, Pablo le tira a su prima la linterna a la cabeza, acabando así con su vida. Asustado, vuelve a casa con las manos llenas de sangre tirando antes por el camino la linterna. En casa, finalmente le cuenta lo sucedido a su madre. El sentimiento de tristeza al ver que Pablo no quiso nada de eso en ningún momento era real, y por primera vez sentí que todos los personajes no eran tan malos, y que era una familia realmente unida – las actuaciones de los tres niños vale más que la de muchos de los adultos de esta serie, y eso es mucho decir -.
Así, Carmen encubría a su hijo, que inocente, perdió el control de un plan que únicamente servía para que sus padres no se separaran. Cuando Carmen es informada de la situación, se desmorona como es normal. Ya no hay culpables. Emi y Roberto salen de sus celdas, junto a Carmen. Sin embargo, en un último interrogatorio, Carmen se entera de que Alicia no fue secuestrada, sino que únicamente se estaba escondiendo. Además, es cuando confiesa que Edu y ella únicamente querían proteger a su hijo, que no denunciaron por lo terriblemente asustados que estaban. Con todos en libertad, y el caso cerrado, Laura pide hablar con Carmen y contarle que es policía, noticia que Carmen recibe con un rechazo aplastante no queriendo mediar palabra con ella. Cuando Laura y Víctor se van, y con un último reproche de Víctor a su padre, vemos como escena final – escena que sobraba completamente – un beso entre Víctor y Laura.
Un final que no llega a ser redondo
Desde luego que el final me emocionó muchísimo. Ya he dicho que los giros de guion, las actuaciones, la ambientación, todo servía para que esta serie fuera ejemplar. Sin embargo, cosas como la actuación de Blanca Romero, que cortaba los momentos de clímax emocional, lo cogido con hilos de la resolución de la trama y los momentos aún sin explicar de la serie - ¿Por qué se suicida la profesora? ¿Quién llamaba a la abuela? ¿Por qué Begoña se estremece al descubrir que Alicia y Nuria tienen dos colgantes iguales si no sabe nada de la historia de los tres tristes tigres? – me dejaron anoche con un sabor agridulce que para nada ensombrece la calidad de la serie, que ha dejado la media de cada capítulo muy por encima de la media general española en lo que a ficción se refiere.
Echaré de menos a muchos actores en la siguiente temporada de confirmarse finalmente la producción de la misma, así como echaré de menos a los Vega, que aún odiados, son una familia que puede dar mucho más de sí. Ahora queda esperar a que Antena 3 de luz verde a los nuevos capítulos, a que la trama nueva sea igual o más buena que esta y sobre todo, a que en el casting cojan como principal a alguien que sepa transmitir las emociones necesarias a cada momento. Desde luego, son los peros que tiene la serie, que al igual que el desenlace, están muy cogidos por los pelos. No ha llegado a la perfección, pero la ha rozado. Así que, desde aquí, Bambú y Antena 3, gracias por regalarnos esta serie a los que aún queremos disfrutar de la ficción nacional. Mil gracias.
Sobre este blog