¿Crees que te espían? La respuesta es: “Radicalmente, sí”
“El pequeño libro rojo del activista en la red” es un libro inquietante.
Tiene la capacidad de alterarte, de perturbar tu sueño, de obligarte a actuar. Te impide quedarte quieto. Plantea muchas más preguntas que respuestas. Cuando acabas la lectura, te sientes desnudo, desvalido, traicionado, como si alguien acabara de arrebatarte la condición de ciudadano. Si además eres periodista, es imprescindible que corras y que leas el libro que ha escrito Marta Peirano. Ya estás tardando! Cuando lo leas entenderás el porqué de la urgencia.
El periodista (tampoco el ciudadano) no sabe protegerse del espionaje masivo
Dice Edward Snowden en el prólogo que “nuestra habilidad para entender el mundo en que vivimos depende fundamentalmente de los intercambios no autorizados y no vigilados entre los periodistas de investigación y sus fuentes”. Es evidente que Snowden, recluido en su exilio moscovita, no cree en los gabinetes de prensa y de relaciones públicas. La información se arranca, no se cede.
Pero Snowden recuerda que “los periodistas no son expertos en seguridad” y que “las escuelas de periodismo no ofrecen cursos para aprender a usar herramientas para proteger la información y las comunicaciones”.
Pero, ¿por qué protegerte de un supuesto espionaje? Por si te quedaran dudas, el prólogo de Snowden, impagable y adecuado para el libro de Marta Peirano, lo deja muy claro: “Gracias a los avances de la tecnología, los sistemas de vigilancia masiva de hoy pueden registrar en tiempo real todos los metadatos de todas las comunicaciones que se están dando en cualquier país, todo con un coste y un grado de complejidad tan accesible que está al alcance de cualquier gobierno del planeta”.
Primera pregunta: ¿Te espían? Respuesta: Radicalmente, sí.
Si eres periodista, te espiarán por partida doble, o triple. Intentarán identificar tus fuentes, conocer donde viven, de donde sacan la información, para bloquearlos y, en el peor de los casos, encarcelarlos, torturarlos, exiliarlos, anularlos, demandarlos o perseguirlos para que no puedan servir información comprometedora contra los poderes públicos a los que cuestionan con sus datos.
La responsabilidad del periodista, por tanto, no radica solo en autoprotegerse, sino en garantizar la seguridad de sus fuentes de información. Esto le obliga a conocer a quién le espía: saber como intercepta sus llamadas telefónicas, como accede a sus mensajes de texto, como interviene su correo electrónico, como le rastrea el alma y el cerebro de mil maneras distintas.
Esto no es un “hobby”: es lo que permite que continúe existiendo prensa libre.
Y ahí está el gran hallazgo de “El pequeño libro del activista en la red”. No es un libro para entretenerse: es un manual. Para leer, releer, subrayar, aplicar, actuar, compartir, recomendar.
Cuando terminé de leerlo me convencí de que tenían que adoptarlo con urgencia todas las asociaciones de prensa, los sindicatos de periodistas, las facultades de comunicación, las organizaciones sindicales, los partidos políticos, las ONG, los ecologistas, los activistas...
Ya no se puede vivir en sociedad sin conocer las prácticas del “gran hermano” de Orwell, que nos acecha a cada momento: cuando hablamos por teléfono, cuando escribimos en nuestro ordenador conectado, cuando mandamos mensajes, cuando navegamos o cuando nos comunicamos por correo electrónico.
Marta es clara - con razón - cuando escribe: “Las universidades incluyen programas para manejar comentarios en foros digitales y titular para twitter, pero no nos enseñan a jugar a espías. La profesión mantiene prioridades que no reflejan el estado de cosas. Hasta las organizaciones más obsesionadas con el periodismo de investigación invierten más recursos en diseñadores web y en litigios que en expertos criptográficos”.
Internet te conoce mejor que tu mejor amigo
Por primera vez en la historia de la humanidad, no paras de dejar rastros. Leo en el libro: “Después de un año de navegar en la red, la incansable maquinaria de registrar metadata ha acumulado miles de páginas sobre nosotros en un archivo que incluye nuestro nombre, dirección, estado civil, financiero y emocional: compras, viajes, amigos, inclinaciones políticas y predicciones acerca de nuestras vidas. Esto, sin que nadie nos ”vigile“ especialmente”.
Los ordenadores permiten cruzar cantidades inmensas de datos para sacar conclusiones estadísticas sobre nuestro comportamiento. Como señala Marta Peirano, internet sabe que vas a quedar embarazada casi antes de que tú sepas que quieres un hijo.
Pero, además, nos espían. Pinchan nuestros teléfonos sin órdenes judiciales, leen nuestras cartas de amor y anotan todos nuestros datos con intenciones inconfesables.
¿Quién nos espía?
No solo nos espía quien te imaginas. Los grandes centros de datos están en manos de los Gobiernos, pero también de las multinacionales: Google, Facebook, Apple y Microsoft. Pero hay miles de softwares espía que, incluso en manos poco expertas, pueden acceder a tu información si no la proteges debidamente.
Y ésta es la parte más práctica del libro que hoy reseñamos. El Manual. Qué hacemos mal y que deberíamos modificar para proteger nuestra vida y nuestra intimidad.
Lo que vas a aprender hoy
Ahora te toca revisar tu comportamiento en internet. ¿Haces las cosas bien?
Como no quiero destripar el libro, solo te quiero indicar que responderá a las siguientes preguntas:
¿Cuál es la mejor contraseña? (¿Sabías que el 98% de la gente sigue utilizando 1234, admin o admin123?
¿Es seguro mi correo? ¿Qué alternativas tengo para mejorar la privacidad?¿Sabías que tus correos pasan por cien manos distintas antes de llegar a su destinatario?
¿Sabes que es la PGP? Aprende a mandar correos armados hasta los dientes. Si eres periodista, no puedes vivir sin clave pública. Significa que te tomas en serio a tus fuentes
Cómo oscurecer tu navegación para cotillas. Aprende a usar SSL, VPN y Tor.
Las redes públicas, aunque no te lo creas, son públicas. Penetrar en tu ordenador o smartphone si las usas es coser y cantar.
¿Puedo navegar, chatear y llamar con seguridad desde un smartphone? Sí, si usas Orbot, Orweb o CsipSimple
¿Cómo protejo mi disco duro o mi memoria USB?
¿Cómo limpio con seguridad mi ordenador de información comprometedora?
¿Quieres escribir tu blog preservando tu identidad? Diez mandamientos para un bloguero anónimo.
Y no me extiendo más. Si has llegado hasta el final de este artículo, estás perdiendo ya el tiempo. Encontrarás “El pequeño libro rojo del activista en la red” en librerías físicas y en las tiendas online. Ya me contarás.