'Lo de Évole' regresó con una llamada de Juan y Medio al rey emérito con final inesperado: “Pasad a por el finiquito”
laSexta estrenó la sexta temporada de Lo de Évole con una entrevista a Juan y Medio. Jordi Évole y su equipo viajaron hasta Sevilla para hablar con el mítico presentador de televisión que demostró ser un animal televisivo con “frases para enmarcar”, una brillante agilidad mental y una experiencia vital que dejaba al espectador atrapado en su discurso.
El entrevistado recordó su variopinta carrera profesional que pasa por haber sido actor, guarda de seguridad de Hombres G, mánager, hostelero y un sinfín de profesiones más a las que se lanzó por “ignorancia”. Porque como él mismo aseguró: “La ignorancia mueve el mundo y la sabiduría corrige la trayectoria”.
Para arrancar la charla, Évole le preguntó por el magazín que presenta en la televisión autonómica andaluza desde hace 15 años, La tarde, aquí y ahora, una cita ineludible para centenares de personas mayores que acuden a buscar pareja o simplemente compañía. Sobre él, aseguró que si contaran lo que descubren tras las cámaras “cambiaría el país”:
“Hay un mundo oculto de abusos, de falta de consideración... en los propios matrimonios, en las familias políticas”, aseguró. Y puso como ejemplo que se habían topado con que iban a buscar a una invitada “y sus hijos diciendo que si sube al coche no volverá a ver a sus nietos. Les da miedo que se vaya con un desconocido, que se aprovechen del dinero, no se fían de ellos, pero sí para cuidar a los nietos el fin de semana”, lamentó.
Tras ello, hablaron sobre la vejez, la soledad, el comportamiento de la sociedad con nuestros mayores, la masculinidad, el sentido del humor y... Juan y Medio explicó que su programa lo veía hasta el rey emérito. “Llamaron de su entorno interesándose por una persona que salía en el programa. Creí que me estaban vacilando, que era imposible”.
Évole se quedaba anonadado al escucharle: “Esto es buenísimo”. Al querer saber más, el invitado le explicó que sintió que Juan Carlos I se “sentía la soledad en un país ajeno rodeado de gente que está con él por lo que cobra. Es cariñoso, divertido, tiene don de gentes, se interesa por todo, parece tu primo hermano...”.
Confesó que no le llamaba más por vergüenza, pero que tenía su teléfono, al que podía llamar a cualquier hora y que si no se lo cogen, después su equipo te devuelve la llamada. Por lo que Jordi pidió que le llamara y Juan y Medio lo hizo. No lo cogió, pero dejó el teléfono en la mesa, por si devolvían la llamada.
Minutos después, sonaba el teléfono y Évole se quedaba helado. Juan y Medio pedía silencio y hablaba con su interlocutor al otro lado del teléfono, hasta que se lo pasaba a Jordi que lo que oía era la sintonía de Inocente, inocente y le entregaban el ramo de rosas.
“Muchas gracias querido equipo, por esta putada que me habéis hecho. Ya podéis pasar por el finiquito”, decía entre risas. Y Juan y Medio aclaraba que todo había sido “mentira desde el principio”.
