'Control de carreteras' regresa a Dmax para mostrar las tareas de asistencia por el volcán de La Palma

Después de mostrar todo tipo de situaciones que van de lo anecdótico a lo impactante, Control de Carreteras mostrará en su nueva temporada como las patrullas protagonistas se enfrentan a desastres naturales. De hecho, el programa de DMax regresará este domingo 8 de mayo, a partir de las 21:30 hora, con una entrega desde la isla de La Palma, la cual enseñará el trabajo de asistencia de los agentes a los evacuados tras la entrada en erupción del volcán de Cumbre Viejo.

Casi 800 viviendas arrasadas por los ríos de lava, otra centena en peligro de destrucción, y cerca de 6.000 personas desalojadas durante los 85 días de intensa actividad del volcán requieren de la actuación de las autoridades. Entre otras tareas, las patrullas de tráfico se encargan de escoltar a los evacuados que disponen de muy poco tiempo para buscar sus pertenencias. Para ello, deben adaptarse a las nuevas características de la carretera, donde la gran cantidad de ceniza acumulada llega a superar los dos metros de altura, y extremas las precauciones ante la amenaza para la salud que supone el crecimiento constante de los niveles de azufre en el ambiente.

Además de afrontar situaciones de emergencia tan excepcionales, esta temporada los agentes de Control de carreteras siguen vigilando la seguridad del resto de vías y autovías de distintos puntos de la geografía española como Madrid, Alicante y las Islas Canarias. Distracciones al volante por diversas causas, actitudes irresponsabilidades, conducción temeraria motivada por el abuso de alcohol y otras sustancias, y situaciones límite en las que hay vidas en juego son algunos de los nuevos desafíos a los que se enfrentan los agentes de tráfico en Dmax a partir del domingo 8 de mayo.

La experiencia, clave en los casos más complejos

Entre los casos reales que los espectadores de Dmax conocerán en la primera entrega de la temporada, destaca el protagonizado por el conductor de un camión que circula ebrio y se da a la fuga tras provocar un accidente. Un guardia con muchos años de experiencia a sus espaldas encabeza un operativo de seguimiento que dura dos horas, el más largo e intensa de su carrera, para tratar de persuadir al camionero, quien desoye las indicaciones de hasta tres destacamentos que van tras él para evitar que haga daño a otros y a sí mismo.

En otra actuación memorable que los espectadores verán en próximos episodios, los agentes de tráfico persiguen con su vehículo a un conductor que circula a toda velocidad. La patrulla sigue las indicaciones telefónicas de la madre de la persona al volante, que les informa de que su hijo ha ingerido una gran cantidad de ansiolíticos y supone un peligro para él y para otros conductores. La patrulla motorizada trabaja a contrarreloj para intentar localizar el vehículo del chico y evitar una posible desgracia.

Otro de los ejemplos que demuestran cómo la experiencia y profesionalidad de los agentes del programa resultan clave en los casos más complicados es el que muestra un desafortunado accidente que pudo acabar mucho peor. El coche de una mujer se encuentra detenido en la vía por una avería cuando otro coche cuyo conductor iba hablando por teléfono lo embiste con fuerza. Un testigo acababa de ayudar a la mujer, que es sorda, a salir de su coche averiado unos segundos antes de la colisión, salvándole la vida. A través del testigo y de la destreza de uno de los guardias que acude al lugar, la mujer logra informar a su aseguradora de lo ocurrido.

Todo tipo de irresponsabilidades al volante

Una temporada más, Control de carreteras da muestra de las diferentes infracciones cometidas en carretera en España y que abarcan desde pequeños despistes a graves irresponsabilidades al volante. Así, el público asistirá a situaciones protagonizadas por conductores irresponsables que son sancionados por usar auriculares mientras conducen o por maquillarse en medio de un atasco sin prestar atención a la carretera. Pero también historias en las que estas personas ponen en riesgo su vida y las de otros por conducir de forma temeraria por una autopista cuadriplicando la tasa de alcohol en sangre permitida o por circular por una vía sin permiso de conducir.