'Supervivientes' volvió a salvar a Hugo y dio voz a la violencia de género con Ana María Aldón
La 13ª entrega de Tierra de nadie se convirtió en una de las más duras de la edición. El puente de las emociones que protagonizaron Elena y Ana María Aldón pusieron los pelos de punta a los espectadores.
De hecho, hasta Lara Álvarez fue incapaz de reprimir las lágrimas al escuchar a la madre de Adara relatar los malos tratos que vivió.
Por otro lado, Hugo volvió a ser el salvado de la semana, dejando a Jorge y Elena en la cuerda floja.
Última gala de 'Supervivientes' en Honduras
“La gala de este jueves será la última desde Honduras”, anunció Carlos Sobera sorprendiendo a la audiencia ya que aún quedan seis concursantes en el reality. Aunque serán cinco tras la próxima expulsión.
La noticia llegaba tras varios días viendo a los robinsones más decaídos que nunca. “Mi cabeza está en España ya”, “esta última etapa se me está haciendo súper dura”, “cada día aquí es igual que el anterior” son algunas de las frases que se les han escuchado decir.
Cabe recordar que ha sido una de las ediciones más duras, por las condiciones climatológicas y por el confinamiento que ha impedido que ninguno de ellos tuviera visitas familiares. Algo que siempre es una inyección de energía y que los concursantes de este año no han podido disfrutar.
“Estamos en la recta final. De hecho, la gala del próximo jueves es la última gala en Honduras”, dijo mientras los concursantes lo celebraron a lo grande.
“No es la última gala de Supervivientes”, aclaró el presentador pero sí que la “aventura en Honduras acaba este jueves”.
Elena y Jorge, la separación definitva
Elena, Hugo y Jorge eran los nominados de la semana y se situaron en la plataforma habitual para conocer la decisión de la audiencia.
Lara Álvarez anunció que el público había decidido, una vez más, salvar al ganador de GH Revolution. “Muchas gracias legión, estoy sin palabras” expresó él.
Mientras Elena y Jorge confesaron no sentirse bien por su situación. Algo comprensible ya que su amistad ha existido casi desde el principio del concurso y esto significa que se separarán justo en la recta final.
De los correazos a Elena, a los malos tratos de la madre de Aldón
El puente de las emociones de Elena y Ana María Aldón fueron de los más duros del reality.
La madre de Adara fue la primera en explicar que, aunque tuvo una familia que la quiso mucho, su dislexia sacó de quicio a su madre que usó unas técnicas extremas para reconducir su educación.
“Usaban la correa para que hiciera las cosas bien” confesó, recordando que para que fuera mejor estudiante y se concentrara sus padres le pegaban.
“Cada correazo que me daban hacía que me sintiera más pequeña” desvelaba y lo señaló como la causa de su negatividad actual y de sus sentimientos de culpa constantes por no ser lo perfecta que debería.
Al acabar el relato, Lara Álvarez intentó darle ánimos pero rompió a llorar: “Perdonad. Es muy duro lo que has contado. No tenía ni idea, ¡Dios mío!”, se lamentaba la presentadora mientras intentaba recomponerse.
Lara le abrazó y Carlos Sobera le transmitió que “ese abrazo es de toda España”.
Ana María Aldón: “He querido tener un cuchillo para matar a mi padre”
Por su lado, Ana María Aldón no tuvo reparo en dar voz a la violencia de género que vivió en su casa.
“Durante años mi padre torturó a mi madre, era una bestia. Con mis hermanos nos metíamos debajo de la cama mientras esos episodios sucedían día a día. Acababan de la peor manera posible. Iba al colegio y agachaba la cara de vergüenza cuando veía la cara morada de mi madre”, empezó diciendo.
Algo de lo que se arrepentía visiblemente y se echaba a llorar: “No era justo porque mi madre era un ángel que bajó del cielo. No se lo merecían ni ella ni sus hijos”.
Pero la confesión más dura llegó cuando aseguró que desde que tiene “uso de razón he querido tener un cuchillo para matar a mi padre. A los años mi padre tuvo cáncer y murió. Creía que le había perdonado pero no es así”.
De esta forma subrayó que quería dejar todo ese rencor en la isla y no llevárselo de vuelta. Tras su relato, Carlos Sobera pidió que le dejaran tranquilizarse un momento porque no podía pasar de eso a otro vídeo superficial.