AVISO: SPOILERS

'La otra mirada' terminó con tramas cerradas, una última lección y una pequeña esperanza

Redacción

AVISO: La siguiente noticia contiene SPOILERS sobre el último capítulo de la 2ª temporada de 'La otra mirada'. Lea bajo su responsabilidad.

La otra mirada ha puesto fin a su enseñanza en TVE, al menos de momento. Y lo ha hecho con una nueva lección de sororidad, feminismo y servicio público en un capítulo, el último de la 2ª temporada, que ha clausurado las tramas pero no la academia, dejando así la posibilidad de regresar para otro curso.

El episodio arranca con la escuela en peligro por la traición de Carmen, que logra traspapelar unos documentos que ceden la propiedad a Rafael Peralta para que Manuela los firme sin ser consciente. Esto no solo implica la pérdida del control de la academia, sino su transformación en un hotel.

Ante esto, profesoras y alumnas deciden unirse y luchar juntas por conservar el centro. “Aunque las cosas se pongan difíciles no nos podemos rendir”, sentencia Luisa. El plan: encerrarse entre las paredes de la escuela para ganar tiempo y poder demostrar que el mantenimiento de la academia es necesario para la sociedad.

“Son instituciones como esta las que hacen que avance la sociedad”

Es en este momento en el que llega uno de los dos discursos de mayor calado del episodio, en boca de Doña Manuela. “Los tiempos están cambiando y son instituciones como esta las que hacen que avance la sociedad. Y quien no sepa verlo claramente se va a quedar atrás”, dice ante la prensa que se congrega en las puertas de la academia por el encierro.

“En esta academia estudian las mujeres que en un futuro trabajarán en el periodismo, en las ciencias, en la enseñanza, en la medicina, en las leyes... aunque no creo que a usted le interese mucho que haya mujeres dictando sentencias, ¿verdad?”, añade el personaje de Gloria Muñoz a un representante de Peralta.

Por su parte, Luisa busca movilizar a grupos de trabajadoras del futuro propietario para que les ayuden a hacer fuerza. “Hay muchos hombres poderosos que temen perder sus privilegios y nos niegan nuestros derechos, entre ellos el derecho a una educación”, les dice, al tiempo que les anima a intentar solucionar el problema de raíz. “Solo podemos cambiar las cosas si nos unimos (...) solo cambiaremos las cosas si tenemos acceso a todo tipo de puestos y oportunidades, si algún día podemos llegar a legislar o gobernar. Y el primer paso para eso es la educación. No podemos permitir que la academia desaparezca”.

Un discurso que deja huella

Finalmente, Carmen se une también a la causa y chantajea a Peralta para que frene el desalojo. Pero este no lo pone fácil. Manuela se ve obligada a ceder la dirección de la escuela a los nuevos propietarios a cambio de que no la cierre.

Y ocurre el otro gran momento del episodio, el más aplaudido por los espectadores de La otra mirada. El personaje de Macarena García comunica a todas las alumnas que deberá dejar la academia, no sin antes dejar un mensaje de empoderamiento y progreso que pese a la diferencia temporal no caduca.

“Quería pediros que estéis contentas y orgullosas porque hemos pasado unos días muy difíciles y hemos demostrado lo unidas que estamos. También hemos descubierto que tenemos muchos apoyos ahí fuera. A mí esto me ha hecho darme cuenta de una cosa, y es que esta academia no soy yo, ni es Teresa, ni Luisa, ni Roberta, ni Candela, ni Inés, esta academia es mucho más que esto”, comienza diciendo la exdirectora.

Se ha convertido en un símbolo, en el símbolo del cambio, y por mucho que quieran hacernos retroceder, aunque tengamos que dar un paso atrás, daremos tres hacia delante. Señoritas, esta academia, tarde o temprano, va a desaparecer, igual que nosotras, pero nunca os olvidéis de que juntas hemos abierto un camino que muchas mujeres van a poder continuar gracias a nosotras, y eso sí que es para siempre”, concluye.

En los compases finales del capítulo, Manuela se despide para siempre de su despacho y de la academia con la bendición de su madre, que consigue emocionarla con sus palabras. “Aunque haya estado en desacuerdo con la mayoría de tus decisiones, has hecho lo correcto. Te has sacrificado para salvar esta institución como solo lo haría una directora auténtica. Estoy muy orgullosa de ti”, le dice.

Finalmente, la exdirectora gira la llave de la escuela y se sube en un coche con Teresa y Roberta rumbo a París para pasar el verano.