Tom Gibson, un asesor informático británico de 24 años, batió la semana pasada el récord de consumo televisivo, al conseguir permanecer conectado a la “caja tonta” durante 47 horas, 5 minutos y 20 segundos, sin interrupción. Gibson alcanzó esta marca en público. Veía la tele en una improvisada “sala de estar” ubicada en la conocida avenida londinense Cromwell Road por la compañía que patrocinaba el experimento, Home Choice, una proveedora de televisión digital, video bajo demanda y servicios de Internet. El británico rebasó el récord que ostentaban desde 2002 cuatro hombres - Nick Tungett, Adam King, Stephen Hayes y Sam Beatson-, aunque sólo lo superó por 5 minutos“. Podría haber estado más tiempo”, dijo a la prensa británica, “e incluso llegar a las 50 horas, pero paré cuando me avisaron de que ya había batido el récord”. Durante este tiempo, Gibsón alternaba sus programas favoritos, entre ellos la telenovela “EastEnderes”, la serie “Urgencias” y largometrajes como “Analyze That”. Sólo se le permitía un descanso de 15 minutos cada ocho horas, por lo que tenía restringido el consumo de comida o líquidos para evitar ir al baño, aunque tampoco lo tenía prohibido. Según un periódico inglés, Gibson llegó a perder más de 3 kilos en este tiempo. El protagonista de esta historia fue seleccionado en una casting nacional llevado a cabo por la compañía de cable para encontrar al mayor adicto a la televisión del país. Desde entonces, había estado preparándose para la prueba. “He ido reduciendo mis horas de sueño y concentrándome para aguantar más tiempo despierto”. Gibson se sometió a este experimento por dos razones: la gloria de poder ostentar este récord y el premio que le otorgaba la compañía de cable organizadora: 5.000 libras en aparatos electrónicos de entretenimiento para el hogar. También dice que quería demostrar a sus padres que estaban equivocados cuando le recriminaban que “ver tanta televisión no le llevaría a ninguna a parte”.