Évole prometió estar sin Twitter y rompió la cuarta pared en 'Salvados'
Jordi Évole regresó anoche a laSexta con un 'Salvados' dedicado a la adicción a los teléfonos móviles y la vida conectada a través de las redes sociales y servicios de mensajería instantánea.
Fue una entrega que el propio periodista calificó como “una terapia” para él mismo, y hubo momentos en los que su propio equipo, sus compañeros, le demostraron que él también tenía cierta adicción al móvil.
Uno de esos momentos supuso una novedad en el programa, que hasta ahora no había sucedido nunca antes. Durante la charla de Évole con el psicólogo Marc Masip, uno de los cámaras intervino para señalar que el presentador incurría a veces en los “fallos” de los que estaban hablando.
El programa, en vez de cortar y reanudar o simplemente eliminar ese fragmento, decidió seguir grabando la conversación y emitirla, lo que en el argot televisivo se conoce como “romper la cuarta pared”, en sentido figurado porque es desde donde graban las cámaras.
Évole, sin Twitter 15 días
Esa misma conversación acabó deparando un reto a Jordi Évole, que el presentador aceptó: permanecer 15 días sin usar Twitter, ni para leer ni para escribir.
Mediante un vídeo grabado a sí mismo, confirmaba en su cuenta en la red social que según acabase el programa iniciaba ese período “desconectado” de su red social, esperando superarlo.
Mostró todas las visiones
El programa no sólo contó con el juicio de un psicólogo. 'Salvados' también quiso mostrar cómo había cambiado nuestra vida en los últimos 10 años desde la invención del iPhone, demostrando que fue “el invento que ha cambiado la sociedad”.
Évole entrevistó a jóvenes que hacen un uso excesivo del móvil, así como a sus padres. También se citó con el experto en innovación digital Gustavo Entrala, que convenció al Vaticano para entrar en la redes sociales.
Pero la charla que más aportó a la construcción del presentador fue con el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman, que entre otras cosas lamentó que ahora las personas “están permanentemente disponibles, no tienen vida privada” e incluso “mucha gente se siente desuda si sale a la calle sin el móvil”.