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El colmo de 'Sálvame': Paz Padilla se topa con Jaime de Marichalar en una tienda en pleno directo
Situación completamente surrealista la que se ha vivido en Sálvame en la tarde de este viernes. El programa de Telecinco ha querido averiguar si son auténticas las botas de Dior que luce Raquel Bollo y que, al parecer, tienen un precio superior a 1.000 euros.
Para salir de dudas, Paz Padilla ha salido de plató y se ha desplazado hasta el lugar en el que más fuentes autorizadas podrían responder a esta pregunta: la milla de oro de Madrid.
La presentadora, vestida con sus mejores galas y acompañada de un equipo del programa, ha intentado acceder a una tienda de Dior para resolver todas las dudas sobre el calzado de la que fuera colaboradora de Sálvame. Sin embargo, los empleados del local no estaban por la labor de contribuir al espectáculo.
Paz ha podido acceder a la tienda pero sin su compañero cámara y sin la alcachofa, el micrófono de mano que llevan los reporteros. Sin embargo, la presentadora también llevaba un micrófono de corbata, así que se ha escuchado a la perfección su conversación con uno de los empleados de Dior.
Pero si la situación ya era de por sí asombrosa, el giro de guion más tremendo estaba aún por llegar. Mientras este dependiente de la tienda le explicaba si las botas de Raquel Bollo eran o no verdaderas, Paz Padilla ha distinguido entre los clientes a alguien inconfundible.
“¡Uy! Perdona, ¿eres Marichalar?”, ha preguntado a un hombre que, pese a la mascarilla que le tapaba parte del rostro, era indudablemente el exmarido de la infanta Elena. “Sí”, ha confirmado él, que ha dado marcha atrás en cuanto se ha percatado de que en la calle esperaba la cámara del programa.
Paz Padilla ha pedido entonces a su compañero que no le grabase, por lo que Marichalar ha podido salir del lujoso local sin hacer más declaraciones. “No le vamos a molestar. Echa la cámara para allá, que va a salir Marichalar. ¿Cómo está usted? ¿Viene a comprar algún regalito? Él no quiere que se le enfoque”, ha advertido la presentadora sin que la inesperada visita hiciese declaraciones.
“Thank you very much”, se ha despedido de él Paz. “¡Ah, no, que es español! Marichalar ha salido corriendo porque no quiere. Bueno, corriendo... a su ritmo. No sé qué ha venido a comprar, quizá algo para su novia. ¿Tiene novia? Ay, es que no estoy acostumbrada a ser tan pija. Yo estoy más acostumbrada a Primark”, ha comentado eufórica y entre risas antes de entrar de nuevo a la tienda.
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