'La que se avecina' vuelve con guiño de Merlo al pasado y aplaudida 'mandanga'
'La que se avecina' no defraudó en su regreso. La comedia de Telecinco volvió anoche reanudando su novena temporada y con un hashtag para comentarlo en las redes sociales que prometía: #MandangaLQSA.
Y lo cierto es que tuvo puntazos desde el primer segundo, en una escena en la que Luis Merlo aparecía por primera vez como nuevo miembro de la comunidad de vecinos, y hacía un guiño a su pasado en la misma serie.
Para explicarle a su terapeuta Judith por qué se había decidido a mudarse a Montepinar, él contestó: “Siento con esta gente una sensación de familiaridad. Como si les conociese de antes”.
Tras su frase, la directora Laura Caballero dejó un breve momento de silencio, como valorativo para ser cómplice con los espectadores, mientras su personaje y el resto de vecinos de la comunidad se miraban desde una distancia “prudencial”.
El 'mayorista transformista'
En cuanto a las tramas del capítulo, Recio sigue sin poder soportar a su hija y decide acudir a la consulta de Judith. Ella le aconseja que trate de comprenderla y empatizar con ella, pero el mayorista desecha su consejo. O eso parece.
Cuando se queda solo en casa, algo le impulsa a travestirse y vestirse de mujer. Y lo que empezó como un ataque de “locura” transitoria, acaba con 'El Rancio' volcado en transformarse depilándose, maquillándose, poniéndose peluca y usando ropa de Berta.
Para su mujer es todo una indecencia que la escandaliza, pero como su vida sexual mejora, decide hacer la “vista gorda” y convivir con ello.
Por si fuera poco y tras los consejos de Antonio, Enrique también piensa que puede volver a conquistar a Araceli simplemente con vestirse de mujer para que ella caiga rendida a sus pies.
Por eso no duda en transformarse también con pelo largo, vestido ajustado, pose sensual... todo para que la “bollera mística” se fije otra vez en él.
Más locuras de los 'Montepinarianos'
El episodio otras muchas locuras de los habitantes de la comunidada. La más destacada, la “desaparición” del bar Max & Henry para dar paso al nuevo negocio de Fermín: Funeraria Trujillo, aprovechando que les han puesto un cementerio enfrente.
Se trata de una funeraria low-cost preparada de forma tan chapucera como solo puede hacer Fermín: mantiene la barra y el grifo del bar, embalsama solo “protegido” con una cortina de ducha y el horno crematorio es de animales.
Además, Yoli se enfrentó a 'la Cuqui' para demostrarla que quiere a sus hijos más que su propia madre, y al pasar tiempo con ellos descubrió que tenían un arte especial. Así que, ni corta ni perezosa, decidió formar con ellos un grupo musical.
Con la “ayuda”, por decir algo, de Amador y Theodoro, preparan un tema y les presentan a un cásting, en el que Yoli no duda en desplegar sus peores artes para conseguir que “sus cuquitos” triunfen.
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