Los espectadores de EEUU están empezando a echar en falta algo en las telecomedias: las risas. Seis nuevas sitcoms debutarán este otoño en la TV estadounidense sin las clásicas carcajadas de fondo que han caracterizado este formato desde los años 50. “Las risas artificiales se han quedado un poco anticuadas y somos conscientes de ello”, explica el presidente de la NBC, Jeff Zucker, a la revista Enquirer. Malcom in the Middle (Fox) y Sex and the City (HBO) son algunas de las primeras comedias de situación que se han atrevido a grabar sin público y no terminar sus gags con una risa grabada. La sitcom de medicos Scrubs es la única sitcom nueva de la NBC que todavía utiliza risas. Pero ni las de la Fox -The Tick, Undeclared y El Show de Bernie Mac-, la WB (Maybe It´s me), o la CBS (Danny) han utilizado un público contratado en sus grabaciones. Good-bye, I Love Lucy El uso de las risas está siendo reemplazado por otras técnicas que recuerdan a las de los reality shows. Por ejemplo, una sitcom de la WB que tiene como protagonista a una adolescente que se avergüenza de su familia hace uso de voces en off, rótulos a pie de pantalla al estilo de The Real World y ventanas con texto al estilo del canal musical VH1. En los últimos años, los productores de telecomedias se han alejado del clásico formato que nació en 1951 con I Love Lucy -grabación con público y tres cámaras- para experimentar con otras técnicas, como la imporovisación en Whose Line Is It Anyway?, la parodia de la TV en Grosse Point, los sketches en Hype, la animación en Family Guy, la plastilina en The PJs, y alargar la duración a una hora en Ally McBeal. Bienvenidos a la era “post-Seinfeld” Sin embargo, muchas cadenas todavía se muestran reacias a prescindir de las risas grabadas en sus sitcoms, por miedo a que pierdan la gracia. Tanto Seinfeld, que se grababa con público, como Mash, que prescindía de él, utilizaban risas de público al final de sus gags. Algunos ejecutivos de TV defienden que, además de provocar la risa en el público, las carcajadas grabadas “le hacen sentir a uno que no está solo en casa”, dice Jaime Kellner, el presidente de Turner Broadcasting. Pero el éxito obtenido en EEUU con la serie Malcom in the Middle -sin risas y con una sola cámara en lugar de tres o cuatro- ha hecho reflexionar a los responsables de las cadenas. “El público está harto de las sitcoms que se desarrollan en un salón-dormitorio. Hemos entrado en la era post-Seinfeld, donde el espectador hace zapping cuando ve una sitcom con el formato antiguo”, opina el productor de Spin City, Bill Lawrence.