Esta noche inicias, sin duda, el reto más importante de tu dilatada carrera... Pues sí, cuando todo parecía tranquilo como “Tiburón”, es así, muy curioso… ¿Cuándo te llama Antena 3? No recuerdo la fecha, pero me llama cuando estaba pensando a dónde iba yo artísticamente, tras once años en antena en Cataluña. Como si lo hubieran intuido porque no lo sabía nadie, era mayo, creo. Empiezan a llegarme las ofertas nacionales, vienen Televisión Española y Antena 3, y ahí me doy cuenta que esto iba en serio. Es entonces cuando comienzo a plantearme, por primera vez, abrir el horizonte artístico. Con el éxito asegurado en Catalunya, ¿no fue un riesgo aceptar la oferta de Antena 3? La verdad es que me costó porque, aunque suene a tópico, cuando uno se va acercando a los cuarenta y te va bien, dejando un programa en Catalunya con un treinta por ciento de share, la decisión de no seguir ahí es algo inédito y hasta irresponsable. En tu salto a la televisión nacional, ¿adaptarás tu exitoso “Una altra cosa”? Quizás es la continuación. Creo que voy hacer mi siguiente programa… Pero sí, lo último que he hecho es lo que sé hacer y no voy a hacer grandes cambios ni inventos. Hombre, me ha obligado a introducir cambios de nombres y cosas, pero sí, será muy parecido. Un programa con tu nombre, suena a show personalísimo, ¿no? Sí, pero no quisiera que se leyera como un egocentrismo sino como una realidad, es decir, que la gente vea el programa de Buenafuente, este tío nuevo. Con los otros nombres que barajamos, “La noche no se qué”, “Vamos a ver…”, quedaba un poco falso. ¿Qué vamos ver en “Buenafuente”? Humor por encima de todo, un tratamiento humorístico del día y de la vida. Nosotros nos reímos de la vida y cada día buscamos los motivos de los que reírnos, y ahí nos posicionamos con nuestras armas. Actores, guión, buenas entrevistas, buenos músicos y música en directo, y eso me gusta subrayarlo porque no es algo habitual y es una de mis pasiones... el playback está prohibido en mi programa. Tengo entendido que tu programa favorito es “Ratones coloraos” de Jesús Quintero, ¿por eso lo parodias? Pues seguramente sí, porque uno parodia lo que le impacta, lo que le choca… no siempre es así aunque, en este caso, sí. Quintero es mi comunicador favorito, no digo que sea el mejor o el peor ya que las clasificaciones no me gustan, pero a mí él me encanta. Hablemos de tu productora, El Terrat. Nunca antes se había posicionado a nivel nacional como ahora, con “Homo zapping”, “Dos rombos” y tu nuevo programa en antena. Está claro que atravesáis el mejor momento de vuestra historia… Pues sí, aunque no somos una productora muy ambiciosa por definición, ya que eso nos obligaría a rediseñarla, a ser mucho más grandes… y no nos apetece. Estamos en un formato de productora media, que puede asumir tres o cuatro programas buenos y ya está… Nos va muy bien así. ¿La clave del éxito? La perseverancia, el creer en un proyecto de factoría humorística y de autor contra viento y marea, y te aseguro que han venido vientos y mareas, mareas negras… Mantenernos así, para mí, es un placer acojonante. Tres programas en la televisión nacional pero, en TV3 y después de tantos años juntos, ¿cómo es que no producís nada actualmente? Son cosas coyunturales. La verdad es que con TV3 tenemos una relación fantástica y ahora estamos en proyecto con varias cosas para ellos, nuestro deseo es seguir trabajando juntos. Quiero destacar que quiero mucho a TV3 porque, así como a veces no te vas de un trabajo bien, yo me he ido de ahí con una penita y una gran cantidad de amigos y complicidades. TV3 es como mi segunda casa y siempre lo será. Por su puesto no descarto volver porque ahí he vivido los mejores años de mi carrera. Llegas a una cadena cuyo late night ha estado muy mal de audiencia durante las últimas temporadas pero, curiosamente, en este curso las cosas han cambiado para bien ¿Te preocupa? No, incluso me provoca un poco de risa porque me confirma la absoluta arbitrariedad de este negocio de locos. Efectivamente, Antena 3 no conseguía consolidar sus noches y, cuando lo hace, me ficha a mí, poniéndolas en peligro. Esto dice mucho en favor de la cadena. Aquí hay gente con riesgo y a mí me gusta estar con gente que arriesga, en todos los ámbitos de la vida. Con gente apalancada y aburguesada no me gusta estar. Soy un adicto al riesgo y, aquí en Antena 3, se está respirando un riesgo de cojones. La pregunta obligada y de siempre: Sardá ¿Cómo ves la competencia? No puedo ignorar que estamos en la misma hora pero, a mí, no me gusta hablar de competición. Creo que lo que hacemos nosotros es una especie de arte, algunos dicen que menor pero a mí me parece mayor, la televisión, y es muy jodido competir. Yo compito conmigo mismo y por conquistar a mi gente. No puedo mirar al lado porque esto no son dos ciclistas que se van vigilando, y yo no trabajo así. Quizás sea el último mohicano en esto, porque mis compañeros me decían “vamos a cortar a publicidad porque los otros van a publicidad”, y yo seguía diez minutos más… Soy el terror de los directores. ¿Quiere decir eso que no cambiarás tu programa para ganar audiencia? No, te soy sincero y cuando no me creo un programa, las cosas van muy mal. Por suerte siempre me he creído lo que hacía y, como hago un programa tan personal, si no me lo creo no funciona. Si no va bien de resultados, pues nos tendremos que marchar, pero es absurdo empezar a hacer inventos falsos y postizos. Por su puesto que el programa se adapta, evoluciona y crece, y más los nuestros que son programas casi con tramas de ficción… Pero no habrá operaciones de cirugía estética porque, cuando empiezas a hacerlas, el programa ya está muerto. Está claro que no eres como Sardá, que reconoce ser un estudioso de las audiencias y dar al público lo que quiere. No, porque yo no sé lo que quiere el público… El público no quiere nada, se pone delante de la tele y ve lo que echan. Una de las cosas más curiosas de este oficio es que siempre se dice, y no sólo Sardá, “damos lo que quiere el público”. No, esto no es así, ¿tú has hablado con la gente? ¿Con los cuarenta millones, uno a uno? Yo no, yo sólo intuyo que si doy calidad me dicen “pues no está mal la cosa”. Y luego, como me dedico al humor, tienes que provocar una sonrisa porque, sino la provocas, estás muerto. ¿No habrá debates encendidos, en esta caso de la “Selva de los famosos”? Por este perfil tan atípico que estoy dando no quisiera parecer un extraño. Yo soy de Antena 3, estoy muy orgulloso de mi cadena y así tengo que trabajar. Creo que en mi formato no caben esas dinámicas, pero sí quiero y deseo que por mi programa pasen las mejores caras de mi cadena a contarnos cosas… Pero, de ahí a sobrealimentarse casi de todo, no es nuestro estilo. En la presentación del programa lo definisteis como “heredero de la tradición de los late nights americanos” ¿Jay Leno y David Letterman son tus referentes? Sí, lo son. Yo digo que hacemos una especie de late americano pero pasado por el tamiz latino. También me gusta mucho la concepción del espectáculo televisivo de los americanos, la he estudiado mucho, he vivido allí y me gusta… Pero, luego, uno tiene que ser hábil, intentarlo y saber adaptarlo aquí. Tú no eres de Massachussets, así que te voy a intentar ganar contándote cosas de aquí… No me da vergüenza decir que los americanos empaquetan la televisión con una brillantez que nosotros no podemos, entre otras cosas, por presupuesto. ¿Te consideras una persona muy estricta en tu trabajo? Qué va, siempre he buscado el buen rollo con la gente y nunca he pegado una bronca a nadie de mi equipo. De la televisión actual, habrá cosas que te gusten mucho y otras nada, ¿algún ejemplo? Está claro. De lo que no me gusta, no te voy a dar nombres por respeto a los compañeros profesionales, pero hay programas que me parecen realmente asquerosos. Al público catalán le tienes ganado de antemano pero, para el resto del territorio nacional, eres un completo desconocido. No soy conocido a nivel nacional pero a mí eso me parece cojonudo, porque yo si fuera de Albacete, por ejemplo, me encantaría decir: “¿Pero este tío quién es?” Creo que ese factor de descubrimiento es algo con lo que ya no trabajábamos pero, ahora, puede ser emocionante, no lo veo un problema… Yo haré mi programa y, simplemente, espero que guste.