Un nigeriano y un angolano discuten en una mesa sobre quién merece comer más huevos (¿les suena?). Mientras, en otra habitación un sudafricano y una namibiana flirtean en el sofá. Afuera, en la cancha de baloncesto, el participante de Zimbawe está solo y enfurruñado. Como pueden ver, las escenas que se suceden en Big Brother Africa, la versión panafricana del formato de Endemol que arrancó el pasado mes de mayo, no difieren mucho de las de cualquier otro Gran Hermano emitidos por todo el mundo. La mecánica también es la conocida. Los espectadores participan con sus votos telefónicos para elegir al ganador, que obtendrá como premio 100.000 dólares si consigue permanecer en la casa durante 106 días. Hasta el jueves pasado, ya habían sido expulsados por la audiencia dos concursantes. Mientras que Big Brother siempre ha estado acompañado de la polémica y las críticas en todos los países donde se ha emitido, el experimento de Endemol en África parece estar teniendo mejor aceptación, y muchos críticos se preguntan si un reality show de estas características puede llegar a dar un sentido de unidad a un fragmentado y empobrecido continente como el africano, según Associated Press. Éste es un programa positivo “porque aprendes de otras culturas”, opina Jennifer Ngoto, una kenyana de 20 años. “Resulta interesante ver a africanos en televisión en situaciones distintas a las que estamos acostumbrados: pasando hambre, muriendo o sufriendo una guerra”, dice Carl Fisher, uno de los productores del programa. “Gran Hermano” roba protagonismo a Bush La pasada semana el presidente de EE.UU., George Bush, se encontraba de visita oficial en cinco países africanos, centrando sus discursos en el sida, las guerras civiles y el legado de la esclavitud. Pero los africanos parecían estar más pendientes de lo que ocurría en la casa de Gran Hermano, ubicada en un suburbio de Johannesburgo, y de lo que suelen hacer sus habitantes en todos los países en los que se ha emitido: flirtear, cocinar, ducharse, aburrirse y dormir. “El programa está sirviendo para que africanos de diferentes países se conozcan entre sí y para romper estereotipos y prejuicios como que los nigerianos son corruptos y escandalosos, los sudafricanos violentos y los mozambiqueños pobres”, dice una editora del Sunday Times de Sudáfrica. Un “Gran Hermano” elitista en un continente pobre Ésta es la primera vez que el formato de Endemol encierra en la misma casa a habitantes de 12 países diferentes, y todo ello ante una audiencia media de 30 millones de personas en todo el continente. Los espectadores han reaccionado con gran entusiasmo enviando miles de mensajes patrióticos diariamente como “Viva Africa, así es como somos” o “Africa enseña al mundo”. El target de Big Brother Africa, al igual que el perfil de los propios participantes del concurso, es la elite urbana. Aunque el programa se trasmite 24 horas diarias de emisión para 30 países africanos, sólo pueden acceder a la señal los que dispongan de televisión de pago por satélite. El resto se tiene que conformar con un resumen diario de media hora. Por el momento, el participante con más papeletas para ganar el concurso es Gaetano Kagwa. El estudiante de derecho ugandés ha recibido más atención por parte de la prensa que Bush. “Gaetano for President” rezaba una viñeta de uno de los periódicos de Sudáfrica. “No hay mucha gente en Africa capaz de reconocer el rostro de Bush en una fotografía, pero todo el mundo sabe quién es Gaetano”, dice el editor de un periódico de Uganda a Reuters. Es uno de los concursantes más polémicos de la casa. Su fama subió como la espuma cuando, aparentemente, mantuvo una relación sexual con la sudafricana Abergail Plaatjes, una consultora de 25 años. Después resultó elegido para viajar durante una semana al Gran Hermano británico en uno de los ya conocidos intercambios de concursantes entre países. Allí tampoco pasó desapercibido, e incluso ayudó a incrementar los índices de audiencia del programa durante su estancia. Se besó con una de las concursantes y la comparó con una cerda, ganándose varios titulares en la prensa inglesa. Pero las quejas de muchos espectadores hacia el contenido del programa sí son las mismas que hemos escuchado en versiones anteriores de Gran Hermano: “Que los habitantes no hacen nada y que sus conversaciones son poco interesantes”; “Ya que se les está viendo en todo el continente, podrían hablar de temas más interesantes que quién come un huevo más que otro”, se queja Hleziw Hara, una malasiana residente en Kenya. Fuente: Reuters y Associated Press