A través de una columna de opinión

David Suárez, ante la petición de cárcel por su chiste: “Si crees en la libertad de expresión, defiéndela a toda costa”

Redacción

David Suárez ha decidido defenderse públicamente después de que la Fiscalía de Madrid haya pedido pena de cárcel contra él por un controvertido chiste sobre las personas con síndrome de Down. A través de una columna en Infolibre, el cómico reflexiona lo siguiente: “Lo interesante ya no son los límites de la libertad de expresión, sino los límites de la gente que defiende la libertad de expresión”.

Son sus primeras palabras después de conocerse la solicitud del Ministerio Público, que nace de un tuit suyo publicado en Twitter en abril de 2019: “El otro día me hicieron la mejor mamada de mi vida. El secreto fue que la chica usó muchas babas. Alguna ventaja tenía que tener el síndrome de Down”, escribió. Tras las críticas, el espacio radiofónico Yu: no te pierdes nada, que por aquel entonces se emitía en Los 40, anunció su despido inmediato. Poco después, comenzaron diligencias legales; aunque inicialmente el Juzgado de Instrucción 30 de Madrid sobreseyó la causa, al no ver indicios de delito, la asociación denunciante Plena Inclusión Madrid recurrió ante la Audiencia Provincial y la Fiscalía se adhirió a este recurso. Ahora, la Fiscalía solicita la apertura de un juicio oral, con la ya citada solicitud de pena.

“Si crees en la libertad de expresión, defiéndela a toda costa”

En una columna titulada No hay nada más peligroso que creer que un chiste puede ser peligroso, el humorista, responsable de formatos como Famosos y una vieja, considera que “lo grave no es simplemente que alguien publique un tuit humorístico en el que describe cómo una persona con síndrome de Down le realiza una felación”: “Lo verdaderamente llamativo es la reacción de toda esa gente respetuosa y tolerante que se lleva las manos a la cabeza ante la realidad de que una persona con esta condición pueda disfrutar de una vida sexual activa. Eso sí que es intolerante y vejatorio. Y cínico. Y de mal gusto”, afirma en su texto, donde defiende que “las personas con síndrome de Down, por mucho que les moleste a algunos, follan, aman, sienten, lloran, piensan, disfrutan, sufren, odian e incluso se ríen (a veces) con chistes como los míos”.

“Aunque alguna vez hayan podido ser los protagonistas de uno de mis tuits, jamás serán el objetivo a perseguir en los mismos”, prosigue Suárez, que recalca que su objetivo en el humor no son las minorías, sino “aquellas personas que usan a las minorías para su beneficio personal”.

“Si la asociación que me denuncia tiene como objetivo erradicar las conductas vejatorias hacia las personas de este colectivo, es ingenuo pensar que eso se conseguirá borrando un tuit de ficción o pidiendo cárcel por un chiste. Esto no va a extirpar de raíz la discriminación real que, por desgracia, sufren estas personas”, y va más allá al señalar posibles motivos ulteriores de la asociación que inició el proceso judicial contra él: tanta dedicación, tantos burofax, tantas cartas a medios, tanto follón y tanto esfuerzo, me hacen pensar que, quizás, detrás de dicha asociación pueda haber otros motivos: el dinero“.

“Es muy fácil que se te llene la boca hablando del derecho individual a expresarse libremente”, continúa, “pero luego es muy difícil ser consecuente”. “Lo siento mucho, pero si crees en la libertad de expresión, defiéndela a toda costa aun cuando no te guste lo que escuches”.

“La comedia no desahucia, no abusa, no destruye derechos”

“Seguimos arrastrando una moral católica que nos dice que hay pecado en el gozo, que al regocijo le debe seguir la culpa. Pero lograr sacar disfrute de la tragedia no solo está bien, sino que es un método de supervivencia que yo personalmente admiro”, continúa el responsable de la webserie Vicent Finch, que considera “mucho más fácil perseguir los chistes y las palabras que los chistes en sí”, porque “si el problema es de las palabras y no de las personas y sus actos, al final el problema no es de nadie. Y eso exime al ofendido de toda responsabilidad, que en el fondo es lo que quiere”.

“La comedia no desahucia, no abusa, no coarta libertades, ni destruye derechos. La mala política, la demagogia y la manipulación, sí”, aborda su conclusión el cómico, que asegura no tener “ningún reparo” en pedir perdón a quienes se vean afectados por su trabajo. “Lo que no voy a hacer jamás es pedir perdón por un chiste. Porque sería estúpido. Porque sería de cobardes. Y porque sería lo que ellos quieren”.