La solución para TVE: competir con noticias
La ATV recoge en el último número de la revista Carta de Ajuste algunas opiniones sobre el informe para la reforma de medios públicos. Hoy, la del ex director de Informativos de TVE, Alfredo Urdaci. Competir con noticias TVE ha sido un gran negocio para los bancos que cubrían con celeridad todas las emisiones de obligaciones. La deuda se tendrá que pagar, porque no es una deuda de RTVE; sino más bien, como subrayó un director general, “del Reino de España”. Por saltar de un director a otro podríamos añadir que TVE “es una televisión que pagamos todos pero en realidad no paga nadie”. Hoy no sirve de nada pensar en una TVE capaz de convertirse en una factoría de contenidos para la nueva Televisión Digital Terrestre, a pesar de que la TDT tendrá dificultades para llenar las 24 horas de programación. TVE ya no es capaz de asumir esa tarea, que exigiría nuevas inversiones, cambios drásticos en la normativa laboral interna, y modos de producción que no forman parte de los hábitos de sus empleados.
De nada sirve añorar los viejos tiempos. Los sindicatos deberían perder algunos de sus privilegios, y los dos insólitos asientos que se les ofrecen en el Consejo de Administración presagian poder y resistencia. Existe otra solución, a través de una línea de trabajo, de una oferta en la que la televisión pública no tiene competencia. Cuando el espectador busca entretenimiento, las órdenes del mando a distancia se orientan hacia Antena 3, o hacia Telecinco, o quizá hacía las autonómicas o a la televisión de pago. Pero cuando la audiencia quiere noticias, pulsa la Primera.
Las privadas nunca harán una apuesta firma y decidida por la información, porque las noticias en la televisión son caras, y poco rentables para sus cuentas. Lo único que ha resistido la jibarización practicada por Caffarel ha sido, a trancas y barrancas, los informativos. TVE está en condiciones de conformar la gran oferta internacional de noticias en español. Bastaría con fusionar el Canal Internacional con el Canal 24 horas, y hacer de esa emisión nuestra voz en el mundo, la única oferta de noticias capaz de competir con CNN en Hispanoamérica.
Ese es el campo de la televisión pública, el único en el que sería capaz de encontrar su sentido, y el único en el que se puede llegar a una situación indiscutible. Se trata de tasar lo que vale ese servicio, y pagarlo con cargo a los presupuestos. Lo demás, el entretenimiento, el cine de las grandes multinacionales, el deporte mi millonario, y la publicidad, para las privadas.
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