Cuando he leído en Vertele las denuncias que hiciste en la rueda de prensa del viernes, he pensado que seguramente tenías razón. Pusiste el dedo en la llaga y condenaste la actitud de los que animan a los concursantes de Gran Hermano a pelearse entre ellos. Lamentaste los enfrentamientos que “te duelen y te entristecen” y buscaste más responsables: “Veamos quién los provoca y que cada palo aguante su vela” – dijiste. Te voy a ayudar. ¿Realmente piensas que sólo los productores, directores y presentadores son tan perversos? ¿O tienen las cadenas alguna responsabilidad?. Me pregunto si la presión de audiencia que ejercen sobre los programas no provoca estas actitudes, Mercedes. Me pregunto si en las reuniones diarias de contenidos no se tratan estos temas. Me pregunto también, Mercedes, si no son capaces los directivos de las cadenas de cuidar sus programas, productos, concursantes y formatos hasta el punto de que algún desalmado director de programa o productor se salte a la torera todas sus indicaciones y consiga, contra su voluntad, que se enfrenten los concursantes, manipulándoles como marionetas y burlando la buena fe de las cadenas. Voy más allá, Mercedes. Algunos de los programas en los que ha habido enfrentamientos son producidos directamente por una cadena. Todos y cada uno de los contenidos se deciden en despachos de directivos. Otras emisiones en las que ha habido “tomate” siguen una estrategia perfectamente pensada para lanzar “escándalos” que tendrán presencia en todos los programas de la cadena, incluidas polémica entre “ex – grandes hermanos”. ¿Por qué no llamar a las cosas por su nombre, Mercedes? ¿Al pan, pan y al vino, vino? ¿Crees de verdad, Mercedes, que las cadenas son ajenas a este tipo de enfrentamientos? ¿Crees que las cadenas son víctimas inocentes de lo que a ti y a mí nos molesta profundamente? No me gustó esta omisión, Mercedes. Te considero una mujer lúcida y honesta y estoy seguro que el hecho de que tuvieras a un directivo de un canal de televisión a tu lado, que salió del brete como pudo, no te condicionó a la hora de olvidar su responsabilidad en lo que tú denunciaste tan pasionalmente. Pero no me parece justo que la dejaras en el tintero. En estos momentos, todo lo que pasa en televisión (lo bueno y lo malo), es responsabilidad mayoritariamente de las cadenas y de sus directivos. El modelo económico, comercial, editorial y de contenidos de los canales de televisión se decide en los despachos de los ejecutivos. Las broncas de pseudo famosos, la explotación intensiva de los concursantes de los “realities” y la conversión del periodismo de todo tipo en espectáculo, se decide también en estos despachos. Lamentablemente, la inmadurez del negocio de la televisión convierte a productores, presentadores y directores de programas en rehenes. También a los concursantes de Gran Hermano, Mercedes. Pero me gustaría pensar que tú, que eres una mujer que te puedes permitir la más rabiosa independencia económica y profesional, no eres rehén de ninguna cadena. Tampoco de la cadena para la que trabajas. Y que puedes decir la verdad con todas las consecuencias, sin que te duelan prendas.