Por su interés reproducimos a continuación el siguiente artículo Se acerca el Mundial. Cualquiera puede prever que el país laboral sufrirá cambios, que mucha gente ajustará horarios para tener la posibilidad de ver los partidos en directo (por lo menos los que juegue Argentina), que el ritmo cotidiano marcará otros decibeles, pero de ahí a sumar iniciativas para que «los alumnos puedan ver en horas de clase los partidos del Mundial» es por lo menos polémico. Aunque todavía faltan tres meses para el inicio de ese torneo ecuménico, ya salieron presurosas autoridades educativas a tomar decisiones de ese tipo bajo el argumento de que «apunta a reducir el ausentismo escolar» durante los días de todo un mes que dura el campeonato, sin siquiera pensar en las consecuencias. Si es que no se piensa que el equipo argentino quedará indefectiblemente eliminado antes de la final. Determinaciones La determinación ya se tomó en Mendoza, que hizo punta. Ayer fue comunicado oficialmente por las autoridades educativas de Córdoba, detrás viene galopando en el mismo sentido Santiago del Estero y nadie duda que se extenderá a todo el país. Sin profundizar demasiado el tema habría que pensar que colocar televisores en todas las escuelas (primarias y ni hablar de las secundariasde todo el país), cuando abundan (y sobran)protestas y huelgas de maestros y profesorespor los bajos sueldos que perciben es, en principio, contradictorio. Si a eso se le suma la manifiesta falta de capacidad edilicia y el mal estado de muchos establecimientos educativos (fue ésta una de las razones que complicó y retrasó el normal inicio del ciclo lectivo en varias provincias) entonces cabe algún cuestionamiento a la seriedad de las autoridades en este tipo de decisiones. La pregunta es -entonces- de qué sirve el «presentismo» si los alumnos prolongan por largas horas un recreo (por no decir que perderán el día) sin tener acceso más que a la comida, que aunque es imprescindible para muchos alumnos argentinos, no tiene incidencia educativa. Tampoco se entiende lo que señala la ministra de Educación de Córdoba, Amelia López, cuando afirma que es una «buena medida ante el ausentismo» que de antemano da por hecho consumado. Tal vez lo más polémico es lo que destacó la funcionaria como positivo: «Lo seguro es que no van a ser días libres. A lo sumo cada colegio podrá establecer mecanismos, como en otras ocasiones, para que los chicos no estén distraídos»(?). Claro, salvo que el juego que están viendo los adormezca. Eso sí, refirió que los alumnos «estarán en el marco de la escuela y pueden utilizar el tema recreativo y deportivo». Es decir, que si una escuela tiene como base el hockey (por ejemplo) también podrán interrumpirse las clases cuando jueguen un Mundial o el Champion Trophy de ese deporte, o los establecimientos que jueguen rugby paralizarán actividades cuando se juegue el Seis Naciones. En fin, algo difícil de digerir.