'GH 20' expulsó a una de sus villanas con un porcentaje indiscutible y asustó con otro eliminado fulminante

Almudena, Paula y Patricia, en 'GH 20' de Telecinco

Paula Hergar

28 de noviembre de 2025 02:00 h

GH 20 continúa acelerando su desenlace en Telecinco con más expulsiones de las esperadas. Si el pasado domingo despidió por sorpresa a uno de sus concursantes, este jueves eliminó a una de las dos nominadas, y añadió otro fulminante por tomar una mala decisión.

El primer adiós de la noche fue el de Almudena, que perdió contra Patricia, la que había sido su amiga, y después se convirtió en su peor enemiga en el concurso. Con un 78'8%, la joven tuvo que salir de la casa, tras escuchar aquello de “la audiencia ha decidido que debe abandonar la casa Almudena”.

No quiso ni abrazar a Patricia, ni darle la mano, ni acercarse a ella para despedirse. Y seguidamente llegó a plató llorando: “No caigo bien por mi forma de ser, quizá soy criticona, mi carácter... no se me ha entendido. Me duele porque es muy pronto y me daba miedo salir por cómo estaba la cosa aquí fuera, que mi ex me dejó por entrar al reality”, lamentó.

La lista de nominados y la expulsión fulminante... por unos minutos

Seguidamente, Jorge Javier Vázquez informó de que las nominaciones serían distintas para cada concursante según el orden en el que cogieran el teléfono que iba a sonar. Y el último que respondiera a la llamada estaría expulsado de forma fulminante.

La primera en cogerlo fue Edurne que entregó la inmunidad a Jonay. El segundo fue Raúl que nominó de forma directa a Patricia. Le siguió José Manuel que quedó nominado al instante. Joon pudo dar 6 puntos, y Mamadou nominar en el confesionario, como Rocío. Paula vetó los puntos de Cristian y Aquilino no pudo nominar. Aroa fue la penúltima en correr a por el teléfono y se salvó.

Mientras que Íñigo se había quedado el último por decisión propia y sin saberlo se había sentenciado a él mismo: “Estás expulsado de forma fulminante”, le anunció el presentador.

El desafortunado tuvo que despedirse de sus compañeros que no cabían en su asombro, por la inesperada decisión del programa. Tras el adiós, se fue a la sala de expulsiones.

Allí, el presentador le informó de que estaba en manos de la audiencia que decidiría si finalmente se marchaba o se quedaba. Tras unos minutos, Jorge Javier sentenció: “Íñigo merece ser salvado con el 60% de los votos”, unas palabras que provocaron las lágrimas del joven que había aún estaba en shock.

Con el regreso de Íñigo a la casa, el presentador enumeró a la nueva lista de nominados: José Manuel, Patricia, Belén y Joon.

La curva de la vida de Edurne: “Estoy muy orgullosa de ser quien soy”

Antes de escuchar la curva de la vida de Edurne, el presentador le preguntó si quería compartirla con sus compañeros, con algunos o ninguno y ella lo tuvo claro: con todos. “Yo estoy muy orgullosa de lo que soy, no tengo miedo de lo que piense nadie, y quiero ayudar a mucha gente que pueda estar en la misma situación que yo”, argumentó.

Tras dar su permiso inició la explicación: “Yo nací como hombre, me llamaba Eduardo. Tuve una infancia feliz, con una familia que me apoya, a pesar de que a mi padre le costó asumirlo. Empezaron mis dudas de quién soy, quién quiero ser y preguntaba por qué quería tener vagina. Mi madre me dijo que era transexual y le dije que quería serlo”.

La concursante señaló que “hace 29 años el tema no se conocía tanto” por lo que estuvo años yendo al psicólogo: “Descubro que me encanta bailar, me apunto y vivo mi sueño de ser bailarín porque me seleccionan entre muchos niños para estar en una academia”.

Se emocionó al hablar de su madre: “Soy quien soy gracias a ella, me lleva al Hospital Clinic y me diagnostican la primera transexual menor de Cataluña. Empiezo un proceso de hormonas, psicólogo y psiquiatras. No ha sido un proceso fácil, ni bonito y dura toda la vida”.

Su etapa más difícil fue en el instituto: “Empieza mi pesadilla, me dejaron fuera por ser transexual, me presentaba como Edurne. No me aceptaron. Mi sueño de ser bailarina se esfuma. Me volví muy problemática, me expulsaron varias veces, hasta que llegué a un instituto público en el que lo pasé mal, pero me enseñó a no avergonzarme de lo que soy”.

Finalmente, llegó su transición completa: “Con 18 años me opero, consigo tener chichi, pero fue un año de dolor. Aunque a día de hoy lo disfruto y estoy contenta. Mis tres sueños eran ser mujer, entrar en Gran Hermano y casarme, y solo me falta cumplir el último”.

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