El hijo de Escobar, sobre Netflix: 'Quieren confundir e implantar ganas de ser narcos'
No cabe dudas de que 'Narcos' ha sido una de las series revelación de los últimos años, con la que Netflix ha logrado, más si cabe, traspasar fronteras. Sin embargo, el entorno de Pablo Escobar no ha ocultado nunca su contrariedad a la ficción y a su forma de narrar la historia del narco más famoso de todos los tiempos.
Sebastián Marroquín, hijo del traficante y autor del libro 'Pablo Escobar: mi padre', ha hablado sobre ello en una entrevista con Isabel Gemio en 'Te doy mi palabra', programa de Onda Cero (Grupo Atresmedia Radio). El primogénito de Escobar asegura que la serie “presenta una historia a la humanidad para confundir. Mezclan imágenes de archivo con las de ficción y pone basada en hechos reales. Les están implantando a la juventud ganas de ser narcotraficantes”.
En ese sentido, Marroquín -apellido que ha cambiado posteriormente-, afirma que “hay mensajes de adulación de jóvenes que me escriben porque quieren ser narcos ya que han visto esa serie” y confirma que “nosotros nos acercamos a Netflix y yo les ofrecí el acceso a los documentos familiares para que la historia se acercara a la realidad, pero a ellos no les interesó, y parece que sepan más de Pablo Escobar que sus hijos, pero no estoy dolido, solo vi la oportunidad”.
Sobre los errores que, a su juicio, presenta la serie, Sebastián afirma que “son irresponsables, pero se desentienden y no quieren hacerse cargo de todos aquellos jóvenes que quieren ser narcos” e insiste en que “no veo a mi padre como un héroe. Si hiciera lo que está haciendo Netflix, me matarían, ellos sí que ponen a Pablo Escobar como un héroe sobre todo a la hora de publicitarlo”.
“Nos cambiamos el nombre porque nos estaba quitando el derecho a la vida”
Entre otros de los titulares que ha dejado el hijo de Pablo Escobar en el espacio de Atresmedia Radio, Marroquín desvela por qué se cambió la identidad: “Me pesa el estigma de ser el hijo de Pablo Escobar. Nos cambiamos el nombre porque por cuestiones de apellido no nos vendían ni billetes en las aerolíneas. El cambio de identidad no es una renuncia del amor que sentimos por mi padre, simplemente fue porque nos estaba quitando el derecho a la vida, a la educación y a vivir en paz. El mundo nos cerró las puertas”.
“Me han intentado asesinar más de una vez y mi cabeza llegó a valer cuatro millones de dólares cuando solo tenía quince años. Se perdieron todos los valores humanos y valía todo. Se mataron a tres mil hombres intentando encontrar a mi padre”, añade.
Sobre su relación con las víctimas, el hijo del narcotraficante asegura que “siempre quise tener la oportunidad de acercarme de manera respetuosa a las víctimas y pedir perdón en nombre de mi padre. Gracias al proyecto del libro hemos ido encontrando a muchas víctimas y hemos podido realizar procesos de reconciliación con familiares de víctimas. Tenemos la esperanza renovada porque hemos encontramos mucha generosidad por parte de las víctimas, entendiendo en el perdón como una herramienta sanadora de ese odio”.