'The Americans' 3x06 Review: ¡La bomba está a punto de estallar!

Por Israel VicenteIsrael Vicente

Seis episodios, seis, como dirían los del mundo del toro para anunciar un evento de gran envergadura, es la cantidad de capítulos que hemos aguantado, tolerado y/o soportado hasta ver como la mecha se encendía con Paige. La bomba está a punto de estallar, debemos asentar nuestras posiciones que el clímax va a llegaaaar.

El resto del artículo contiene varios Спойлер que la KGB no quiere que leas (SPOILER ALERT!)

El Renacer

El capítulo comienza con el bautizo de Paige, y vaya bautizo, parece más un concierto que un acto llevado a cabo por el cura del pueblo. Estos americanos nacieron para el “show business”.

Durante el acto contrastan las caras de felicidad de Paige con las de sus padres. Serán espías, pero las apariencias las llevan fatal en este caso. Síntomas que vemos en las profundas respiraciones de Elisabeth, cuando se mencionan las intenciones políticas que conlleva pertenecer a esa iglesia, o la incredulidad e irascibilidad que muestra Philip ante la frase del pastor “Paige, éste es tu acto de protesta más desafiante”. A este ritmo, el pastor, tiene los días contados.

Ya en casa, Philip trata de acercarse a Paige con la excusa de ayudarle a decorar su habitación. Mientras cuelga un poster de París, él le pregunta si se siente diferente, y no sólo eso, halaga que su hija sea dura, que no se haya sentido presionada y haya mantenido sus convicciones religiosas pese a la reticencia de sus padres. “Nadie sabe mejor que tú lo que tú quieres”, está claro que Philip le está abriendo el camino a una futura elección.

Por otra parte, Elisabeth sigue con la instrucción de Hans. Durante ésta, el aprendiz le habla de unas reuniones de estudiantes anti apartheid a las que va, y las sospechas de que un tipo que allí estaba le suscitaron. Investigación en curso.

Amistades peligrosas

Si hace un par de semanas Nina se mostraba muy cercana a Evi, ahora parece algo más seca. Pese a todo, hablan sobre hombres y el amor, maridos y novios a los que creer y que no te abandonarían, una buena manera para saber por qué Evi acabó en prisión.

Nina le confiesa que tuvo dos amantes, uno comunista y otro capitalista, y llegado el momento eligieron a sus respectivos países, “el error es confiar en alguien a quien amas”, le dice. La belga está en desacuerdo, se niega a admitir que su novio le mintiera porque iban a quedar en Bruselas. Nina ya tiene información que intercambiar.

Los efectos inmediatos son que Nina, sola en la sala de interrogatorio, aparece jalando como si no hubiera mañana, e incluso bebiendo vino que le sirve un tipo de traje.

Siguiente consecuencia. Plano-contraplano de las presas en la celda, música que eleva la tensión, pasos de soldados en el pasillo, “¿va todo bien?” pregunta Evi, Nina no responde. Entran dos guardias y se llevan a Evi gritando “¿¡Nina, qué has hecho!?”. Por un momento realmente dudé de a quién se iban a llevar.

Stan progresa adecuadamente

Tal y como nos tiene acostumbrados ‘The Americans’ últimamente, las cenas familiares en casa de los Jennings, con Beeman, de invitado sirven de excusa para darle algo de diálogo a Henry. Es cierto que son tres, cuatro frases a lo sumo, pero mola ver el rol de inquisidor que le han dado al crío haciendo preguntas sin pelos en la lengua sobre el EST, o las relaciones de Stan.

Como prometió el agente del FBI en el capítulo anterior, le acompaña su nuevo ligue del EST, Tori. Ambos hablan sobre cómo el grupo de autoayuda les está mejorando sus vidas, hecho que aprovecha Paige para asemejar con la idea del cristianismo y su reciente bautizo.

Llegado el momento de intimar en casa, Beeman y Tori están dándole que te pego en el sofá. Él parece un poco distraído pensando en Sandra, pese a que quiere tema. Ella le echa la chapa típica de “dónde estamos, te necesito centrado”, conversación que levanta la moral de Stan.

Al día siguiente, en el edificio gubernamental del FBI hay malas noticias, han perdido a cuatro agentes en un accidente de avión en Ohio. Dave, colega de Stan, ha muerto. La pesadumbre hace que llame a su ex, pero salta el contestador con un mensaje de Arthur. Fail.

El detalle: Martha va a recoger archivos clasificados de la mesa autómata y no hay. Aderholt le explica que ha hecho un par de llamadas y no van a volver. ¿Sospecharán de la fuga y filtración de archivos de Martha?

Más tarde aparecen la exmujer e hijo de Stan en su casa, Matthew pasará la noche con él. Sandra le consuela por la muerte de Dave, y pese a las reticencias irá a Chicago con él al funeral de su amigo.

Gracias a Dios

Kimberly va a tener el gran descubrimiento de su vida, Pink Floyd y peta a la vez, cortesía de James/Philip. Los demás nos quedamos con las ganas de saber qué tema suena, pues lo escucha en el walkman y no se oye nada. Tras esto, a Kimmy le apetece un baño con Jim, pero él educadamente lo rechaza invitando a la niña a que se relaje ella. Es en ese momento cuando Philip aprovecha para abrirle la puerta a una compañera de la causa. Ataviada con unos guantes, la compi instala una grabadora en el maletín de Isaac Breland, mientras James vigila.

Cuando la joven sale de la bañera está a nada de descubrirlos, pero James la engaña con los pendientes de la de los guantes. Ella se emociona y se despelota, pero él no puede. La milonga que Philip usa para rechazarla, una vez más, es que está pasando por una situación difícil y que va a unirse a una iglesia. No está rompiendo con ella, “eres perfecta” le dice. Philip usando la historia de Paige, telita.

Mientras, Elisabeth, en casa, pensativa, no puede leer y se va al garaje a fumar. Le pilla Paige y le da una especie de reprimenda madura que deja a su madre flipada. También hablan de lo que le supone a ella la religión y casi que la anima a que intente rezar porque le será de ayuda.

Philip vuelve a casa y Elisabeth le informa de que tienen que espiar a Hans. Luego se fuman un porrito en la ventana que “James” le ha traído. Ahora se ríen de la idea que Paige le ha sugerido y comentan el pretexto que James ha utilizado para librarse de Kimberly. Aunque Philip dice que como se alargue…malo.

Deja que te cuente un secreto

Philip se ve con Gabriel, le informa de que ya le ha instalado el micrófono, y éste le recuerda que tiene que intimar con ella. Parece bastante interesado en que lo haga. También le cuenta que capturaron a Irina en Brasil y tendrá un juicio en Rusia. Le habla del hijo de Irina, Misha, también suyo como supimos en temporadas anteriores. Él es un buen soldado y de confianza, como Philip. Elisabeth todavía no lo sabe, y parece una amenaza del “titiritero”.

Elisabeth está revelando fotos y Philip llega con cara de acelga. Él le intenta contar la conversación con Gabriel y le informa de que tendrá que reunirse con Kimberly una vez a la semana para poder cambiar las cintas de la grabadora, en vez de una vez al mes.

Elisabeth se reúne con Gabriel de una manera más distendida. Ambos hablan mientras cenan de Hans, de los contactos que está haciendo y de tenerlo más atado en corto ya que parece tramar algo. El apartheid, Sudáfrica y Reagan salen a relucir en los futuros planes a seguir por parte de los rusos.

Gabriel, continuando con sus argucias, le habla de que siente que Philip está perdiendo la fe en él. Los dos lo achacan a Paige. “Philip sabe que sigo adelante sin él” dice Elisabeth, “pero no vas a seguir adelante”. Creo que le acaba de dar luz verde para informar a Paige de quienes son.

Más parecidas de lo que crees

El final de este episodio tiene un montaje en paralelo de los buenos. Por un lado, Elisabeth recoge a Paige del colegio, algo que supuestamente no estaba previsto, y se la lleva a un barrio, con pinta de marginal, para enseñarle algo…

Por el otro, Kimberly está resentida cuando se vuelve a encontrar con James, que dice que no puede dejar de pensar en ella. Kimmy pica y se van a casa de sus padres que no llegarán hasta la media noche.

Una vez en casa Kimberly directamente lo conduce a la cama. Él quiere hablar, de su vuelta a la iglesia y le cuenta una historia de adolescencia que realmente es la historia con Irina y su hijo de 20. También se le ocurre ponerse a rezar, si a su hija le funciona… Philip/James reza, pidiendo actuar correctamente en una situación tan difícil. Kimberly acaba rezando también, pidiéndole a Dios que proteja al hijo de James, lo cual le toca la patata a Philip.

Elisabeth le habla de Gregory y de lo activistas que eran sus padres en el pasado. También le habla de las luchas, no siempre legales, más allá de las manifestaciones, correctas para un bien mayor. “Tienes algo especial que te podría permitir conseguir lo que quisieras”, que viene, que viene… “Te he traído aquí para decirte que soy más parecida a ti de lo que tú te piensas”. Así, como introducción…

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