Entrevista Vertele

Cristina Pardo descubre los consejos que le dieron Évole y Ferreras para 'Malas compañías'

Cristina Pardo descubre los consejos que le dieron Évole y Ferreras para 'Malas compañías'

Redacción

Esta noche, 9 de abril, aterrizan las 'Malas compañías' de Cristina Pardo en laSexta. La periodista se estrena con su primer formato en solitario, al margen de sus ocasionales sustituciones a Antonio García Ferreras en 'Al rojo vivo'.

Por el momento llega a la pequeña pantalla como un especial de dos entregas con la posibilidad de ampliar su continuidad, como ya ocurriera con 'Salvados', si recibe el favor de la audiencia.

Dichos especiales son un retrato de las tramas de corrupción que han aparecido en la Comunidad Valenciana durante los últimos años desde un punto de vista inédito hasta ahora en televisión. Serán los personajes anónimos que han protagonizado las distintas tramas, más allá de las cabezas visibles que han aparecido en los medios, los que desvelarán cómo funciona la corrupción por dentro.

Hace cosa de un mes, Jordi Évole pedía “tu independencia de Ferreras” y ahora vas a presentar 'Malas compañías'. ¿Cómo ha sido el proceso? ¿Había ya algo sobre este programa cuando tus dos jefes bromearon con ello?

El proceso fue muy sencillo. Jordi llevaba un tiempo diciéndome que teníamos que trabajar juntos, cosa que yo veía como un deseo porque también quería trabajar con él, pero no pensaba que se fuera a traducir en nada.

Y [Évole] vino un día y me dijo que tenía una idea, que a ver qué me parecía y que se la iba a plantear a la cadena.

¿Estabas interesada en liderar un formato propio, o era algo que no te había preocupado hasta la fecha?

A mí, liderar un formato propio es algo que no me había preocupado nunca porque lo único que quiero es pasármelo bien y divertirme, y creo más en las cosas corales que no en que el éxito esté asegurado por tener un programa propio.

Es verdad que para mí era un reto porque al estar siempre pegada a la actualidad y siempre ir atropellados y dejar un asunto para coger otros sin haber terminado el anterior, no te deja hacer muchas cosas que este programa sí me ha permitido; que es estar mucho más tranquila, intentar crear el clima para que la gente se suelte y hable... para mí ha sido una forma de trabajar completamente diferente de la que venía haciendo hasta ahora.

Hasta ahora, habías ejercido como la “Karanka” de Ferreras, o bregándote en los pasillos del Congreso. ¿Cómo ha sido el salto a este formato, más reposado?

Para mí era una sensación nueva, ya que es verdad que hay mucha gente que me asocia directamente con un tipo de registro, con un programa en concreto o con un determinado partido.

Sin embargo, este ha sido un reto muy bonito y en ningún momento me planteé nada; simplemente trataba de hacerlo lo mejor posible. Y aunque es verdad que a mí me gusta tratar los asuntos de manera separada, en este caso no siempre era posible porque, claro, te están contando cómo roban.

Te conocemos por tu estilo desenfadado y socarrón. Por la temática y a tenor de los avances, parece que no hay tanto espacio para el humor. ¿Es así?

En este programa, la que menos tiene que decir soy yo. Habría que hablar mucho más con las personas que estaba porque tenían muchísimo que contar. Y es verdad, me siento mucho más identificada con el enfoque de los temas de manera desenfadada, pero soy consciente que eso no siempre es posible.

El último avance del programa ha dado una sensación de continuidad con lo que es 'Salvados', por temática y por estética incluso. ¿Es así? ¿En qué se diferenciará 'Malas compañías' de aquel?

Hay algunas diferencias, lo que pasa que el proyecto lo dirige, produce e idea 'Salvados', así que por supuesto que tiene que 'oler' a él. A Jordi Évole le apetecía también un poco eso; porque se trata de que lleven un sello que cuando el espectador lo vea lo identifique o lo asocie a la productora de Évole. Cosa que está muy bien.

Acostumbrada a las evasivas de los políticos, ahora estos protagonistas tiran de la manta y muestran otra cara de la corrupción de la que tan a menudo se informa en televisión. ¿Cómo afrontas estas entrevistas con gente de a pie?

Para mí ha sido muy emocionante porque llevo tantos años persiguiendo a políticos que siempre están con el 'no me consta', 'yo no sabía nada' o 'yo a esta persona no la conozco', o con eufemismos, que para mí sentarme con alguien que tiene ganas de hablar, de 'tirar de la manta', de contarlo todo con todo lujo de detalles, y que aunque algunas veces les veía incómodos con el lenguaje -porque a lo mejor yo les hablaba directamente de 'saqueo' y ellos se retorcían un poco en la silla-, para mí tenía un componente de novedad muy estimulante.

¿Te dio Évole algún consejo o alguna indicación como productor?

Los consejos que me dio fue que lo pasara bien y que intentara hacer las cosas a mi manera, pero es verdad que de Jordi he aprendido muchas cosas. Para empezar, a ser más meticuloso y más calmado en el trabajo y, en segundo lugar, algo que a mí me ha parecido muy importante y que no había tenido tiempo de aplicar, es el silencio; las personas toleran muy mal el silencio en general, por lo que incita a seguir hablando para llenar el vacío. Cosa que he tenido que aprender e interiorizarlo estando aquí.

¿Y Ferreras? ¿Cómo ha sido esta independencia?

Ferreras me dijo lo mismo que cuando empecé a sustituirle en 'Al rojo vivo', y es que me lo pasara bien y que intentara sacar todo el partido posible a esta experiencia y que la disfrutara mucho.

¿Te ha costado volver a la rutina de 'Al rojo vivo' tras 'Malas compañías'?

No me ha costado tanto porque en el fondo nunca me he terminado de ir del todo, y porque además estoy acostumbrada a esto; es decir, a mí en el día a día no me aburre. Desde luego trabajando con Ferreras es muy complicado aburrirse.

Mi trabajo me parece muy divertido y para mí es un modo de vivir.

Para terminar, en principio se ha anunciado que 'Malas compañías' tendrá solo dos especiales. ¿Podemos esperar más entregas en el futuro, relevándose con 'Salvados'? Teniendo en cuenta que estas dos primeras se centran en la corrupción en Valencia, ¿qué otras historias anónimas de corrupción te interesaría abordar?

La verdad es que es algo que no me he planteado porque estos dos programas nos han llevado mucho trabajo. Ahora estoy centrada en esto y espero que salga bien y que a la gente le guste. Y si en un futuro la cadena quiere seguir apostando por 'Malas compañías', yo estaré encantada.

Por otra parte, creo que hay bastante materia prima en este país para hacer bastantes 'Malas compañías'. Y en ese aspecto no me he cansado; me parecería bien poder sentarme delante de gente que quiera hablar y 'tirar de la manta'.

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