Palomo Spain: “Somos exigentes, altivos y buenísimos con los concursantes cuando tenemos que serlo”
¿Qué pensaste cuando te ofrecieron participar en un programa como 'Maestros de la costura'?
Cuando conocí la idea de este programa, y sobre todo que querían que yo fuese uno de los jueces, me pareció una locura. Fue algo que no me esperaba en absoluto y en lo que no me veía para nada. Pero luego entendí el valor de este programa y entendí la relevancia y el sentido que tenía que yo estuviera allí. Soy un diseñador recién iniciado, con una trayectoria muy corta, con un mensaje muy potente y no tan cercano al público ni tan propio del mainstream.
Esto era muy importante, que tomara una voz tan elevada y que se mostrara en televisión. Que mi misión no fuese tan ajena para todo el mundo, sino que fuese una cosa que ahora es la realidad de la actualidad de la moda y del futuro. Eso creo que fue lo que hizo animarme a formar parte de este proyecto.
¿Te hubieras presentado al casting del programa?
Yo creo que ni me habría enterado del casting (ríe). Si lo hubiera sabido quizás sí. No en este momento de mi carrera, pero antes quizás sí si hubiera estado en su situación. Muchos de ellos están en sus pueblos o en sus ciudades con esta pasión y este talento que tienes pero que no sabes cómo explotarlo. No todo el mundo ha tenido los medios, las ganas o el conocimiento del sector como para posicionarse en un punto determinado.
No sé si me habría presentado, pero los que lo han hecho han hecho muy bien y les va a servir muchísimo y han aprendido infinitamente.
Los concursantes han aprendido de ti. ¿Has aprendido tú de ellos?
Desde luego. Creo que todos aprendemos de todos y hemos aprendido entre nosotros. Yo he aprendido de Lorenzo [Caprile], de María [Escoté], de la forma tan profesional de trabajar de Raquel [Sánchez Silva], de un equipo maravilloso con un engranaje perfecto... Y de los chicos he aprendido a tener esas ganas y los estilos totalmente diferentes que vendían cada uno y cómo los plasmaban. Hemos aprendido a superarnos al ver el esfuerzo que ellos hacían y a reflejarlo en nuestra propia vida y carrera.
¿En qué has hecho más hincapié a la hora de enseñarles?
Creo que coincidíamos todos en hacer mucho hincapié en la técnica. Es un programa que valora la costura y, en realidad, esa perfección de la técnica es la que buscamos nosotros en nuestros talleres y en cada prenda que terminamos. Es eso lo que hemos querido tener muy claro y ser muy tajantes con ellos porque es lo que queremos.
Nosotros queremos tener a esos maestros en nuestros talleres. Queremos que tengan ese nivel de exigencia con ellos mismos y que no se permitan esos pequeños detalles que personas que no somos nosotros no le darían importancia o no se darían cuenta de que están ahí, pero para nosotros están ahí porque miramos con lupa. Creo que ahí es donde hemos sido más exigentes, pero también en la creatividad, en la forma de proyectar sus ideas y su personalidad en un trozo de tela.
'Maestros de la costura' es tu primera experiencia televisiva. ¿Cómo te has visto a lo largo de la misma?
Empezamos bastante nerviosos, con miedo y sin saber a lo que nos íbamos a enfrentar, pero creo que desde el principio nos hemos sentido muy cómodos. A partir de la segunda prueba ya notamos que éramos una familia. Nosotros tres nos hemos querido mucho y el equipo nos ha mimado infinitamente. La verdad es que al momento ya éramos parte de ello, ya era nuestro programa y nuestro taller y estábamos comodísimos trabajando en este programa.
¿Qué has aprendido del mundo de la televisión?
He aprendido a ser tajante y efectivo y a ver cómo funciona un equipo perfecto. Cómo el resultado final depende de tanta gente alrededor. Es igual que en nuestro caso, que para hacer un vestido a lo mejor hay 10 personas trabajando y aquí, para hacer un buen programa de televisión, hay 100 personas alrededor. He aprendido la importancia de cada componente.
¿Qué imagen crees que proyectas en 'Maestros de la costura'?
Hemos sido exigentes, altivos y buenísimos con ellos cuando hemos tenido que serlo. Los hemos querido y les hemos dado todo lo que sabemos. Creo que es importante tener esas diferentes caras de nosotros mismos porque es la realidad, es lo que sentimos y lo que exigimos en nuestro trabajo.
