El Consejo de Administración de Sogecable dio ayer el visto bueno a la fusión entre Canal Satélite Digital (CSD) y Vía Digital, operación que será ratificada hoy por el consejo de Telefónica. El acuerdo, al que ha tenido acceso elconfidencial.com, se centra en las vías de financiación con las que hacer frente a la abultada deuda de la nueva sociedad (cerca de 1.650 millones de euros). De esta cantidad, ambas partes esperan lograr préstamos bancarios por unos 1.150 millones. Esto era lo sencillo. Lo complicado era cómo cubrir el resto de la deuda. Pues bien, según el acuerdo alcanzado por `telefónicos´ y `sogecables´, 150 millones serán cubiertos por un crédito participativo que suscribirán a partes iguales (50 millones de euros cada uno) los tres socios de referencia: Telefónica, Sogecable y Vivendi. La `Platajunta´, a su vez, emitirá deuda subordinada a nueve años y cupón del 10,5% por otros 175 millones de euros. En caso de que esta emisión no se suscriba en su totalidad, Telefónica se compromete a cubrir el resto. Eso sí, según el pacto alcanzado, la operadora no estará obligada a permanecer en el accionariado de la nueva empresa durante un tiempo determinado sino que podrá vender su participación cuando más le convenga, todo un alivio para César Alierta, deseoso de olvidar tan ruinoso negocio, y una mala jugada para Jesús Polanco, que quería contar con la operadora como pilar básico de la `Platajunta´. Para terminar de cuadrar las cuentas, la empresa fusionada recortará otros 175 millones de euros renegociando los contratos y compromisos de pagos futuros. Tras la fusión, el accionariado quedará de la siguiente forma: Telefónica (22,5%), Vivendi (16,3%) y Prisa (16,3%), aunque los tres socios contarán con los mismos derechos políticos. Por su parte, el consejo de administración estará formado por 21 miembros, repartidos entre Telefónica (5), Prisa (5), Vivendi (5), Caja Madrid (1), Bankinter (1), El Corte Inglés (1) e independientes (3). La fumata bianca tuvo lugar tras dramáticas negociaciones de última hora, que colocaron el acuerdo “al borde de la ruptura” en la madrugada del lunes 27 al martes 28. Sorprendentemente, Sogecable no realizó ayer comunicación de hecho relevante a la CNMV. Con mucho dinero en juego, Javier Díez Polanco ha “presionado y ha puesto en peligro la fusión” hasta el último momento, según aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones. El derrumbe de la Bolsa y el castigo sufrido tanto por Prisa como por Sogecable han obligado finalmente a Polanco a asumir las condiciones finales de Telefónica en torno a la estructura de la deuda, ello cuando, el lunes pasado, “la cuerda estaba a punto de romperse definitivamente”. Un problema adicional ha consistido en cuantificar -y determinar la forma de hacerlos frente- los gastos en que la futura plataforma única deberá incurrir en los primeros trimestres de funcionamiento (descodificador único, satélite único, etc.) Ante tal cúmulo de problemas por delante, las partes han optado por cerrar ojos, oídos y orejas y firmar el acuerdo. “La operación es razonable, porque la alternativa que se presentaba ante las dos partes era casi terrorífica”, añaden las fuentes antes citadas. Hoy miércoles expira el plazo dado por el Gobierno para que ambas plataformas presenten el plan de actuaciones detallando las medidas de la operación. Después, el Consejo de Ministros tendrá que dar el visto bueno final al documento de acuerdo de fusión que le sea remitido. La operación ha generado no pocas tensiones entre distintos miembros del Gabinete. Algunos aseguran que en los últimos días se ha librado una batalla entre Rodrigo Rato, defensor a ultranza de la operación, y el mismísimo presidente Aznar, dolido con el comportamiento informativo que los medios de Polanco han mantenido durante la catástrofe del Prestige. Noticias relacionadas Hoy termina el plazo para que Sogecable y Telefónica anuncien si aceptan las condiciones