Sandra Barneda se estrenó como presentadora de Secret Story, tras haber estado conduciendo la última edición de La isla de las tentaciones y unas entregas de Viva la vida, para sustituir a Emma García.
El reality ya la había anunciado como una de las conductoras de sus galas, junto a Toñi Moreno y Carlos Sobera, pero sus diferentes encargos no le habían permitido ponerse al frente hasta hoy. En un programa distinto a lo previsto - como ya hemos analizado desde Vertele- encargándose del Última hora y compartiendo el protagonismo con Lidia Torrent. La primera desde plató y la segunda desde la casa.
“¡Qué ilusión! Estaba en casa con las uñas así” aseguraba Barneda en sus primeras palabras dirigidas a los seguidores del formato. “Se cumple un mes de convivencia y mañana llegará el terremoto Nagore Robles para remover todo”, advirtió sobre la entrada de la colaboradora para pasar unos días junto a los concursantes.
Así, Barneda y Lidia fueron conversando sobre los últimos acontecimientos en la casa, como la discusión entre Nissy y Cora y el distanciamiento de Alatzne y Álvaro con el grupo minoritario. Además, reabrieron el pulsador y las mellizas corrieron a darle uso.
Pero lo más llamativo de la entrega fue la elección del mueble de la casa. Todos los concursantes se sentaron en el sofá frente a una pizarra con la foto de cada uno de ellos. Uno a uno fueron levantándose para votar a quien creían que era el compañero que menos se había mojado este primer mes, el que menos aportaba y calentaba el sofá. Los más votados fueron Alberto, Rafa y Virginia, pero el primero se llevó el título.
También repasaron los porcentajes ciegos de los tres nominados - Carmen, Álvaro y Alberto- que reunían el 57,2% de los votos, el 22,9% y el 19,9% pero sin saber cuál correspondía a quién.