¿Un Gran Hermano para siempre? (Pues va a ser que no)
Desde el 1 de marzo, la RTL2 alemana, junto con la cadena de pago Premiere y la minoritaria Tele 5, vienen emitiendo la última temporada del gran éxito de la productora Endemol, “Gran Hermano”, que en su sexta etapa recibe en tierras teutonas el nombre de “Big Brother: Das Dorf” (El pueblo). Pese a las amenazas de cancelación, el programa aguanta en antena. Después de experimentar en la quinta temporada con el “encarcelamiento” voluntario de los participantes durante todo un año, los creadores del “padre de los reality shows” se atrevieron con una propuesta más osada todavía: el Gran Hermano eterno. Los concursantes forman una pequeña comunidad, esta vez con 4.900 metros cuadrados a su disposición. Unos en la granja, otros en el taller mecánico, y los últimos en la tienda de moda – una pequeña sociedad clasista en la que los participantes escalan y descienden según su actuación en las diversas pruebas. Nada demasiado diferente de la etapa anterior – algo que los espectadores han parecido notar. Para la realización de esta temporada, Endemol contaba con el apoyo prácticamente incondicional del director de la RTL2, Josef Andorfer, que reivindicaba la actualidad del formato y lo defendía incluso de los ataques de miembros de su propia casa. Como señal de que esta temporada del veterano reality show no iba a estar extenta de dificultades, Andorfer fue cesado de su cargo a principios de febrero. “El Gran Hermano seguirá mientras los espectadores quieran”. El contenido de esta frase, con la que los responsables de la RTL2 anunciaban el comienzo de la emisión, no ha tardado mucho en convertirse en el principal quebradero de cabeza del reality. Unos 1,34 millones de espectadores del grupo objetivo (entre 14 y 49 años), el 13,4% de esta audiencia, siguieron el desarrollo del primer programa de esta nueva etapa. Seis semanas más tarde, solamente una media del 6,9% de la audiencia se mantenía fiel, con mínimos que rondaban el 5%. El objetivo de la emisora, alcanzar una cuota de pantalla constante del 10%, se confirmaba así como prácticamente quimérico. Hace unos días saltó la alarma en los medios especializados. Los rumores hacían creer que la cancelación definitiva del reality sucedería el 14 de agosto. El cupo publicitario del programa estaba cubierto solamente en un 10%, las audiencias seguían en mínimos. La responsable de programas de entretenimiento de la RTL2, Katja Hofem-Best asegura, según la edición online de la prestigiosa revista “Der Spiegel”, aseguró que la continuidad del programa está garantizada por el momento. La cadena se ha adaptado a la nueva situación y ha marcado como referencia unos índices de audiencia más realistas: ahora se conforman con un 6,2%.
Endemol ha realizado ya diversos cambios y adaptaciones para intentar recuperar a los espectadores en fuga. El sistema de nominaciones ha sido revisado, los horarios de emisión han sido reencajados en la parrilla, los resúmenes han sido montados de forma más dinámica, todo con el fin de mantenerse por encima de la cuota de pantalla de la cadena. Algunos de los “cambios” no han sido del todo bien recibidos por la audiencia. En mayo, el diario amarillista “Bild”, líder en ventas en Alemania, titulaba su portada “¿Big Brother o Big Porno?”, comentando el hecho de que dos de los participantes habían proporcionado escenas tan tórridas que incluso el canal de pago las había censurado. Borris Brandt, jefe de Endemol, no tardó en argumentar que esa no es la clase de cambios que pretendían realizar: “El sexo no nos proporciona audiencia”, asegura a la prensa. Endemol, que buscaba un nuevo impulso para el concurso tras esta significativa caída de los índices de audiencia, ofreció un millón de dólares a la televisiva Paris Hilton, la heredera de la cadena de hoteles Hilton, por su participación en esta sexta edición de “Gran Hermano”, pero finalmente no han llegado a un acuerdo ya que la modelo y actriz estadounidense exigía 5 millones de dólares, según informó la productora Endemol. Las condiciones exigidas por la joven de 24 años resultaban excesivas, según explicó el portavoz de la productora, que decidió ahora prescindir de la aparición de la protagonista del programa “The Real Life”, otro reality que se emite en Estados Unidos. La versión actual de “Gran Hermano” en Alemania no tiene prevista una fecha para su final y se mantendrá mientras los niveles de audiencia sean aceptables, señaló el canal alemán RTL II.