Marina Rivers confesó en el 'Chester' lo que cambió en sus redes por participar en 'MasterChef Celebrity 9'
La nueva entrega de Viajando con Chester tuvo a Los Morancos como primeros invitados de la noche y a Marina Rivers, en la segunda parte. Su primera invitada nacida después del año 2000.
El programa la presentó como una de las influencers más seguidas de España con más de siete millones de seguidores, sumando todas sus redes, y con tan solo 22 años se alza como una de las representantes de la llamada 'generación de cristal'. Aunque ella prefirió definirse junto a Risto Mejide como “las dos personas más odiadas de internet y de la televisión”.
Sobre esos dos mundos reflexionaron. Ella opinó que existe “un poco de odio del mundo televisivo al digital” y lo argumentó asegurando que “os estamos robando un poquito la publicidad. Hay una tarta y se reparte, creo que no hay publicidad para todos”.
Mientras Risto se mostraba en desacuerdo: “Está habiendo una transferencia de conocimiento y no se puede menospreciar el valor del entretenimiento”, subrayó.
Dos mundos que Rivers conoce bien: el digital al ser influencer y la televisión tras haber participado en un talent tan seguido como fue la novena edición de MasterChef Celebrity. Una experiencia de la que salió beneficiada como ella misma confesó:
“Antes mis seguidores eran muy jóvenes. Con MasterChef ya me sigue un poco todo el mundo. Hace poco fuimos a Nueva York y me pedían fotos las niñas y las madres”, recordó.
Ante tal magnitud de seguidores, Risto señaló que Rivers tenía una responsabilidad, mientras ella aseguraba que no tenía tanta como un medio de comunicación. Entrando en un debate en el que ninguno convenció al otro:
“Yo no soy un medio de comunicación. No soy un medio de comunicación al uso. Yo no estoy regulada, no hay 25 personas planeando un programa, no hay 27 cámaras... Soy yo con mi teléfono. Es un medio de comunicación donde yo puedo decir lo que me dé la gana. Pero no tengo la responsabilidad que tienen los medios de comunicación de que no tienen que desinformar, de que no se pueden decir falacias...” reiteraba la invitada.
Mientras Risto le corregía: “¿Por qué te crees que los medios tradicionales tenemos esas restricciones? Porque hay una responsabilidad. La anomalía ahora mismo está en que no se os exige lo mismo que a un medio de comunicación cuando seguramente tengáis más repercusión que muchos medios de comunicación. Esa es la anomalía. Que no es culpa tuya, te estoy diciendo que hay una anomalía”.
Al no llegar a ningún entendimiento el presentador acabó diciendo: “No estoy aquí para convencerte de nada”. Y ella agradeció que la respetara.