La Cubana construye una sátira sobre el mundo del famoseo y la televisión
La nueva obra teatral del grupo catalán se ceba en la epidemia de los neofamosos en un espectáculo en forma de gala televisiva. “Mamá, quiero ser famoso” tiene formato de programa de televisión. Nace en una cadena de televisión británica, la CBN TV que, tras explotar el éxito durante treinta años en Gran Bretaña y el resto de Europa, asegura que ha encontrado en España la “reserva espiritual del famoseo”. Jimmy Taylor, un cantante excesivo, es el presentador de esta Gala centrada en el famoseo. El equipo es inglés e intenta hablar, como puede, castellano, de la forma a la que nos tienen acostumbrados algunos turistas anglosajones que visitan nuestras costas: en plan telegráfico y entrecortado, obligando a intuir lo que nos quieren decir, aunque de forma muy gráfica: “Ustedes rebaño, nosotros pastores”, grita el regidor al público cuando les da las instrucciones para comportarse en el “plató” teatral. El director de La Cubana Jordi Milán es el autor de la idea, que en inglés suena así: “Mummy , I wanna be famous” . El espectáculo, muy oportuno, machaca el mundo de los famosos utilizando fórmulas teatrales muy españolas: el esperpento, la sátira, la crítica descarnada, la crueldad, todo con envoltorio de diversión y revista, con risas garantizadas. Los diez actores y actrices de “Mamá, quiero ser famoso” interpretan alrededor de 40 personajes, replicando un programa de televisión con todas las consecuencias: en el escenario y en el patio de butacas deambulan cámaras, técnicos, regidores, azafatas, ayudantes de producción y personajes varios de las cadenas, que muchas veces no se sabe exactamente a qué se dedican y porqué motivos son tantos. De la calle a la fama El concurso “De la calle a la fama” permite a gente anónima ganar sus quince minutos de gloria. Resulta triunfadora una mujer “auténtica” que confiesa ante millones de espectadores su verdad: “Soy puta”. En “Famoso por un día”, que suena al Reina por un día, una familia que ganó la primera fase del concurso regresa al programa para conseguir la medalla de oro de la televisión, el “Famoso para siempre”. En algo que se parece a Operación Triunfo o Pasaporte a Dublín, aparecen las monjas del Garraf, fundadoras del sello Christ Music y descubridoras de nuevos talentos musicales en su triunfal operación de TV. Más adelante, una mujer anónima intenta convencer al mundo que es una gran cantante, a pesar de la mala suerte que le ha dado la vida. Canta y nos cuenta sus peripecias. Es Antoñita la Churrera. Otra parte de la obra teatral se parece sospechosamente a Tómbola, a Salsa Rosa o a ¿Dónde estás corazón. Se llama “Famosos de ayer, de hoy y de siempre” y quiere rendir homenaje a un emblemático local barcelonés, La Bodega Bohemia, en la que la prensa del corazón lleva plumas y despliega una virulencia preocupante para imponer sus teorías y despellejar a los famosos, gritando y peleando de forma enérgica. La Cubana acierta con su nuevo espectáculo “Mamá, quiero ser famoso”. Es una sátira de la televisión del corazón, y de la otra. Con colores muy vivos, con mucho talento y una mirada con la que se puede identificar cualquier espectador.