Una exdirectiva cuenta las reuniones en RTVE por Chikilicuatre a Eurovisión: “Si dejáis que el pueblo hable, hay que asumir”

En medio del huracán eurovisivo debido a la antepenúltima posición de Melody en Eurovisión 2025, y la nueva participación de Israel; laSexta aprovechó la noche de este domingo para volver a poner sobre la mesa uno de los episodios más insólitos que ha vivido España en el festival: la representación de Rodolfo Chikilicuatre en 2008, en la ciudad de Belgrado. En una nueva entrega de Anatomía de..., el programa de reportajes conducido por Mamen Mendizábal, se ha reconstruido la llegada del personaje cómico al escenario del certamen.

Lo que comenzó como una sátira televisiva ideada por el equipo de Buenafuente terminó convirtiéndose en la candidatura oficial de España en el certamen musical más seguido de Europa. Una broma que, con su intención paródica, acabó llegando demasiado lejos. El programa de laSexta desgranó cómo, bajo el paraguas del nuevo sistema de selección impulsado por RTVE, que abría las puertas a propuestas votadas en MySpace, un fenómeno viral impulsado por la productora El Terrat burló todos los filtros. Rodolfo Chikilicuatre, interpretado por el cómico David Fernández, se impuso con Baila el Chiki-chiki, una mezcla de reguetón paródico y referencias políticas veladas. “Estaba convencido de que era una broma, y que no iba a ir más allá”, recordó el intérprete en su entrevista

Pero nada más lejos de la realidad. Logró colarse en la final televisada en RTVE ante la masiva cantidad de votos que recibió su propuesta. De hecho, hizo que MySpace se cayera. “Desde Internacional nos llamaron diciendo que habíamos tumbado todos los servidores (...). Era la peor propuesta de toda la historia y la íbamos a presentar a Eurovisión”, confesó el director de contenidos de MySpace, Borja Prieto.

Las reuniones internas de RTVE ante su candidatura

 Eva Cebrián, directora de programas de RTVE en 2008, aseguró que tuvieron “muchísimas reuniones”, tanto internas como con El Terrat, para decidir qué se hacía con Chikilicuatre. “Con esos niveles de votación era obvio que Rodolfo entraría, así que recuerdo que organizamos una reunión para exponer lo que pasaba y fuimos directamente a decir: 'Si dejáis que el pueblo hable, luego hay que asumir lo que el pueblo dice'”, comentó Olalla Cernuda, responsable de área digital de RTVE en 2008.

Una decisión en la que todos estuvieron de acuerdo y que también se le trasladó a El Terrat. Y la broma siguió, y desde el programa de Buenafuente aseguraron que “iban en serio”. Y tan en serio fueron que acabó imponiéndose a propuestas como La Revolución Sexual de La Casa Azul, consolidada en la escena indie, y a Coral Segovia, cantante valenciana que llevaba años aspirando a representar a España en el certamen. “Claramente, pensaba que desde RTVE, junto con los jueces y el mismísimo José Luis Uribarri, decidirían que no fuéramos a Eurovisión”, dijo el cómico, que se enteró por Uribarri de que todo iba a ser decisión del público: “¡Fíjate! Incluso en ese momento pensé que la gente no votaría a un señor con una guitarra de juguete”.

“Era como el síndrome del impostor. No teníamos ni idea de cómo iban las votaciones. Yo estaba allí porque quería ver de nuevo a Guille Milkyway porque me encantaba La Casa Azul y me parecía lo más. Quería conocer a Lorena y a Bayona, ¡estaba flipando con el artisteo y con la movida!”, recordó por su parte la humorista Silvia Abril, quien formó parte del cuerpo de baile de la canción el Chiki-chiki.

Tras ello, un cúmulo de casualidades terminó con David Fernández, como Rodolfo Chikilicuatre, ganando la votación pertinente de la cadena pública representando a España en Belgrado, con una guitarra de juguete, una peluca de Elvis y pasos como el Michael Jackson, el Robocop y el Crusaíto; y llegando a acabar en la decimosexta posición sobre veinticinco, un puesto mejor que en ediciones anteriores.

Lo que era una broma pasó a ser una pesadilla

En un tono más íntimo y reflexivo, Fernández ha definido aquella etapa como “una pesadilla”, recordando la presión mediática, la polémica generada y el desconcierto que rodeó su candidatura, nacida como una broma en el programa Buenafuente. “Éramos tres elefantes en una cacharrería. Tenía mucha presión”, apuntó.

Además, se le sumaba la dificultad de que en ningún momento debía ser él, sino que se debía mantener todo el tiempo metido en el personaje de Rodolfo. “Me sentí desbordado. Estaba atrapado en un personaje que ya no controlaba, en medio de un evento gigantesco que no comprendía del todo”, señaló, a lo que Silvia Abril destacó que “tenía que salir a cantar cuando no era cantante”.

La actuación en Eurovisión, que terminó con España en el puesto 16, fue solo la punta del iceberg. Según relató en Anatomía de..., lo peor vino después: “Hubo ataques personales, desprecios en los medios y un sentimiento constante de haber decepcionado a mucha gente. Yo solo quería hacer humor, no representar a un país en un certamen de esta magnitud”. Un estrés que le dejó secuelas físicas en aquel momento: “Yo ahora estoy sobre los 70 kilos y en aquella época pesaba 55 kilos. Todas las bailarinas me ayudaron mucho. Cuando estaba reventado siempre aparecían diciendo que tenía que comer. Las bailarinas me salvaron la vida”

Pese a todo, David Fernández no reniega del personaje ni de lo vivido, pero sí admite que pagó un precio alto. “Durante mucho tiempo no quise saber nada del tema. Me costó volver a trabajar con tranquilidad, quitarme la etiqueta de Chikilicuatre”. Ahora, con la distancia del tiempo, lo observa con otra perspectiva, como una tormenta mediática que lo arrastró sin querer, fruto de una época en la que las redes, la televisión y el entretenimiento confluían en nuevas formas de viralidad.