'MasterChef Celebrity 9' vivió la expulsión de Cristina Cifuentes y un abandono inédito: “Jamás había pasado”

Pocholo, Itziar y Rubén, en 'MasterChef Celebrity 9'

Paula Hergar

La nueva entrega de MasterChef Celebrity 9 acabó con dos aspirantes menos en sus cocinas. La primera en macharse fue Cristina Cifuetnes que entregó un plato de setas sin lavar y con tierra, que provocó su expulsión indiscutible (aunque con el delantal de la inmunidad podrá regresar la próxima semana).

Mientras que Rubén Ochandiano protagonizó un abandono inédito en el programa. Al ser uno de los peores de la prueba de eliminación, prefirió no dejar decidir a los jueces y marcharse fuera cual fuera su sentencia. “Ha decidido abandonar minutos antes de decir el nombre del eliminado. Jamás había pasado algo así”, comentó Pepe Rodríguez.

Todo ello en una noche en la que los concursantes se enfrentaron a la cocina italiana. Viajaron hasta Galicia para cocinar para más de 100 personas. Y trabajarán con la hidroponía para cocinar un plato diminuto, mientras los salvados hacían “terapia” en el balcón, con momentos de confesión como el de Hiba Abouk sobre su carrera de actriz.

Primera prueba con la expulsión (temporal) de Cristina Cifuentes

En la primera prueba, el jurado les propuso que exploraran el origen de la cocina italiana. Tras hacerlo, los aspirantes elaboraron un plato de pasta fresca, usando la técnica de cocción apropiada y la salsa y el relleno que consideraran, siguiendo los consejos del chef italiano Ferdinando Bernardi. 

Una vez terminados los platos, los aspirantes que conquistaron al jurado fueron Francis Lorenzo con una pasta “rica”, Raúl Gómez por su destreza con las “manualidades”, los “canelones dignos” de Inés, la salsa “maravillosa” de Itziar, la pasta “súper rica” de Hiba y la pasta “fina” de Pelayo.

Mientras que las elaboraciones que disgustaron a los jueces fueron las de Topacio por “falta de sabor”, María León por estar “muy mal trabajada”, Marina por un plato “de lo peor”, las setas de Cifuentes por “no lavarlas y comerse tierra”, las de Rubén por “no reducir el vinazo” y Pocholo que hizo trampas al tocar el plato a última hora.

Acabada la cata, los jueces señalaron a Hiba y a Pelayo como los mejores de la prueba y ganadores de una semana más en el talent. Todo lo contrario que María, Rubén, Cifuentes y Marina que se alzaron como los peores del reto. Tan desacertados que los jueces decidieron que uno de ellos debía ser expulsado.

“El aspirante que no continúa en las cocinas es Cristina”, una decisión que sorprendió a todos. En concreto a Inés que corrió a despedirse de ella: “Me alegro de que el programa te diera la oportunidad de despojarte de una imagen que no eres” le dijo su “hija adoptiva. A la vez que Cifuentes se marchaba agradecida y triste frente a todos sus compañeros. Eso sí, consciente de que su salida era temporal porque era poseedora del delantal de la inmunidad, que le daba el derecho de regresar la semana siguiente.

Prueba de exteriores con la emoción de Francis Lorenzo y la salvación entre capitanes

Después, aspirantes y equipo del programa pusieron rumbo a las Islas Cíes, situadas en la Ría de Vigo. Un marco donde los aspirantes tuvieron que demostrar su destreza con la gastronomía gallega.

Como era de esperar, Hiba y Pelayo capitanearon a los dos equipos. La actriz se vistió de azul para cocinar junto a Pocholo, Raúl, Marina, Francis y María León. Y el influencer lució el color rojo para dar órdenes a Pitingo, Itziar, Rubén, Inés y Topacio.

Por primera vez en la historia del talent culinario, el menú estuvo diseñado por cuatro cocineros de la tierra: los chefs Xosé Magalhaes, Luis Veira, Lucía Freitas y Daniel López que unieron sus fuerzas para crear platos que saborearon 100 trabajadores, visitantes del Parque Nacional de las Islas Cíes y personalidades de la zona. 

El primer gran fallo del cocinado lo cometió el equipo rojo al no cocinar la yema de uno de los platos y poder provocar salmonelosis a los comensales. A la vez, los azules tenían las cocinas hechas un “caos” y cocinaban “aguachirri”.

Finalmente, pudieron dar de comer a todos los presentes, aunque sin el nivel de cocinado esperado. Jordi criticó a el “poco ritmo, y la poca gracia” de los azules, que acabó definiendo como “una cadena de despropósitos”. Pepe tampoco se mostró contento con los rojos por la “escasez de la comida, las cáscaras, y la falta de organización”.

Antes de su sentencia, les dieron la oportunidad de salvar a alguien de su equipo: Hiba señaló a Francis “por dejarse la piel”, algo que le emocionó. Mientras Pelayo escogió a Topacio. Pero también permitieron que los capitanes salvaran a uno de ellos: “Yo he venido a cocinar, no a mirar desde el balcón, así que salvo a Hiba”, dijo el influencer. El resto fueron a eliminación.

Prueba de eliminación con la decisión sorpresa de Rubén Ochandiano

Pelayo, Pocholo, Raúl, Marina, María León, Pitingo, Itziar, Rubén e Inés volvieron a las cocinas luciendo el delantal negro para jugarse la continuidad. Antes de arrancar la prueba, les dieron la oportunidad de salvar a alguien y optaron por el influencer.

Con los otros ocho aspirantes de negro, la chef Lydia del Olmo explicó la hidroponía, un método de cultivo sin suelo que utiliza unas soluciones minerales para lograr un importante ahorro de agua, de energía y de espacio para lograr productos de calidad, sin desperdicio y respetando el medio ambiente.

El reto consistió en elaborar un plato de tiny food (comida diminuta), con ayuda de utensilios minis y los ingredientes que quisieran del supermercado y del cultivo hidropónico.

Un concepto que no entendió Marina al entregar un “plato tradicional curioso y rico pero que no correspondía a lo que pedían”. Lo mismo que le ocurrió a Itziar y a Rubén que, además, se pasó con la sal y el aceite. Pocholo entregó un plato “falto de pulir”. Pitingo acertó “estéticamente y en concepto”, como también lo hizo Raúl “al 100%” y María León. Inés se acercó a lo demandado pero no del todo.

Tras la cata, los jueces fueron enumerando a los aspirantes que lo habían hecho mejor y que podían continuar. Hasta que se quedaron Pocholo, Itziar y Rubén como los peores del reto, y entre los que debían escoger para la expulsión. Pero antes de que se marcharan a deliberar, Ochandiano pidió la palabra:

“Yo quiero decir una cosa. Me voy a ir yo porque he dejado de pasármelo bien. Quiero quedarme con lo más rico y prefiero marcharme. Estoy bien y tranquilo. Lo estoy sintiendo así y con todo el respeto y el cariño al programa. Siento que no he acabado de entrar en el programa. Prefiero quedarme con la sensación de cariño y gratitud. Me lo he pasado en grande con vosotros”, confesó. Una decisión que los jueces respetaron.

Etiquetas
stats