¿Existe la fórmula mágica para el piloto perfecto? Las claves del (decisivo) primer capítulo de las series
Las series suelen tener una única oportunidad frente a sus espectadores y esa se concentra en su primer capítulo: el “piloto” como lo llaman en Estados Unidos, aunque en nuestro país tenga una concepción algo diferente.
En el país americano, ese episodio 0 muchas veces es el que dictaminará si el resto de la ficción se produce o no. Por el contrario, en España- con el fin de abaratar costes- la producción de este primero se realiza de forma conjunta con los siguientes, por lo que el resultado no regirá el futuro de la serie.
Sin embargo, lo que tienen en común en todos los territorios es que son la carta de presentación de una ficción. Con ellos el público decidirá si se queda o no a ver el resto de la historia. Por lo que cadenas y showrunners se juegan mucho (y a veces todo) en él.
Desde Vertele hemos querido indagar en la mente de los principales creadores de series españolas: Daniel Écija (Estoy vivo, Águila Roja), Ramón Campos (Las chicas del cable, Fariña), Javier Olivares (El Ministerio del Tiempo, Isabel), Alberto Caballero (La que se avecina, Aquí no hay quien viva), Inés París (El Accidente, El Comisario), Josep Cister (Mar de plástico, El tiempo entre costuras), Iván Escobar (Vis a vis, El Barco), Héctor Lozano (Merlí); así como en la de los principales directores de ficción de las cadenas: Fernando López Puig (TVE), Arantxa Écija (Mediaset), Sonia Martínez (Atresmedia), Domingo Corral (Movistar+) para que nos expliquen cuáles son los aspectos imprescindibles de un primer capítulo, el que más les ha costado sacar adelante y cuál tienen en el recuerdo como el perfecto.
Los ingredientes imprescindibles de un primer capítulo
Lo primero que nos preguntamos, al pensar en una serie desde fuera del proceso creativo, es cuáles son los ingredientes imprescindibles que tanto los creadores como las cadenas tienen claro que no pueden faltar en sus capítulos uno:
Olivares asegura que este primer episodio “debe abrir un universo en el que el espectador se quiera quedar, por lo que la complicación puede estar en el exceso de información que suele masacrar una buena narración”. Y para ello, según Cister, es necesario “un buen guión, una buena historia y un buen equipo artístico, técnico y dinero, que es lo mismo que tiempo y viceversa”.
Una vez conseguido esto, en lo que coinciden es que es imprescindible encontrar “el tono”. Algo que Escobar describe de la siguiente manera: “Alguien dice que tiene una idea cojonuda, una idea que va a poner patas arriba la industria televisiva, una idea que se reduce a algo como 'una mujer investiga asesinatos…' Y, efectivamente, puede ser la idea del millón, pero todo depende de ese tono. ¿Está hablando de Fallen? ¿Los misterios de Laura? ¿Se ha escrito un crimen? ¿The Killing? ¿Happy Valley? El tono es lo que aporta personalidad y mirada exclusiva a un proyecto”.
Écija lo define como “el ADN de cada creador. En mi caso, doy mucha importancia al encuentro de una identidad única y reconocible que nos distinga del resto. Un universo propio con conflictos que pivotan en torno a temas que me conmueven especialmente, que para mí son el motor narrativo de la ficción pero también de nuestras propias vidas”.
También están de acuerdo en que otro de los elementos esenciales son los personajes. Que según el mismo Écija deben ser “siempre carismáticos y muy reconocibles, es clave”. Caballero también le pide “encanto” a esa presentación de personajes y conflictos.
Y a partir de ahí enfocarse en las reglas del juego o el “pacto de lectura”, según Campos, para enganchar al espectador. Algo que según Olivares se consigue a través de “dosis de emoción e impacto” con un equilibrio de elementos “novedosos y reconocibles”. En la misma línea, Écija apuesta por “asumir riesgos, con una vocación de modernidad”
Para la traca final del piloto, París añade que “debe ofrecer un giro que abra alguna pregunta fundamental cuya respuesta debería despertar la máxima curiosidad y urgencia en los espectadores: '¿pero esto cómo sigue?, y '¡quiero más!' es lo que buscamos que se queden pensando”.
Desde el universo de las cadenas, lo que busca Sonia Martínez cuando le presentan un primer capítulo es que tenga “una idea diferencial con personajes que aporten algo diferente a lo que ya se ha abordado”. López Puig, sin embargo, pide más equilibrio entre lo novedoso y lo reconocible: “Por una parte debe ser distinto, proponiendo de forma original lo que será la serie y por otra debe enseñar de forma clara el género y formato que pretende el espectador compre”. En Mediaset buscan atracción y claridad: “Debe ser muy atractivo desde la narración, con personajes y universos muy bien definidos”. Mientras que en la plataforma de pago, Corral se enamora de los “universos en los que deseas quedarte, personajes a los que quieres seguir hasta el final y tramas que no quieres soltar”.
¿Qué pilotos han sido los más complejos de sacar adelante?
Todo ese complejo engranaje hace que en ocasiones se reescriban varias veces, incluso sigan adelante con el resto de la ficción para después volver a rediseñar ese piloto. También ocurre que al presentar el resultado a la cadena, a esta no le convenza y tengan que volver a pensar otras formas de narrarlo y grabarlo de nuevo.
Eso ocurrió con el primer capítulo de El Barco, al que Escobar define como “un parto de trillizos sin epidural y con dos vueltas de cordón alrededor del cuello”. El creador señala varias razones que dificultaron su realización “Se trataba de un fantástico en una época donde no se hacían fantásticos; era una serie cara, muy cara; el tono oscilaba, según la semana, entre un libro de Los Cinco y una novela de Stephen King. El piloto se cayó varias veces y media docena de guionistas acabamos en el diván del psiquiatra. Pero aún así, fue un bonito viaje”, recuerda.
Écija confiesa “trabajarlos muchísimo, reescribiendo lo que haga falta como una constante en mi carrera”, y en concreto relata que el primero de su mítica Águila Roja fue regrabado casi en su totalidad: “El objetivo era presentar a los personajes en su mejor versión. El trabajo fue especialmente intenso con el personaje de Javier Gutiérrez (Sátur) pues después de ver las primeras secuencias decidí convertirlo en uno de los principales protagonistas. Económicamente fue una decisión muy arriesgada, porque disparamos el coste del capítulo muy por encima de lo que nos pagaba la cadena, pero sus 9 temporadas y 116 capítulos demuestran que no nos equivocamos al dar ese giro al piloto”.
En la misma línea de perfilar a personajes, Cister se remonta a los “6 o 7 meses que estuvimos dándole vueltas al primer capítulo de La otra mirada Teníamos clara la estructura de la historia pero era difícil encontrar la medida de los diálogos, que Teresa no cayese mal, que no fuera pedante, que las profesoras tuvieran su sitio y las alumnas mostraran formas de ser distintas”.
En cuanto a diferentes visiones con la cadena, Campos narra el remontaje que hicieron a Bajo Sospecha: “Habíamos dado un tono demasiado frío, porque estábamos en aquella época de éxitos nórdicos como Bron/Broen y Forbrydelsen, pero a Antena 3 no le convenció. Así que regrabamos escenas, le dimos mucho más ritmo y algún toque desenfadado a personajes y ¡premio!”.
Desde el mismo Atresmedia, Martínez recuerda “el piloto de Vis a vis Después, la recompensa fue mucho más grande que lo que podíamos imaginar así que fue un acierto haberle dedicado todo ese tiempo”.
Écija asegura que aunque el de “7 vidas porque contaba con público en directo, me dio muchas satisfacciones y tengo muy buen recuerdo”.
Mientras que Corral asegura que cada una de sus series - que llevan estrenando desde septiembre de 2017- “ha tenido sus propias dificultades en sus respectivos pilotos. Lo importante para nosotros siempre es encontrar soluciones particulares a cada propuesta concreta”.
Los pilotos perfectos que siempre acompañan a los creadores
Si de algo se nutren los creadores y jefes de ficción es de otras series nacionales e internacionales. Apuestas que siempre les inspiran para sus próximas historias y formas de narrar que almacenan para más tarde darle su toque particular. Sobre ellas también les preguntamos para conocer cuántos pilotos atesoraban en su memoria como capítulos perfectos que consiguieron sorprenderles a ellos mismos:
Si hablamos de las clásicas, de las que llevan años rondando sus cabezas como lecciones maestras Caballero y Olivares coinciden en señalar al de A dos metros bajo tierra como uno de los “mejores” que han visto en su vidaA dos metros bajo tierra. “Es una historia que lanza el resto de la serie y, al mismo tiempo, es una obra completa en sí misma”, asegura el creador de El Ministerio del Tiempo que también halaga al de The Good Wife, OZ (HBO) y Occupation (BBC).
Campos señala “de los mejores recuerdo el de Expediente X, el deExpediente X, Dexter House”. HouseMientras que Lozano se decanta por el de Urgencias: “Tiene una gran presentación de personajes, y el ritmo es trepidante, con escenas emotivas y de acción alternadas que mezclan humor y drama. La estructura es circular y le da un sello muy interesante”.
Casi en la misma línea, Escobar señala Anatomía de Grey como “la partitura perfectaAnatomía de Grey porque es una historia que se va desplegando ante los ojos del espectador de manera cadenciosa y fluida. Aparece la tensión sexual no resuelta, los personajes definidos en acción, el recorrido por el plató, el miedo, la vida, la profesión, el entusiasmo, el fracaso. Los grandes temas que nos asolan desde que nacemos”.
Mientras que Corral aún retiene “el primer episodio de 24 porque lo puse a las 12 de la noche para ver de qué iba la serie y me fui a la cama a las 5 de la mañana. Al final se trata de eso, de que el piloto te atrape y no quieras dejar de ver la serie”. Y la directiva de Mediaset lo tiene claro: “El de Frasier. La trama de ese episodio, titulado 'El buen hijo', definía el carácter del protagonista y su manera de ser padre, hijo y hermano, aspectos que constituyeron el universo en el que se movieron todas las temporadas de la serie”.
En cuanto a los más actuales, París se rinde ante el de The Handmaid's tale “por lo sorprendente que resultaba en su planteamiento y estética y porque el personaje protagonista me enganchó absolutamente”. Caballero y Cister coinciden en señalar a Big little lies por lo “arriesgado y diferente de la trama”así como el de Dark “por su estructura temporal bien narrada, nivel de producción altísimo, actores espectaculares, un misterio bien planteado y un guion redondo”.
En el ámbito nacional, Cister y Sonia Martínez elogian el primer capítulo de Fariña: “Es un piloto perfecto porque te situaba en la historia, algo que no era fácil aunque ahora todos conozcamos lo acontecido con los narcos gallegos, y además tenía todos los elementos para atrapar al espectador”, dice la directiva.
López Puig y Olivares destacan a su Ministerio del tiempo porque “su propuesta no dejó indiferente a nadie: propuso un universo sorprendente y marcó la base de lo que sería el formato de tres temporadas brillantes”, dice el directivo mientras que el cocreador recuerdo que fueron “muchos los que lo vieron para mofarse de una serie de viajes por el tiempo en TVE y se encontraron con algo diferente, personajes espectaculares y mucha emoción. Y empezó un boca a boca imparable en las redes sociales”.
Daniel Écija dice que “no considero perfecto ninguno de mis pilotos pero estoy muy satisfecho de los de Águila Roja, El Accidente y Estoy Vivo, además de tener muy buenos recuerdos de Un Paso Adelante”.
Unos capítulos pilotos para los que parece que no existe una receta universal pero sí unos recuerdos y sensaciones que quieren seguir despertando en sus espectadores, y nosotros que nos los sigan arrancando.