Los concursos en televisión: los pioneros (I)
Hay concursos como “¿Quién quiere ser millonario?” o “La ruleta de la fortuna” que han revolucionado la pequeña pantalla. La televisión no se entendería sin ellos. Vertele empieza hoy una serie de artículos sobre la historia y anécdotas de los concursos de TV. La televisión fue inventada en 1926 por un escocés llamado John Logie Baird y fue la causa del cambio radical que llevó las diversiones de los music-halls, los teatros y los cines hasta la sala de estar de los hogares. Era un mundo nuevo lleno de posibilidades maravillosas, y pronto las pantallas se llenaron de noticias, obras de teatro, espectáculos de variedades, programas infantiles... y concursos televisivos. El primero de todos: un juego de deletrear El primer concurso televisivo fue “Spelling Bee”, emitido por la BBC el 31 de mayo de 1938. Al igual que todos los programas iniciales, se transmitió en vivo desde Alexandra Palace de Londres, durante mucho tiempo el centro televisivo de la BBC. Procedía de la radio y era un concurso de palabras, muy simple, presentado por Freddie Grisewood. Freddie preguntaba, por ejemplo, al primer concursante algo como: “Deletree la palabra que significa algo numeroso. La palabra es ”innumerable“. Si el concursante se equivocaba, Freddie pasaba al siguiente hasta que alguien la deletreaba correctamente y se apuntaba los puntos en juego. What's My Line?, el más duradero junto a ”La ruleta“ y ”Jeopardy“ Pero el primer concurso televisivo que puede considerarse como tal, y el más duradero, junto con ”La ruleta de la fortuna“ y ”Jeopardy“, es ”What's My Line?“. Empezó a emitirse en Estados Unidos, en el año 1950, y llegó por primera vez a Gran Bretaña en el 1951, con Eamonn Andrews como presentador. El concurso era muy popular por su habilidad en encontrar trabajos curiosos, desde la persona que tira de la cadena del váter hasta el que se gana la vida vendiendo algas. El trabajo más curioso de todos apareció cuando encontraron un fabricante de cerámica y pegador de culos. ”¿Qué es?“, se deben preguntar, al igual que nuestro jurado. Por lo que parece, en el campo de la cerámica el objeto que debe ser horneado reposa en el horno sobre una pieza de cerámica. Ese hombre construía la pieza y debía sacarla del horno. El proceso era, mediante un golpe, volver a pegar el culo de la pieza, que se había separado. De ahí el nombre del trabajo. En junio de 1990 provocó ataques de risa a la audiencia un concursante llamado Arthur Wainwright, de Huddersfield. Su trabajo era el afeitado quirúrgico. Trabajaba en la Enfermería Real de Huddersfield, pero por desgracia se había roto el brazo. Así, aunque normalmente firmar toma unos tres segundos, él tardó unos treinta, y su letra era muy temblorosa. Hizo su mimo - bastante explícito -, pero engañó al jurado, y les ganó. ”¿Qué representaba su mimo?“, le preguntó Angela Rippon, recordándole que era un programa familiar. ”Afeitaba las partes de un caballero“, contestó Arthur. ”Uso una maquinilla de afeitar y le cambió la hoja cada lunes. ¡Si le toca un jueves, que no le pase nada!“. ”What's my Line?“ no ofrecía grandes premios, pero era un programa muy popular. Llegan los concursos millonarios Los concursos con mucho dinero empezaron en los primeros años cincuenta, evidentemente en Estados Unidos. Seguramente el más famoso era ”La pregunta de 60.000 dólares“. Este concurso de media hora se estrenó el 7 de junio de 1955 y, al igual que muchos programas de televisión de aquella época, se basaba en un programa de radio llamado ”Take it or Leave it“, cuyo gran premio era sólo de 64 dólares. Las preguntas, que partían de un dólar, doblaban su valor a medida que el concursante las contestaba. El primero que ganó el gran premio televisivo fue un tal Richard McCutchen, sobre cocina. Para ganar el premio tuvo que contestar esta pregunta final: ”Nombre y describa cinco platos y dos vinos del menú de un banquete real que dio en 1939 el rey Jorge VI de Inglaterra al presidente francés Albert Lebrin.“ ¡Es algo que sabe todo el mundo! Su respuesta fue consommé, quenelles, filet de truite saumonée, petits pois a la française, sauce maltaise y corbeille. Los dos vinos eran Château d'Yquem y Madeira Sercial. Como broma, el cómico americano Jack Benny (famoso por su tacañería) fue al programa; contestó a la primera pregunta, sobre un violín, y se marchó del programa con sus ganancias de un dólar.