'MasterChef Celebrity 10' expulsó a uno de los más queridos y escogió a una repescada inesperada

Paula Hergar

7 de octubre de 2025 02:26 h

La nueva entrega de MasterChef Celebrity 10 entristeció a los aspirantes con la marcha del séptimo expulsado de la edición: David Amor. Era uno de los más queridos entre los compañeros y hasta Mariló Montero acudió a despedirle con un beso en la boca.

A la vez que el actor gallego dejaba el programa, Soraya Arnelas regresaba como repescada inesperada, ya que había sido la segunda expulsada de la edición, y aun así logró superar al resto.

Todo ello en una noche en la que compitieron en el juego del tragabolas, se sumaron a la jornada de solidaridad, deporte y gastronomía del 30º aniversario de Acción contra el Hambre, y hasta echaron una partida a los bolos que les entregó cada último ingrediente.

Primera prueba con Mariló de rodillas ante Valeria

El jurado invitó a los aspirantes a liberar tensiones con el clásico juego del tragabolas. Por parejas, cogieron el mayor número de globos y cada color representaba una familia de ingredientes. El reto fue elaborar un plato dulce o salado con el botín conseguido.

Los mejores de la prueba fueron Juanjo, Torito y Valeria Ros. Esta última logró que Mariló Montero se arrodillara y le entregara el pin de la inmunidad.

Sin embargo, a los tres les quedaba un último cocinado para lograr el real pin de la inmunidad contra Gabriela, ganadora de MasterChef 12+1. Un reto que no lograron superar, ya que la joven fue la mejor cocinera.

Prueba de exteriores con la repesca de Soraya Arnelas

Aspirantes y equipo se desplazaron hasta las instalaciones deportivas de la Universidad Complutense de Madrid donde también se reencontraron con sus excompañeros expulsados, que acudían para la repesca: Masi, Soraya, Valeria Vegas, Jorge, Charo y Necko.

Los aspirantes reprodujeron dos menús tipo buffet, diseñados por los chefs Iván Morales y Álvaro Castellanos, para 200 comensales. Y para ello se dividieron en dos equipos: uno capitaneado por Parada, que se arropó por Mariló, Juanjo, Rosa, La Mala; y otro liderado por Alejo junto a Miguel, David, Valeria y Torito.

Durante el cocinado, Alejo se desesperó con Torito, tanto que le pidió que les dejara de “boicotear”, se marchó a cocinar lejos de él, y Torito acabó pidiendo irse con los jueces.

Mientras que los exaspirantes prepararon un buffet de tapas. Todos, excepto Charo a la que le dio un golpe de calor y la apartaron de la prueba: “Desgraciadamente, tengo la tensión alta y no puedo dedicarme a esto ahora”, lamentó.

Para sustituir a Charo acudió Daniel Guzmán que probó las elaboraciones y fue valorándolas una a una, ante el asombro de Pepe que le proponía convertirse en jurado. Aunque también desvelaron que hace años que el programa está tras el actor para que participe y él se resiste.

Acabado el servicio, los jueces se mostraron descontentos con la capitanía de Alejo y el resultado de su equipo. Aunque Parada tampoco les convenció, pero sí sus compañeros. Por lo que el equipo ganador fue el rojo, formado por Parada, Mariló, Juanjo, Rosa y La Mala.

En cuanto a los exaspirantes, las dos mejores fueron Soraya y Masi, con dos platos que gustaron mucho a los comensales. Pero el delantal de concursante solo fue para la cantante, que había sido eliminada la segunda semana, por lo que fue una de las repescadas más inesperadas.

Prueba de eliminación con la expulsión de David Amor

Antes de enfrentarse a la expulsión, Alejo, Miguel, David, Valeria y Torito echaron una partida a los bolos. Cada bolo estaba asociado a un ingrediente y solo pudieron usar los alimentos conseguidos en la partida para conquistar al jurado con sus creaciones.

Alejo hizo un helado con espuma y caviar que estaba “bueno”, Torito elaboró una lasagna “desordenada y caótica”, Miguel apostó por un solomillo asado “exquisito” y David se quiso resarcir con un ceviche, pero no pudo porque le quedó “soso”.

Los jueces se marcharon a deliberar y al regresar sentenciaron: “El aspirante que no continúa en las cocinas es David”. Noticia que se tomó con deportividad y agradecido por la oportunidad, mientras Torito respiraba tranquilo al haber estado al borde del precipicio.