La venta de Antena 3 condena a Admira a la desaparición y a sus directivos a buscar trabajo
La suerte de Admira está echada. Será, según el Financial Times, en la Junta de Accionistas que Telefónica celebrará este viernes. Tal día, la operadora anunciará la venta del 30% de la cadena al Grupo Planeta y, al tiempo, dará la puntilla a su holding mediático. Con la marcha de Antena 3 y Onda Cero, Admira queda vacía -por dentro y por fuera- y pone al rojo vivo unas tensiones internas que eran patentes desde hace tiempo. La perdida del manto protector de Telefónica es una mala noticia para este conglomerado mediático y, sobre todo, para el ejército de directivos con nóminas millonarias que, con la venta de la cadena de televisión, ven peligrar su privilegiado estatus. No menos de una docena de ejecutivos, con sueldos que superan los cuarenta millones de pesetas (240.000 euros anuales), pueden tener los días contados. La venta de los dos principales activos de Admira deja sin contenido ni actividad real al holding. El presidente, Pedro Antonio Martín Marín, está seriamente molesto por no haber participado en el proceso negociador con el Grupo Planeta. Se siente marginado, lo que ha despertado todo tipo de especulaciones en los mentideros empresariales. No hay que olvidar que fue José María Aznar, amigo de Martín Marín, quien propuso su nombramiento a Alierta. Precisamente, algunos achacan la pérdida de poder del de Admira al propio desgaste del presidente del Gobierno (Iraq, Prestige...). La influencia que, en la venta de la cadena televisiva, han tenido el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, por un lado, y el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, por otro, también ha contribuido a las ausencias de Martín Marín en todo este proceso negociador. Otro de los caídos será Luis Blasco. El actual presidente de Antena 3, hombre de confianza de Alierta, tendrá que abandonar su puesto. El sillón en la cadena será ocupado, casi con toda seguridad, por el mismísimo José Manuel Lara. Otros cargos que están en la cuerda floja son el del consejero delegado, Ernesto Sáenz de Buruaga, así como una serie de directivos que, herederos de la polémica gestión de Villalonga, han sobrevivido en silencio, sin apenas capacidad ejecutiva, dentro del grupo de medios. Pero la venta de activos no acaba con Antena 3 y Onda Cero. Telefónica quiere deshacerse de todos los medios y participaciones mediáticas. Así, está deseando vender, al menos al precio de adquisición (600 millones de euros), el 5% del grupo británico Pearson, dueño de Recoletos en España. La operadora, a su vez, estudia el futuro de Endemol, la productora holandesa adquirida por Juan Villalonga. Fuentes solventes han asegurado a elconfidencial.com que el fundador de la compañía, John de Mol, ha ofrecido a Telefónica la posibilidad de recomprar la empresa. Según dichas fuentes, el holandés ha propuesto como pago el mismo número de acciones con el que Telefónica adquirió la productora. Eso sí, a los precios actuales de la operadora, con lo que las minusvalías para Alierta serían considerables (las acciones de la operadora valen ahora la tercera parte que en 2000). Telefónica compró Endemol hace tres años por 860.000 millones de pesetas (5.180 millones de euros). Ahí es nada. Artículo publicado en Elconfidencial.com, 10/4/02