Romances “fuera de serie” de la historia de la ficción española
El amor es un ingrediente principal de las más exitosas historias de ficción, y por supuesto, las narraciones para televisión no son una excepción. Pensemos en las grandes series estadounidenses: así lo prueban Ross y Rachel en Friends, Maddie y David en Luz de luna, Paul Reiser y Helen Hunt en Mad About You; Bobby y Pamela Ewin en Dallas; Starsky y Hutch en... Bueno, puede que este no.
Pero, ¿y en la ficción española? En las series de televisión nacionales también podemos encontrar una larga lista de romances, amoríos que, de un modo u otro, marcan el desarrollo y devenir de la serie, y que en no pocas ocasiones, emociona a sus telespectadores. Es por eso que dedicamos nuestro Top Ten a enumerar a algunas de las más destacadas parejas de nuestra televisión.
Como hay tantas, hemos hecho una titánica labor de agruparlas, con tal de ofrecer la mayor variedad posible. Desde luego, le podrán faltar muchas cosas a los productos de ficción españoles que ofertan las cadenas, pero no se puede decir que adolezcan de mal de amores. ¡Para nada!
1. Antonio Mercero, el primer gran casamentero: “Verano azul” y “Farmacia de guardia”
Empezamos con Verano azul, una serie que, a pesar de los 30 años que nos separan de su estreno, sigue estando fresca en las retinas (hay que dar gracias a esas reposiciones, casi una rutina, que emprendió TVE cada período estival). Javi, un jovenzuelo y melenudo Juanjo Artero, y Bea, la retirada de la escena Pilar Torres, fueron pareja ficticia y adolescente de la serie de Antonio Mercero. Un amor disputado, además, puesto que a Javi le tocó “competir” con su amigo Pancho por conquistar a la chica.
Seguimos con Mercero: saltamos una década, y cambiamos la playa por la farmacia. De guardia para más señas. Pese a los muchos méritos que hiciera aquel aventurero Carlos (al que dio vida Álvaro de Luna), Lourdes, la boticaria Concha Cuetos, solo tuvo ojos para Adolfo, ese encantador crápula al que encarnó el finado Carlos Larrañaga. Eso sí, aquí, su eterna relación no acabó en boda, “para no acabar con su bonita amistad”.
¡Ojo! No podemos olvidarnos tampoco del otro romance mítico del que fuímos testigos en Farmacia de Guardia: el camarero con tupé rockabilly Chencho (Ángel Pardo), y la auxiliar de farmacia Sandra (Emma Ozores).
2. “Médico de familia”: estableciendo la “marca Globomedia”
Desde luego, los noventa fueron suyos. Al menos, la segunda mitad: la relación entre Nacho, el entrañable viudo con familia numerosa incorporado por Emilio Aragón, y su Alicia, la locutora de radio a la que cedía sus rasgos Lydia Bosch. Un noviazgo que, además, estableció todo un modelo seguido con insistencia por Globomedia. La boda entre ambos fue ciertamente histórica, a juzgar por la cantidad de invitados que se congregaron en Telecinco, allá por el 23 de diciembre de 1997: 10,8 millones de espectadores y 60% de cuota de pantalla, cifras inalcanzables hoy en día. Aquí tenemos la peculiar pedida de mano.
3. Consolidación del modelo Globo: De “Los Serrano” a “Águila Roja”
Cuatro años después de que dejáramos de tener noticias de los Martín, llegaron Los Serrano a Telecinco. Diego (Antonio Resines) y Lucía (Belén Rueda) fueron la pareja por antonomasia de la ficción de Mediaset. Y eso, a pesar de la “mirada sucia” y los amigos metomentodo del primero (Fiti y Santi, versión 2.0 del “landismo”). A lo largo de cinco años y otras tantas temporadas, su amor fue capaz de superar todas las adversidades: desde la trágica muerte de ella, el incesto-pero-no de sus hijastros, y finalmente, el sueño profundo más profundo de la historia de la televisión nacional.
Los Serrano, además, ayudaron a consolidar el gran modelo romántico instaurado por Globomedia: hombre viudo con una prole más o menos amplia que reencuentra el amor en una encantadora mujer. Piensen si no, en la relación entre Gonzalo de Montalvo, alias Águila Roja, y Margarita (Inma Cuesta): quizás, el amor más aventurero y épico (dentro de lo que permiten los recortes presupuestarios en TVE) de la ficción nacional.
4. “Cuéntame” cómo es el matrimonio más estable de la ficción nacional
A estas alturas (a saber: 14 temporadas en antena, un cuarto de millar de capítulos emitidos en la noche de los jueves desde 2001, y sumando), la familia Alcántara es casi una extensión de las nuestras propias. Uno podría saber más sobre ellos que lo que puede conocer de sus tíos o hermanos mayores (y seguro que los ve con más frecuencia).
Cuéntame cómo pasó - El ultimátum de Merche a Antonio (Capítulo 247)
Antonio (Imanol Arias) y Merche (Ana Duato), y pese a sus altibajos (cómo no van a surgir problemas maritales, cuando les toca sufrir cada problema registrado en la historia reciente de España), son el matrimonio más estable y querida de la televisión nacional. Su amor ha sobrevivido a dictadores, transiciones, cambios de gobierno, cambios de estilismo (¡¿dónde quedó aquel bigote, Antonio?!), hijos rebeldes, duras enfermedades y golpes de estado frustrados. Su relación durará tanto como la serie, y con esa salud de hierro, más nos vale ir pensando en qué regalarles en sus bodas de oro.
5. Amores “reales”: “Felipe y Letizia” e “Isabel”
Si el de Antonio y Merche es un amor “histórico” de nuestra televisión, no podemos dejar de mencionar otros amores “reales”: cómo olvidar a Felipe y Letizia, la miniserie borbónica que, además de dar motivos para mil y un chascarrillos a programas y blogs, reflejó una historia de amor que no dejaba de tener toques muy televisivos: el cuento de hadas por el que una joven presentadora de informativos acaba convirtiéndose en princesa consorte. Amaia Salamanca (una actriz a la que veremos aparecer más de una vez en este ránking) y Fernando Gil (camino de dominar a media genealogía borbónica con sus interpretaciones en tv-movies) son los tortolitos con corona de la miniserie, dirigida por Joaquín Oristrell.
No sabemos qué pensarían de Felipe y Letizia los Reyes Católicos, protagonistas de Isabel, la serie de Diagonal TV para La 1. Michelle Jenner y Rodolfo Sancho los encarnan y, ya de paso, humanizan, dejando claro que uno podía ser un monarca fuerte y con ansias conquistadoras, pero a la vez amar sin fisuras. A los espectadores, no solo españoles, les ha convencido, y ya son súbditos fieles de esta serie, que prepara su segunda temporada.
Isabel - “Solo Dios me apartará de este trono”
6. Amar en la edad del pavo: “Física o Química”, “Los Hombres de Paco”...
Antes, hemos empezado con Verano Azul, y así con un amor de juventud. La ficción nacional ha dado, en décadas posteriores, un buen número de ejemplos de amores adolescentes que han marcado a las audiencias. Veamos algunos:
La expresión “Amor de hermano” difícilmente puede ser utilizada igual después de haber visto Los Serrano. Las idas y venidas de Marcos (Fran Perea) y Eva (Verónica Sánchez) tuvieron en vilo a muchos espectadores y le hicieron perder el pelo que le quedaba al sufrido Diego. Claro, claro, eran hermanastros, así que tenían excusa... Como luego la tenían Teté y Guille. Menos mal que al final todo fue un sueño...
Uno que sobrevivió hasta a la muerte fue el de Fer (Javier Calvo) y David (Adrián Rodríguez) en Física o Química. Fer moría trágicamente en el antepenúltimo episodio de la serie de Boomerang (una de las muertes más lloradas de la historia de nuestras series, como ya recogimos), pero, a pesar de todo, tuvo un reencuentro “más allá de la vida” con David, en plena despedida del Instituto Zurbarán.
Otro amor que superó a la muerte (o eso creemos, porque no nos quedó muy claro) es el de Ulises (Mario Casas) y Ainhoa (Blanca Suárez) en El Barco.
Y, aunque tampoco es que fueran críos (al menos unos de los dos), no podemos olvidarnos de Lucas (Hugo Silva) y Sara (una Michelle Jenner años antes de ser coronada en TVE), los amantes eternos de Los Hombres de Paco. Este no estaba exento de complicaciones: él era el poli rebelde, y ella la hija de su jefe. Al final, su relación ha durado aun incluso pese al final de la serie... Ahí tenemos a los dos intérpretes, juntos pero no revueltos, dedicándose carantoñas y emoticonos en los spots de LINE.
7. Amores imposibles
El de Lucas y Sara no estaba exento de complicaciones, pero tampoco lo podíamos tildar de imposible. Imposible es querer a alguien y no poder demostrarlo por ser ni más ni menos que miembro del clero. Eso le pasó a Rodolfo Sancho, de profesión cura, en La Señora. Su amor por la ídem, Adriana Ugarte en la piel de Victoria Márquez de la Vega, no solo estaba impedido por su condición de sacerdote, sino por el matrimonio de ella con Gonzalo (Roberto Enríquez). Al final, ella murió, pero al menos pudo compartir con él sus últimos suspiros de vida. Algo es algo.
Desenlace similar tuvo el romance entre El Duque, aquel narcotraficante de buen corazón e inmejorable torso, y Catalina (de nuevo, Amaia Salamanca) en Sin tetas no hay paraíso, la adaptación castiza del exitoso serial colombiano, que gozó de dos exitosas temporadas y una tercera más discreta que desembocó en su cancelación. En la segunda tanda, Silvestre decidió abandonar su falso título nobiliario y con ello, la ficción que lo aupó al estrellato, para drama de su amada y sofocos de las admiradoras del ahora “amante pasajero” de Almodóvar. En la tercera y última temporada, Catalina acabaría muriendo también, para completar la tragedia.
8. Telenovelescos
Las sobremesas son un terreno especialmente prolífico para que broten los romances catódicos. Los seriales son fuente inagotable de parejas que, eso sí, no siempre duran como les gustaría a los espectadores. Las emisiones diarias y la necesidad de tramas refrescantes y novedosas puede ser más peligrosa que una tercera persona entrometiéndose en una relación.
Con todo, se pueden encontrar excepciones lustrosas. A saber: Manolita y Marcelino, cuyo matrimonio perserverá en el turbulento y vastísimo universo de Amar en tiempos revueltos. Pasan los años, cambian las épocas, las modas y hasta las cadenas, pero haciendo honor al título actual con el que se emite en Antena 3, estos dos campechanos regentes del Asturiano parecen “amarse para siempre”. Así ha sido desde la primera temporada en La 1, hasta la primera en Antena 3. Y lo que queda...
Amar es para siempre conforma una doble sesión de serial de época con El secreto de Puente Viejo. Aquí también se ha forjado un romance, más corto en el tiempo y con final funesto: Tristán (Álex Gadea) y Pepa (Megan Montaner) eran la gran pareja de este pueblo de ficción, pero tras superar mil y un obstáculos, ella fallecía, después de dar a luz a la hija de ambos, Aurora, en pleno bosque. Montaner emprendió entonces un nuevo camino, aún en el territorio de Antena 3, pero en dirección a Gran Hotel.
No siempre acaban tan mal estas relaciones de tira diaria: miren si no a Bea Pinzón (Ruth Núñez) y Álvaro Aguilar (Alejandro Tous), la pareja protagonista de Yo soy Bea. Tras tres años y tropecientos capítulos, acabaron contrayendo matrimonio en las sobremesas de Telecinco. Los dos se fueron de luna de miel... Y ya no volvieron, dejando a sus compañeros de reparto y a una nueva Bea (Patricia Montero) la labor de mantener los altos registros de audiencia que cosechaba el culebrón hasta la fecha. No en vano, la entrega de su boda reunió a casi 5,2 millones de televidentes (una cuota del 38%).
9. Diagnóstico: enamoramiento. Médicos en series
Antes habíamos visto al Médico de Familia Nacho Martín encontrar el amor en brazos de su cuñada con el beneplácito masivo del público. Los profesionales de la medicina han dado mucho juego a la ficción en serie (tanto nacional como foránea). Por supuesto, entre diagnóstico y diagnóstico, operación y reanimación, hay tiempo también para que los fonendoscopios de unos y otros se líen entre sí.
A lo largo de sus veinte temporadas (que se dice pronto), la plantilla de Hospital Central ha tenido tantos problemas de corazón como intervenciones a corazón abierto. Una de las más destacable, por aquello de involucrar a su principal protagonista y personaje más reconocible, es la que mantuvieron el irascible Vilches (Jordi Rebellón) y la pragmática Cruz Gandara (Alicia Borrachero). Un tira y afloja que acabó en ruptura pero que dio lugar a momentos intensos en las instalaciones del Central.
Y no olvidemos tampoco a la relación entre la pediatra Maca (Patricia Vico) y la enfermera Esther (Fátima Baeza), que sirvió para romper tabúes y normalizar, semana a semana, una relación lésbica en la pequeña pantalla.
Pero el médico que mejor acabó su relación fue el que incorporó Gonzalo de Castro en escenarios asturianos de Lastres. Hablamos de Doctor Mateo, el remake libre de la inglesa Doc Martin, que gozó de un notable seguimiento durante cinco temporadas. Mateo y Adriana vivieron una relación llena, cómo no, de idas y venidas en la que pasaron no pocas cosas: ella, que trabajaba como profesora, acabó convirtiéndose en alcaldesa del pueblo San Martín del Sella; y también surgió por ahí un tercero en discordia (Diego Martín, que ya venía con experiencia... Recuerden Aquí no hay quien viva). No obstante, la resolución de la serie dejó satisfechos a sus seguidores y reunió para siempre a los dos personajes.
10. Amores de risa
En numerosos casos de los que hemos recogido en párrafos anteriores eran romances marcados por el drama, el dolor y hasta la muerte... Pero para aligerar tal sensación, ¿por qué no recordar otros más ligeros y, desde luego, más divertidos?
Muchas risas generan también los “Cuquis”, ese matrimonio mal avenido y aún así, inseparable, formado por Eva Isanta y Pablo Chiapella en La que se avecina: entre insultos, acusaciones, pinchitos, canitas al aire, okupaciones y otros líos (en los que les meten el equipo de guionistas encabezado por Alberto Caballero), no hay manera de que uno se separe del otro.
Otros muy recientes, e igualmente tronchantes, son Tino, el churrero al que aporta la gracia Paco Tous, y Alicia, la “peluqui” que interpreta Natalia Roig, en Con el culo al aire de Antena 3.
Pero, para acabar, no podemos obviar la relación que une a Paz (Melani Olivares) y Luisma en Aída. El hermano ficticio de Carmen Machi logró encandilar definitivamente a la que fuera prostituta en la quinta temporada de la telecomedia... Aunque las cosas acabarían torciéndose, por obra y gracia de los guionistas, y acabaron la octava temporada separados y con nuevos intereses amorosos (Paz, su novio piloto, Edu; Luisma, Ainhoa, la secretaria de su empresa). Ahora bien, ¿qué pasará en la décima temporada?
Y nos dejamos uns cuantos...
También tendrían cabida en este listado otros como los de César Bravo (Álex García) y Almudena en Tierra de Lobos; el de Anna (María Valverde) y Daniel (Aitor Luna) en La Fuga; Joel (Álvaro Cervantes) y Leire (Lucía Guerrero) en Luna, el misterio de Calenda; Ana (Ana Gª Obregón) y Fernando (Antonio Álvarez) en Ana y los Siete; Julio (Yon González) y Alicia (Amaia Salamanca) en Gran Hotel...
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